Detroit Pistons empezó a construir un plantel con grandes aspiraciones desde 1981, cuando seleccionó en el segundo puesto del Draft a Isiah Thomas. A partir de ahí, la franquicia comenzó a edificar un equipo competitivo y con un futuro prometedor, siempre con el base de referente.
Ese mismo año, los de Michigan arreglaron un traspaso con Seattle Supersonics para incorporar a Vinnie Johnson. Al año siguiente, en 1982, realizaron un intercambio con Cleveland Cavaliers, con el fin de sumar a Bill Laimbeer. Y en 1983, eligieron al legendario Chuck Daly como el entrenador en jefe.
Más adelante, los de la Ciudad del Motor volvieron a sacar provecho del Draft, seleccionando en el puesto 18 a Joe Dumars. También, hicieron un canje con Washington Bullets ese mismo día, con el objetivo de hacerse con los servicios de Rick Mahorn. Y en 1986, eligieron en la primera ronda a John Salley (puesto 11), Dennis Rodman (27) y Adrian Dantley (tras un traspaso con Utah Jazz).
Este último no se quedó mucho tiempo en Detroit. Luego de haber perdido las Finales de 1988 con Los Angeles Lakers, pidió el traspaso porque sintió que estaba siendo desplazado por Isiah Thomas en cancha. Entonces, los Pistons lo mandaron a Dallas Mavericks, a cambio de Mark Aguirre (número uno del Draft de 1981).
De esta forma, el elenco de Chuck Daly se encaminó hacia el primer lugar del Este en la fase regular de la 1988-89. Además, estableció el mejor récord de la historia de la franquicia con 63 encuentros ganados y 19 perdidos. Por otro lado, estaban los Lakers de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar que finalizaron en la primera posición del Oeste con un marca de 57-25.
EL REENCUENTRO CON EL ARCHIENEMIGO
Detroit Pistons empezó los Playoffs de manera perfecta. Es que barrió en la primera ronda a Boston Celtics por 3 a 0. Superó ampliamente a un equipo que estaba en los últimos momentos de la era Larry Bird. En la siguiente instancia, los de Michigan volvieron a ganar con autoridad, esta vez ante Milwaukee Bucks por 4 a 0.
El siguiente rival fue Chicago Bulls. El conjunto liderado por Michael Jordan quería redimirse tras la eliminación ante los de la Ciudad del Motor en la postemporada de 1988. No obstante, el entrenador Chuck Daly tenía preparado sus Jordan Rules para implementar sin excepciones ante el astro del elenco rival.
Así, Detroit se impuso en las Finales de Conferencia por 4 a 2. Arrancó perdiendo la serie en casa por 94 a 88 (21 de mayo), pero se recuperó en el segundo partido para ganar de local por 100 a 91 (día 23 del mismo mes). Luego, visitó el Chicago Stadium, donde cayó en el tercer enfrentamiento por 99 a 97 (27 de mayo). Sin embargo, respondió con una victoria fuera de casa por 86 a 80 (29 de mayo).
La serie regresó al Palacio de Auburn Hills, que se convirtió desde esa temporada en la casa de los Pistons. Los anfitriones no volvieron a defraudar ante su gente y se adjudicaron el quinto duelo por 94 a 85 (31 de mayo). Después, retornó a la Ciudad del Viento en el afán de sentenciar la historia en el sexto juego con un triunfo por 103 a 94 (2 de junio).
Por eso, los Bad Boys se clasificaron a las Finales de la NBA por segunda vez consecutiva. Enfrente volvía a estar Los Angeles Lakers, tras dejar en el camino a Portland Trail Blazers (3-0), Seattle Supersonics (4-0) y Phoenix Suns (4-0). Una postemporada perfecta para adjudicarse el título del Oeste por tercera vez al hilo.
EL MOMENTO DE LA REVANCHA
Detroit Pistons se quiso sacar la espina de la caída en las Finales de 1988, ante el mismo contrincante. Por ende, arrancó la serie de manera ideal, y en el mítico Palacio de Auburn Hills. El 6 de junio, se impuso en el primer duelo por 109 a 97, de la mano de Isiah Thomas (24 puntos y nueve asistencias), Joe Dumars (22 y siete), Vinnie Johnson (19), James Edwards (15) y Bill Laimbeer (12 y 10 rebotes).
El día 8 del mismo mes, el anfitrión volvió a festejar ante su público con una dramática victoria por 108 a 105. Joe Dumars (33 unidades y seis pases gol), Isiah Thomas (21, siete y dos robos) y Vinnie Johnson (18) volvieron a ser las figuras del equipo en el segundo enfrentamiento.
El tercer partido se llevó a cabo el 11 de junio, en el Forum de Los Angeles. Detroit tenía el desafío de sostener el nivel que había logrado en los dos compromisos anteriores. Y afortunadamente lo logró con un triunfo por 114 a 110, gracias a las buenas actuaciones de Joe Dumars (31 tantos, cinco asistencias y dos recuperos), Isiah Thomas (26, ocho y dos), Vinnie Johnson (17) y Dennis Rodman (12 y 19 rebotes).
La gloria arribó el 13 de junio, en el emblemático Forum. Los Pistons concretaron la barrida mediante un triunfo en el cuarto duelo por 105 a 97. De esta forma, completaron la revancha ante el oponente que les impidió la hazaña un año antes. Y por ende, cumplieron con la meta de darle a la franquicia el primer trofeo Larry O’Brien de su historia.
Joe Dumars recibió el premio al MVP tras promediar 27,3 puntos, 1,8 rebotes y seis asistencias por aparición. Con este resultado, los Bad Boys iniciaron su época de gloria redimiéndose ante una de las grandes dinastías de la década de 1980.