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Ball don’t lie: la histórica frase que viralizó Rasheed Wallace

Del playground a cada rincón del mundo. La combinación perfecta para explicar la globalización de la década del 2000.

Ball don't lie, la frase viralizada por Rasheed Wallace. El alero fue campeón con los Pistons en 2004.
Rasheed Wallace fue campeón con los Pistons en 2004 | FOTOGRAFÍA gentileza Slam Online.

La historia que conecta a la frase ‘Ball don’t lie’ (el balón no miente, en español) con la llegada a cada rincón del mundo quizás sea el mejor ejemplo para explicar la globalización. Una historia que combina al playground; la aparición de nuevos medios de comunicación y la posibilidad de llegarle a todo el mundo. La primera viralización que se hizo efectiva en el plano basquetbolistico.

La frase ‘Ball don’t lie’ no tiene un origen claro. Contrario a lo que se puede afirmar de manera errónea, Rasheed Wallace no fue el creador del latiguillo. Una expresión presente en las canchas de los barrios bajos de Estados Unidos desde tiempos inmemorables. Se la podía oír cuando un jugador fallaba un tiro libre tras fingir -y, sobre todo, exigir- una falta discutible.

Así, tomó el valor de una justicia divina de los ‘dioses del básquetbol’. Un error forzado por algo sobrenatural como castigo por faltarle el respeto al juego. El karma instantáneo ante una posibilidad de anotación inmerecida.

Una frase que rápidamente incorporó todo basquetbolista norteamericano, incluyendo a Sheed: «Crecí en Philadelphia y jugábamos básquetbol callejero. Entonces, todo pasaba por el trash talking. A medida que crecí, aprendí distintas cosas. Cuando llegas debajo del aro, recibes una falta y anotas gritas ‘¡And 1’. O ‘you can’t guard me’ (no puedes defenderme). De ahí salió ‘Ball don’t lie’ (el balón no miente)».

LA GLOBALIZACIÓN DE BALL DON’T LIE

La década del 2000 estuvo marcada por varios sucesos por fuera del básquetbol. Uno de los más significativos -quizás el más significativo- fue la creciente masificación de la internet. La comunicación como la información dejó de pasar únicamente por los medios tradicionales de comunicación a ser inmediata mediante las redes sociales.

Entre ellas estaba YouTube, creado por Jawed Karim, Chad Hurley y Steve Chen en febrero del 2005. Un sitio que inicialmente estaba pensado como dedicado a contar con clips cortos y graciosos para consumir en los ‘tiempos muertos’ durante el trabajo. Su rápida popularidad llevó a convertirse en una plataforma de distintos tipos de contenidos, entre ellos los deportivos.

Un año más tarde, en abril del 2006, Detroit se midió con Milwaukee en la primera ronda de los Playoffs. La franquicia de la ciudad motora tenía una ventaja de 2-1 y visitaba a los Bucks. Con el juego 12-12, a falta de casi 6 minutos para el cierre del primer cuarto, Rasheed Wallace fue pitado por cometer una discutible falta sobre Andrew Bogut. El número 1 del Draft 2005 se dejó caer ante el contacto con Sheed.

El alero de los Pistons explotó contra los árbitros por el polémico cobro. Bogut falló el primero y Wallace lanzó un ‘ball don’t lie’ que retumbó en todo el estadio de los Bucks. El oceánico tuvo la posibilidad de redimirse en el segundo lanzamiento, pero volvió a fallar. Tanto Sheed como Flip Saunders, el entrenador de los Pistons, volvieron a soltar la icónica frase que quedaría inmortalizada.

La llamativa situación fue capturada por el usuario halwayne. En época de dificultades para capturar jugadas y acciones por parte de personas ajenas a la NBA, el video ganó popularidad. Se viralizó y con él la frase fue llegando a cada rincón del planeta. Independientemente de si el jugador sabe hablar inglés o no, ‘Ball don’t lie’ suena cada vez que un rival falla un tiro libre tras un cobro discutible.

Antes de la vida marcada por videos virales, Sheed fue el protagonista del primer gran video deportivo viralizado en YouTube. La globalización hizo posible que aquella histórica frase del playground llegue a cada cancha del mundo.

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