Milwaukee Bucks comenzó su proyecto legendario en 1969, seleccionando en el primer puesto del Draft a Lew Alcindor (quien más adelante se convirtió en Kareem Abdul-Jabbar). El interno comenzó a demostrar su potencial por medio de un promedio de 28,8 puntos, 14,5 rebotes y 4,1 asistencias por encuentro. De esta manera, llevó al equipo hacia su primera clasificación a Playoffs en tan solo dos temporadas de historia.
El conjunto de Wisconsin cosechó un récord de 56 triunfos y 26 derrotas en la fase regular. En los Playoffs, superó en las Semifinales del Este a Philadelphia 76ers por 4 a 1. Sin embargo, cayó en las Finales de la División ante New York Knicks por 4 a 1. La franquicia necesitaba hacer un movimiento más para consolidarse como un verdadero candidato al campeonato.
En la agencia libre de 1970, la dirigencia realizó un intercambio con Cincinnati Royals por Oscar Robertson. El base obtuvo un cambio de aire, luego de no haber podido cumplir grandes objetivos con su elenco anterior. Por eso, los Bucks le dieron la oportunidad de hacer el sueño realidad, formando dupla con el ala-pivote y referente del equipo.
Con este tándem, Milwaukee dio el salto de calidad que tanto necesitaba para ubicarse en los primeros planos de la NBA. Así, terminó la fase regular en el primer puesto del Oeste con un registro de 66 partidos ganados y 16 perdidos. También, logró una racha de 20 victorias consecutivas, la cual se consideró como la más larga de la historia de la mejor liga del mundo. Esto se mantuvo hasta que Los Ángeles Lakers la quebró una campaña después.
A su vez, Lew Alcindor recibió el premio al Jugador Más Valioso de la temporada, además de haber integrado el Mejor Quinteto. El posteriormente llamado Kareem Abdul-Jabbar exhibió su nivel superlativo en el segundo año de su carrera, promediando 31,7 puntos (mejor marca de la competencia), 16 rebotes y 3,3 asistencias por compromiso.
Asimismo, Oscar Robertson estuvo presente dentro del Segundo Mejor Quinteto. El base se adaptó rápido al sistema de juego y registró una media de 19,4 unidades, 5,7 tableros y 8,2 pases gol por aparición.
SE IMPUSO EN CADA CRUCE
Milwaukee Bucks arrancó la postemporada con un triunfo en las Semifinales del Este sobre San Francisco Warriors por 4 a 1. El elenco de Larry Costello fue ampliamente superior ante el conjunto comandado por Jerry Lucas (17,8 unidades y diez tableros) y Nate Thurmond (17,6 y 10,2).
En la siguiente instancia, la franquicia de Wisconsin superó en las Finales de la División a Los Ángeles Lakers por 4 a 1. El equipo supo vencer a uno de los rivales más fuertes de la competición. Ese plantel estaba repleto de grandes figuras, como Wilt Chamberlain, Gail Goodrich, Happy Hairston, Jim McMillan y Pat Riley.
De esta forma, los Bucks conquistaron el título de la región y se clasificaron a las Finales por primera vez en apenas tres años de historia. El contrincante en las Finales fue Baltimore Bullets, el segundo del Este (42 victorias y 40 caídas). En los Playoffs, dejó en el camino a Philadelphia 76ers y New York Knicks (ambos por 4 a 3). Este último había sido el líder de la región en la etapa regular.
UNA GLORIA INCONMENSURABLE
El 21 de abril, Milwaukee Bucks empezó las Finales con un triunfo sobre Baltimore Bullets por 98 a 88, de local. Lew Alcindor (31 puntos y 17 rebotes), Oscar Robertson (22, siete y siete asistencias) y Bob Dandridge (15 y 12) fueron los más destacados del elenco de Larry Costello.
Cuatro días después, el conjunto de Wisconsin se impuso en el segundo encuentro por 102 a 83, de visitante. Lew Alcindor (27 unidades, 24 tableros y dos pases gol), Oscar Robertson (22, seis y diez) y Bob Dandridge (16, cinco y cinco) lideraron las ofensivas del equipo.
El 28 de abril, Milwaukee regresó a casa y se consolidó aún más con un triunfo en el tercer enfrentamiento por 107 a 99. Bob Dandridge (29 tantos, diez rebotes y dos asistencias), Lew Alcindor (23, 21 y dos) y Oscar Robertson (20, cuatro y 12) fueron las grandes figuras de los Bucks.
Dos días más tarde, los de Wisconsin cumplieron con el sueño que tanto anhelaron desde su llegada a la NBA en 1968. Con una victoria por 118 a 106, fuera de casa, los dirigidos por Larry Costello barrieron la serie por 4 a 0 y concretaron la meta de llevar el trofeo Larry O’Brien a todo el estado. Esta fue la primera gran conquista, que la gente tanto disfrutó por haber visto al equipo derrotar a los mejores oponentes de la competencia.
El posteriormente llamado Kareem Abdul-Jabbar se adjudicó el trofeo al Jugador Más Valioso de las Finales. El ala-pivote y jugador franquicia de Milwaukee Bucks brilló en las Finales con un promedio de 27 puntos, 18,5 rebotes y 2,8 asistencias por partido.