El 13 de enero del 2021 hubo una noticia que shockeó a la NBA: los Nets firmaron su Big Three al concretar la llegada de James Harden. La franquicia entregó tres picks de primera ronda (2022, 2024 y 2026) y condicionó sus otras cuatro (2021, 2023, 2025 y 2027) para el arribo del escolta desde Houston Rockets. Un movimiento que también los obligó a desprenderse de Caris LeVert (Indiana Pacers); Jarrett Allen y Taurean Prince (Cleveland Cavaliers); y Rodions Kurucs (Houston Rockets).
El intercambio, a priori, los ponía en los papeles como uno de los máximos candidatos al título en la NBA. El tridente de Kevin Durant, Kyrie Irving y James Harden se presentaba como el mejor de la liga. Un trío con interminables recursos ofensivos. Sólido candidato a campeón ante la merma del vigente Los Ángeles Lakers por lesiones.
UNA UNIÓN QUE SE HIZO ESPERAR
Brooklyn ya había sacudido a la NBA en 2019. La franquicia se hizo con los servicios de Kevin Durant, que optó por dejar a los Warriors tras tres temporadas con dos títulos. Junto a él llegó Kyrie Irving, jugador que a inicios de la 2018-19 había anunciado que iba a renovar con los Boston Celtics, pero nunca lo hizo. No obstante, como el primero venía de romperse el tendón de Aquiles en las finales ante Toronto, prácticamente no jugaría la campaña 2019-20.
Kyrie asumió el rol de líder, pero lo fue únicamente en los primeros 11 partidos. Dos lesiones en su hombro derecho lo tuvieron a mal traer durante gran parte de la temporada. Apenas disputó 20 encuentros antes de ser baja definitiva al comienzo de febrero del 2020.
La franquicia compitió hasta donde pudo durante poco más de un mes hasta el 11 de marzo del 2020. Rudy Gobert, jugador del Utah Jazz, dio positivo de COVID-19. Dando paso a una suspensión sin precedentes por una pandemia. En el medio del hiato y del contexto de emergencia sanitaria, George Floyd fue asesinado el 25 de mayo del 2020 y despertó una gran cantidad de protestas en el país norteamericano.
Fue justamente por esta última razón que Irving se opuso a la vuelta de la NBA bajo el formato de ‘burbuja’ en Orlando. El jugador argumentó que el regreso de la competencia le quitaría visibilidad al reclamo su social. Su postura, apoyada por varios colegas, fue desestimada.
Su franquicia ingresó a la burbuja sin Durant, ni él. Ganó cinco de los ocho partidos de fase regular para clasificar a Playoffs con un 35-37. Pese a la buena labor en la fase anterior, fue barrido por Toronto Raptors (0-4).
Más tarde, el 30 de septiembre del 2020, y con las finales de conferencia en desarrollo, Irving se expresó en contra de la vacunación por el COVID-19. «Si puedo trabajar sin una vacuna, ¿por qué no lo pueden hacer mis hermanas y hermanos?», señaló en un tuit.
If I can work and be unvaccinated, then all of my brothers and sisters who are also unvaccinated should be able to do the same, without being discriminated against, vilified, or fired. ♾🤞🏾
This enforced Vaccine/Pandemic is one the biggest violations of HUMAN RIGHTS in history.
— Hélà (@KyrieIrving) September 20, 2022
MALDITAS LESIONES
Como el fin de la 2019-20 se dio en un marco inusual, la llegada de Harden se dio apenas 13 partidos después de iniciar la fase regular. Para aquel entonces, Durant ya había vuelto a las canchas aunque sólo coincidió en seis encuentros con Irving, quien tuvo un esguince de tobillo.
Harden debutó con un triple-doble en la victoria sobre el Orlando Magic del 18 de enero, pero Irving era baja por su tobillo. El trío coincidió dos días más tarde en una derrota ante Cavaliers, jornada en la que inició un 14-3 con los tres jugadores en cancha… de un total de 117 partidos posibles. Las lesiones tuvieron a maltraer a un elenco que nunca pudo gozar de su plenitud como recursos ofensivos al tener al terceto en cancha.
Sin poder explotar al máximo su potencial, Brooklyn se las ingenió para lograr un 48-24 que lo dejó segundo en el este. Quedó emparejado con Boston y recién ahí pudo tener continuidad de parte de sus superestrellas. Un obstáculo que superó (4-1) sin mayores dificultades por su poderío como también por las bajas de su rival.
En la siguiente instancia enfrentó a Milwaukee y otro fue el cantar. Harden jugó apenas los primeros 43 segundos antes de retirarse con un desgarro en su isquiotibial izquierdo. El elenco supo sobreponerse y ganó los dos encuentros de local (115-107 y 125-86). Pero no lo pudo hacer en Milwaukee, donde cayó por poco en el tercero (86-83) y tuvo la baja de Irving por un esguince de tobillo en el cuarto (107-96).
Harden volvió para los últimos tres asaltos, pero el combinado neoyorquino dependió exclusivamente de Durant. El ex Thunder pudo anotar un triple ganador en el séptimo juego para avanzar a las finales de conferencia, pero pisó la línea. Sin resto físico, Milwaukee terminó de sellar la historia en tiempo suplementario. Su triunfo más complicado en el camino al campeonato del 2021.
UNA DECISIÓN QUE AFECTÓ A TODOS
Tras tantos golpes por lesiones, una mejor situación de salud podía llegar a permitir que el Big Three de los Nets tenga un mejor desenlace en la 2021-22. Una temporada para la cual la NBA exigió que los jugadores estén vacunados o afronten las consecuencias, las cuales eran no podían ser no participar de los partidos por decisiones estatales.
Mientras la dupla de Harden y Durant pudo jugar, Kyrie Irving no aceptó esta postura. El jugador afirmó que no se iba a vacunar en reiteradas oportunidades. Así, no podía disputar los encuentros en territorio neoyorquino, aunque la franquicia afirmó que no competiría hasta no hacerlo.
Esas decisiones impactaron sobre el ambiente que rodeaba al equipo. Irving se perdió los primeros 35 partidos de la fase regular hasta que hizo su debut ante Indiana Pacers. Lo hizo con 22 puntos, cuatro asistencias y tres rebotes para un triunfo que dio una marca de 24-12. Una victoria que los colocó segundos en el este de manera momentánea. Parecía ser la luz al final del túnel.
No obstante, sin el afloje de Irving, ni de la franquicia, empezó una situación grotesca. Mientras el base viajaba con el equipo para jugar de visitante, no lo podía hacer en aquellos encuentros de local. El equipo no podía rendir ante su gente, aunque tenía la capacidad de contendiente cuando estaba en territorio enemigo. Un escenario que se volvió confuso hasta que Durant tuvo un desgarro en ligamento medial de su rodilla izquierda en la jornada del 15 de enero.
Desde entonces, todo fue cuesta abajo. Al equipo ya no le alcanzaba con Harden de local y a veces podía rendir de visitante. La Barba se agotó de Irving, siendo el primero en pedir el traspaso. Fue un tortuoso camino con dos triunfos y diez derrotas hasta que le concedieron el deseo. El 10 de febrero del 2022 acabó siendo enviado a Philadelphia 76ers. La organización también incluyó a Paul Millsap en un movimiento que le dio a Ben Simmons, Seth Curry, Andre Drummond y dos picks de primera ronda.
Simmons no jugó en la 2021-22 por ando finalmente una hernia de disco y constantes dolores en su espalda. Sin Durant durante gran parte de febrero y con Irving jugando a medias hasta fines de marzo -cuando finalmente pudo jugar de local- el equipo rindió muy por debajo de sus expectativas. 44-38 en la fase regular, victoria sobre Cleveland Cavaliers en el play-in y barrida sufrida por los Boston Celtics (0-4).
EL FINAL DE UNA ERA OLVIDABLE
La temporada 2022-23 estuvo malparida. Mientras la franquicia consideraba mover a Irving en vez de renovar su contrato, Durant pidió el traspaso en el inicio de la agencia libre. El alero parecía estar cansado de la notoria inestabilidad. No obstante, una negociación larga y su reunión con el ex Cleveland en el inicio del Training Camp le hizo cambiar de parecer.
Pero lejos estuvo de llegar esa tranquilidad tan necesaria. El 29 de octubre del 2022, Irving difundió la película ‘Hebrews to Negroes’ (de hebreos a negros), un film plagado de contenido antisemita. Su posteo, como posterior negativa a pedir disculpas frente a la opinión pública, desató un nuevo conflicto a su alrededor.
El hecho trajo como consecuencias como la reacción del dueño Joe Tsai; la pérdida del contrato de patrocinio de Nike; una suspensión de ocho juegos impuesta por la NBA; entre otros aspectos negativos. Nuevamente, el equipo estaba forzado a convivir con una presión innecesaria, la cual impactó en la cancha.
En el medio del escándalo, Steve Nash fue despedido tras no poder concretar resultados, ni una ofensiva fluida. Jacque Vaughn, su asistente principal, ascendió al cargo de entrenador de manera interina. Luego lo asumió de forma permanentemente tras lograr un pocon de estabilidad con buenos resultados, una mejora defensiva y el contento global de la organización.
Sin embargo, la gerencia sabía que eventualmente debía sentarse a negociar los nuevos contratos con Kyrie Irving y Kevin Durant. Tras tantos problemas, al primero le presentó un contrato nuevo que dependía de la obtención del título. El base no sólo que no aceptó, sino que pidió ser traspasado. A los pocos días, fue enviado a Dallas Mavericks desatando el desarme total de aquel elenco que prometía ganar múltiples anillos.
Sin Irving, no hubo posibilidad de contener a Durant. Los arribos de Spencer Dinwiddie y Dorian Finney-Smith presentaban una cierta mejoría a la situación, pero el de Washington DC quiso dar vuelta la página. A horas del cierre del mercado de traspasos, acabó siendo traspasado a los Phoenix Suns a cambio de Mikal Bridges y Cameron Johnson, entre otros activos. La salida de la última pieza de una era que terminó siendo un fiasco.