Boston Celtics sigue en la búsqueda de su 18° campeonato. Su 17° conquista fue en la temporada 2007-08, cuando el equipo hizo varios traspasos significativos. Un elenco que se alzó con el trofeo Larry O’Brien con uno de sus tridentes más significativos. El tridente de Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen, que fue acompañado por Rajon Rondo.
Para entender aquella conquista hay que pararse un poquito más atrás. Más precisamente en el cierre de la 2006-07. Boston terminó con el segundo peor récord de la NBA (24-58). Una marca patética para el, por ese entonces, único máximo campeón. Apenas dos festejos más que Memphis Grizzlies (22-60).
El premio de aquel flojo desempeño podía ser el número 1 del Draft 2018. La posibilidad de sumar a jóvenes prometedores como Greg Oden (quien luego tuvo una carrera plagada de lesiones) o Kevin Durant tenía en vilo a la franquicia.
Sin embargo, la lotería del Draft 2007 conspiró en su contra. Pese a tener la segunda mayor cantidad de chances de hacerse con el 1° lugar, las pelotitas de ping pong lo colocaron quinto en el proceso de selección. La presión aumentó significativamente para el gerente general Danny Ainge, que estaba por perder a Paul Pierce, su mayor estrella. Tenía que hacer algo que cambie rápidamente el curso de la franquicia.
Ainge evaluó el escenario. Había poco material en varios de los no clasificados a los Playoffs. Memphis acabó eligiendo a Mike Conley un puesto por encima de ellos. Atlanta, el segundo peor del este, se hizo con Al Horford mediante la tercera posición. Milwaukee Bucks (Yi Jianlian con el 6°) tampoco invitaba a mucho.
Ahí estaba Seattle Supersonics, el segundo equipo del Draft. El que eligió a su deseado Kevin Durant. Un gran premio para una franquicia que tenía un nuevo gerente general, Sam Presti. La organización podía arrancar una nueva etapa con el seleccionado desde la Universidad de Texas. Un equipo que tenía a un veterano Ray Allen, que llevaba 11 años en la NBA y no iba a tolerar un nuevo año de reconstrucción.
Boston aprovechó el contexto y logró un gran traspaso. Envió los derechos de Draft de Jeff Green, elegido con el quinto puesto, Wally Szczerbiak y Delonte West por Ray Allen y el derecho de Draft de Glen Davis, que había sido elegido por los Seattle Supersonics con el 35° lugar.
Presti señaló sobre su partida: «Deshacernos de un jugador así fue extremadamente difícil. Boston realmente quiso esto. Lo que inició como una conversación a la pasada acabó haciéndose real».
EL GRAN TICKET HACIA EL CAMPEONATO
La unión de Paul Pierce y Ray Allen cambió abruptamente la concepción de los Celtics para el resto de la liga. Pasó de ser un gigante dormido a un posible rival significativo en Playoffs. Esto empezó a cautivar a los agentes libres como a aquellos jugadores que consideraron un traspaso.
Un equipo que estaba en una posición similar a la de Boston era Minnesota Timberwolves. Tras un 32-50 en la fase regular, el equipo de Minneápolis pensaba en su futuro y Kevin Garnett estaba en duda para él por los pasos a seguir para volver a ser un equipo competitivo. Usó su 7° pick para fichar a Corey Brewer.
Boston inició las negociaciones poniendo sobre la mesa a un paquete centrado en Al Jefferson. El centro venía de cerrar su tercera temporada en la NBA y de dar un salto de calidad. Promedió 16,0 puntos y 11,0 rebotes, además de 1,5 tapas por partido en 33,6 minutos entre 69 apariciones en la 2006-07.
Cuando Ainge lo ofreció, Kevin McHale, ícono de los Celtics en los 80′ y gerente general en ese entonces de los Timberwolves, no titubeó en aceptar. Pero había a alguien más que convencer: Glen Taylor, dueño de la franquicia. El mandamás ya tenía una mala relación con Kevin Garnett y estaba dispuesto a pasar a la siguiente página. Pero quería a Rajon Rondo.
Ainge confesó más adelante que las negociaciones duraron casi dos semanas. Finalmente, el ejecutivo de los Celtics se negó a poner al base en la mesa de negociación. Ofreció a Ryan Gomes, Sebastian Telfair, Gerald Green, Theo Ratliff y dos picks de primera ronda del 2009. Además, le señaló a Taylor: «¿Para qué quieres a Rondo si ya tienes a tu base titular?».
Él se refería a Randy Foye. El de Newark, New Jersey, venía de integrar el quinteto ideal de novatos en la 20o6-07. Registró medias 10,7 puntos, 2,7 rebotes, 2,8 asistencias y 0,6 robos en 22,9 minutos. Jugó en Minnesota dos temporadas más hasta ser traspasado junto a Mike Miller a Washington por un paquete que incluyó un pick de primera ronda del 2009. Esa selección la usaron en Ricky Rubio, aunque al momento del traspaso por Garnett no había registros de él en Minnesota.
El gerente general de los Celtics le dio un ultimátum a Taylor en la tarde del 31 de julio del 2007. «Te doy hasta las cinco de la tarde para considerar la oferta», fue el mensaje al cerrar la charla. A eso de las 15:30, fue Taylor quien llamó y abrió la conversación: «Quiero ser el primero en felicitarte por ser el campeón de la NBA en la temporada 2007-08». El tridente de Paul Pierce, Ray Allen y Kevin Garnett era una realidad. Y, como dijo el dueño de los Timberwolves, la franquicia fue campeona al año siguiente.
El tridente de Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen coincidió durante cinco temporadas hasta que el escolta decidió irse al Miami Heat. Logró un campeonato en 2008, fue finalista en 2010 y cayó ante el elenco de Florida tanto en 2011 como 2012. Una vez que el tridente se separó, el binomio de Pierce y Garnett coincidió una campaña más hasta que el 12 de julio del 2013 se dio el famoso traspaso a los Brooklyn Nets.