Boston Celtics venía de cosechar seis títulos consecutivos (1959 a 1965) y siete en las ocho temporadas. Sin embargo, la franquicia tenía la ambición de seguir añadiendo estrellas a su vitrina, con el fin de convertirse en uno de los equipos más laureados de todos los tiempos. Entonces, mantuvo la mentalidad de conservar esa larga seguidilla para la temporada 1964-65.
El conjunto de Massachusetts contaba con jugadores de elite, como Bill Russell, Sam Jones, K.C. Jones, Tom Heinsohn y Tom Sanders. Y entre las grandes figuras, se encontraba John Havlicek, un escolta que en ese momento estaba disputando su tercera campaña en la NBA. Entonces, capitalizó las Finales de Conferencia de 1965 para realizar una acción icónica que lo transformó en una estrella de la mejor liga del mundo.
Los dirigidos por Red Auerbach hicieron una excelente fase regular, ya que consiguieron el mejor récord de la competencia. Con un nivel dominante y arrasador, Boston Celtics concluyó en el primer puesto del Este con un registro de 62 partidos ganados y 18 perdidos.
EL MOMENTO EN QUE SE CONVIRTIÓ EN HÉROE
El equipo jugó automáticamente las Finales de Conferencia, por un lugar en la instancia más importante de la competición. Enfrente estaba Philadelphia 76ers, que contaba como principal referente a Wilt Chamberlain. La serie cumplió con las expectativas de los seguidores de la NBA, debido a que se definió en el séptimo y último compromiso.
Boston Celtics arrancó ganando el primer juego por 108 a 98, de local. Pero los de Pensilvania respondieron con una victoria en el segundo encuentro por 109 a 103, en casa. Hay que tener en cuenta que el formato de los Playoffs en aquella época era intercalado. Es decir, ninguno de los dos elencos afrontaba dos partidos seguidos con el público a su favor.
Después, el conjunto de Massachusetts reaccionó con un triunfo en el tercer duelo por 112 a 94, en el Boston Garden. Luego, los de la Ciudad de la Hermandad volvieron a hacerse fuertes en el Convention Hall, ganando en el cuarto punto por 134 a 131.
Y la seguidilla se repitió en el quinto y sexto enfrentamiento. Los Celtics motivaron al público imponiéndose en el quinto partido por 114 a 108. Mientras que los Sixers hicieron lo suyo con sus aficionados, festejando en el sexto encuentro por 112 a 106.
El séptimo duelo se llevó adelante el 15 de abril de 1965, en el Boston Garden. El desarrollo del compromiso fue similar al transcurso de las Finales de la División. Ninguno de los dos equipos se sacó ventajas, ya que supieron jugar el partido de ida y vuelta.
Entonces, el marcador quedó muy abierto a falta de cinco segundos para el cierre. El dueño de casa estaba al frente por 110 a 109, y tenía que sacar de costado. Pero el pase de Bill Russell fue tan forzado que terminó pegando en una de las varillas que sujetaba el aro y provocó la pérdida para el anfitrión. La pelota quedó en manos de la visita, y el local debía defender con toda la intensidad necesaria para evitar el tiro ganador.
Y ahí apareció John Havlicek, en el afán de dejar su huella para siempre. Hal Green repuso de fondo con un pase largo que terminó en manos de Chet Walker. Este buscaba a Wilt Chamberlain para que desplegara sus movimientos en la posesión decisiva. Sin embargo, el joven de tercer año le cacheteó la naranja de las manos a Walker y se la quedó para consumir todo el tiempo restante.
A partir de ahí, nació la frase más recordada de la historia de las transmisiones radiales de la mejor liga del mundo. “!Havlicek robo el balón! ¡Havlicek robó el balón! ¡Se terminó! ¡Se terminó!”. Estas palabras recitó el emblemático periodista Johnny Most, con el delirio de los espectadores de fondo. Una secuencia legendaria que quedó en el recuerdo de la NBA, debido a la magnitud de esa acción.
Desde ese momento, John Havlicek se consagró como uno de los símbolos de la historia de Boston Celtics. En esa instancia, redondeó con el recupero más trascendental su promedio 18,7 puntos, 8,6 rebotes y 2,6 asistencias por partido. Y luego del triunfo sobre los Sixers por 4 a 3, volvió a ser fundamental en la victoria en las Finales sobre Los Ángeles Lakers por 4 a 1. Se lució en el objetivo de derrotar al eterno rival por 4 a 1 y obtener el séptimo título consecutivo y el octavo en nueve años. Su media fue de 18,2 unidades, 5,6 tableros y 2,2 pases gol por aparición.
El oriundo de Martins Ferry, Ohio, siguió en lo más alto de la NBA, tras aquel campeonato de 1965. Es que salió campeón cinco veces más (1966, 1968, 1969, 1974 y 1976) para agrandar su vitrina a ocho estrellas. Asimismo, participó de 13 ediciones del Juego de las Estrellas (1966 a 1978). También, integró la lista de los 35 mejores (1980), los mejores 50 (1996) y los mejores 75 (2021) de la historia de la NBA.