Cleveland Cavaliers llegó a las Finales de la NBA por segunda vez en su historia en 2015. El segundo ciclo de LeBron James en el equipo de su ciudad natal arrancó con un título de Conferencia. Sin embargo, Golden State Warriors le impidió la conquista en la serie decisiva, debido a que se impuso por 4 a 2. Además, dos jugadores fundamentales del conjunto de Ohio estuvieron ausentes por diferentes lesiones: Kyrie Irving y Kevin Love.
La franquicia se aseguró de conservar la columna vertebral del plantel para la temporada 2015-16. En la agencia libre, renovó los contratos de Tristan Thompson (total de 82 millones de dólares en cinco años), Kevin Love (113 en cinco), Iman Shumpert (40 en cuatro) y LeBron James (46 en dos). Asimismo, Kyrie Irving ya había asegurado su continuidad en el roster durante el verano estadounidense de 2014.
En el transcurso de la fase regular, ocurrió un hecho controversial en la banca. Es que David Blatt fue despedido como entrenador, después de la caída ante Golden State Warriors en la jornada de Martin Luther King. A pesar de haber llegado al primer puesto del Este, con un registro de 30-11, el coach no pudo fortalecer al equipo en los enfrentamientos más difíciles de la competencia. Por eso, el asistente Tyronn Lue tomó su lugar y se convirtió en el DT.
Cleveland culminó la etapa regular como líder de la región, tras haber ganado 57 de los 82 compromisos. Luego, hizo una labor impecable para superar a los primeros tres contrincantes de los Playoffs. En primera ronda barrió a Detroit Pistons por 4 a 0. A continuación, se impuso sobre Atlanta Hawks por 4 a 0. Y en las Finales del Este, derrotó a Atlanta Hawks por 4 a 2. Así, los Cavs se clasificaron por segunda vez seguida a las Finales de la NBA.
Por el otro lado, Golden State tuvo una primera fase para el recuerdo. Es que estableció el mejor récord de todos los tiempos en dicha instancia, cosechando 73 triunfos en 82 apariciones. De esta forma, dejó atrás la marca de 72-10 que había conseguido Chicago Bulls en la campaña 1995-96. A su vez, Stephen Curry recibió el galardón al Jugador Más Valioso de la temporada, después de que la votación terminara de manera unánima por primera vez en la historia.
En la postemporada, los de la Bahía cumplieron con la tarea de obtener el título del Oeste. En el camino, superaron a Houston Rockets (4-1), Portland Trail Blazers (4-2) y Oklahoma City Thunder (4-3). El dato adicional fue que los de Steve Kerr habían arrancado la serie abajo por 3 a 1, ante el equipo liderado por Kevin Durant y Russell Westbrook.
EL MOMENTO DE LA VENGANZA
Golden State Warriors arrancó las Finales de manera sólida. Capitalizó los primeros dos duelos en el Oracle Arena, ganando el primer juego por 104 a 89 y el segundo, por 110 a 77. Pero Cleveland Cavaliers reaccionó en el tercer enfrentamiento, venciendo a los de Oakland por 120 a 90. LeBron James dejó una jugada memorable, ya que recuperó un balón en mitad de cancha, se la pasó a Kyrie Irving y este le tiró la pelota al aire para que el oriundo de Aakron completara el alley-oop.
Los campeones defensores sorprendieron en el cuarto partido, llevándose el resultado por 108 a 97 y quedando en la serie al frente por 3-1. Sin embargo, en el día previo al quinto punto, la NBA anunció que Draymond Green fue suspendido por un encuentro, tras su altercado con LeBron James en el transcurso de ese cuarto duelo.
El Rey y Kyrie Irving aprovecharon la oportunidad para descontar en las Finales, y en casa de los Warriors. Ambos encestaron 41 tantos cada uno, con el objetivo de ganar de visitante por 112 a 97 y seguir con vida. LeBron James volvió a anotar 41 puntos en el sexto enfrentamiento, en el afán de asegurar el triunfo en casa por 115 a 101.
El domingo 19 de junio se llevó a cabo el séptimo y último encuentro de la película, en el Oracle Arena. La serie estaba empatada por 3 a 3. Nadie había sido capaz en la historia de la NBA en revertir un 1-3 en las Finales. Y ahí estaba Cleveland Cavaliers, con la posibilidad de concretar un hecho sin precedentes en la mejor liga del mundo.
Aquel duelo fue tan reñido que ninguno de los dos conjuntos pudo superar la marca de los 100 tantos. Y además, el marcador estaba igualado en 89, a falta de un minuto para el cierre del último cuarto. A partir de ahí, ocurrieron hechos icónicos.
En primer lugar, LeBron James le bloqueó de atrás una bandeja a Andre Iguodala, luego de que este recuperara la pelota en la mitad de la cancha. Al acto siguiente, Kyrie Irving convirtió un bombazo en la cara de Stephen Curry, con el fin de pasar al frente. Y en los segundos restantes, la visita defendió con tanta solidez que no le permitió lanzar a ninguno de los locales.
De esta forma, Cleveland Cavaliers se sacó la mufa y se consagró campeón por primera vez en su historia. LeBron James fue elegido como el MVP de las Finales, tras haber promediado 29,7 puntos, 11,3 rebotes, 8,9 asistencias, 2,6 robos y 2,3 tapas por juego. El Rey hizo realidad su sueño de darle el campeonato al equipo de su ciudad natal. Y eso le permitió ingresar al Olimpo de los Dioses de la competición.
“Cuando regresé, para darle un título a la ciudad, les di todo lo que tenía. Puse mi corazón, sangre y sudor en este juego. Y… ¡Cleveland, esto es para ustedes!”, exclamó el número 23 de los Cavs, con mucha emoción. Luego de las frustraciones en 2007 y 2015, los de Ohio ratificaron la reconocida frase: la tercera es la vencida.