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Perfiles NBA: Jerry West, el logo de la NBA

Un título como jugador, ocho como directivo y clave en la formación de los Warriors de Stephen Curry. El hombre detrás de la insignia de la liga.

Jerry West ganó nueve anillos entre su paso como jugador y directivo de la NBA (FOTOGRAFÍA gentileza Complex).
Jerry West ganó nueve anillos entre su paso como jugador y directivo de la NBA (FOTOGRAFÍA gentileza Complex).

Las personas marcan épocas. Rasgos y detalles que le terminan de dar un significado a una pintura perfecta. Las necesitan todos los cuadros, demostraciones artísticas para terminar de enviar un mensaje claro sobre lo que quieren expresar. Algunas de las partes toman un mayor énfasis que otras, pero sin estas segundas se modificaría la dimensión que tuvieron estas primeras. Líderes de muchos, porque sería imposible seguir a líderes de nadies.

El nombre de Jerry West no es el primero en resaltar a la hora de hablar de la historia de la NBA. Cronológicamente hablando, George Mikan, Bill Russell, Wilt Chamberlain, Julius Erving, Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson, Larry Bird, Michael Jordan, Shaquille O’Neal, Kobe Bryant y LeBron James, entre otros, fueron los líderes de sus respectivas épocas. Pero West cuenta con un detalle que lo diferencia del resto: su silueta es parte del logo de la liga más destacada del planeta.

Inmortalizado en la insignia que marca la vida de la NBA, abre un gran debate. ¿Por qué tiene el enorme honor de ser su representante? Para eso, hay que conocer su historia a fondo.

UN INICIO MUY COMPLICADO

Jerome Alan West nació el 28 de mayo de 1934 en Chelyan, West Virginia. Fue el quinto de los seis hijos de la unión entre Cecil Sue West y Howard Stuart West. Integrante de una familia carenciada, que sobrevivía a cada día, en la que no había ningún tipo de comodidad. Platos de comidas sin llenar, ropas marcadas por agujeros y muebles que, a tono, intentaban aguantar el paso del tiempo.

Sin embargo, el mayor vacío de la familia West yacía en las actitudes de Howard. Un padre abusivo que maltrataba a su esposa, a sus hijos y al pequeño Jerry. «No quería llegar a mi casa. Me sentía un inútil y tenía miedo de llegar a mi casa. Le decía a mis amigos que me sentía como un perro callejero», le comentó a The Dan Patrick Show en 2011. La depresión como el terror eran moneda corriente en la vida de un niño que estaba despojado de todo tipo de muestra de amor. Él no sólo necesitaba un plato de comida caliente al llegar, sino también un abrazo de un pecho caliente que lo reciba.

Eventualmente, forjó su carácter y le hizo frente a ese demonio que lo atormentaba. «Si me vuelves a tocar, te voy a matar», un mensaje que se terminaba de comprender al mirar por debajo de su cama. Por las noches, mientras Jerry dormía, yacía una escopeta debajo de las maderas que intentaban sostener su incómodo colchón. Un lugar en el que los monstruos no se podían esconder, ni al que se querían acercar.

A través de la defensa, el niño encontró su camino. Un chico que necesitó de vitaminas extras dadas por los médicos para poder adquirir algún tipo de fuerza ante la falta de crecimiento. Un cuerpo tan visiblemente frágil que llevó a sus padres a alejarlo de todo tipo de práctica deportiva.

Sin embargo, el peor golpe llegó a los 13 años. Varios suaves pero audibles puñetazos en la puerta por parte de la armada estadounidense. Su madre abrió alejándolo para evitar cualquier posibilidad de escuchar. Jerry observó el llanto de Cecil y la reacción del oficial que la intentaba contener. Su hermano más grande, David, había caído sin vida en la triste guerra de Corea del Sur. La guerra olvidada que también marcó el andar del padre de Larry Bird.

ESCAPE Y POSIBILIDAD DE UN MEJOR FUTURO

El refugio que Jerry West no tenía en Howard, su padre, aparecía al costado de la pequeña casa en Chelyan. Una parcela marcada por el barro como un terreno desnivelado que tenía en una de sus paredes un aro a 3,05 metros. Ahí era donde, al menos por un rato, podía olvidarse de todo. La pelota, el aro y un sueño que quería hacer realidad. La escapatoria a un mundo imperfecto.

Allí fue donde desarrolló sus habilidades para poder resaltar en la East Bank High School. Su entrenador, Duke Shaver, tardó en confiar en él por el prejuicio de verlo pequeño. Pero, una vez que West llegó a los 1,83 mts y ofreció su manera de jugar al básquetbol, se volvió irresistible. Aquel tímido niño todavía marcado por el deceso de su hermano era un excelso jugador en defensa con un tiro pulido. Pasó de la banca a ser capitán como de la posición de base organizador a un alero más cercano al concepto contemporáneo del 3&D. Tenía rango y defendía muy bien, aunque en esa época no existía el triple.

Fue un prospecto imposible de dejar pasar. Cuatro veces All-State entre 1953 y 1956. All-American en 1956. En aquella última temporada lideró el goleo en el estado de Virginia con una media de 32,2 puntos por encuentro. El primero en anotar más de 900 puntos en la historia del básquetbol secundario. Líder del título estatal conseguido el 24 de marzo de 1956. Volvió al instituto cada 24 de marzo para el recordatorio anual de semejante hito.

Indudablemente, aquel niño que llegó tan chico y tan visualmente frágil era el terror de todo rival. Irresistible para cada una de las 60 universidades que le ofreció una beca. Alejarse de casa pasó varias veces por su cabeza, pero se inclinó por representar a la tierra que vio crecer. Se unió a West Virginia University.

REFERENTE NACIONAL Y CAMPEÓN PANAMERICANO

El plantel de Estados Unidos en Chicago 1959 estuvo encabezado por Jerry West y Oscar Robertson (FOTOGRAFÍA gentileza USA Basketball).
El plantel de Estados Unidos en Chicago 1959 estuvo encabezado por Jerry West y Oscar Robertson (FOTOGRAFÍA gentileza USA Basketball).

Un apodo que acompañó a Jerry West durante su carrera fue «Mr. Clutch». El jugador volvió al puesto de base, ganándose su reconocimiento por la facilidad para anotar incluso en los momentos claves.

El impacto de West para los Mountaneers fue inmediato. Tuvo medias de 17,8 puntos y 11,1 rebotes, números válidos para ser uno de los mejores jugadores de Estados Unidos. Integró el tercer equipo de All-American, como también fue el mejor jugador de la Southern Conference con su respectiva presencia en el quinteto ideal.

Su mejor año llegó en la 1958-59, su tercera con el instituto. West elevó sus números a 26,3 puntos y 12,3 rebotes, con el detalle de encabezar el 11-0 de West Virginia en la conferencia. El equipo ingresó al torneo nacional de la NCAA donde llegó a la final. Un duro revés ante la Universidad de California por 71-70 lo privó de ser campeón universitario. A pesar de esto, tuvo un rendimiento para ser el mejor jugador del Final Four como integrante del elenco All-American.

Pudo optar por descansar en el verano de 1959, pero aceptó la invitación para formar parte del equipo de Estados Unidos. Fred Schaus, su entrenador de West Virginia lo convenció a unirsele en los Juegos Panamericanos de Chicago. El equipo contó además con Oscar Robertson. A partir de su sobrado nivel, ganó los seis juegos por más de 20 puntos para quedarse con la medalla de oro.

ÚLTIMO AÑO UNIVERSITARIO Y CAMPEÓN OLÍMPICO

Con la misma base, Estados Unidos mandó en los Juegos Olímpicos de Roma 1960 (FOTOGRAFÍA gentileza USA Basketball).
Con la misma base, Estados Unidos mandó en los Juegos Olímpicos de Roma 1960 (FOTOGRAFÍA gentileza USA Basketball).

Aquel último año en West Virginia tuvo la mejor versión individual de Jerry West. Medias de 29,3 puntos y 16,5 rebotes con una efectividad de 50,4% de campo y 79,5% en tiros libres. Registró 20 dobles-dobles y 15 producciones de un mínimo de 30 tantos para el equipo que en ese entonces dirigía George King. Tuvo todo tipo de galardones, entre ellos la convocatoria nuevamente al All-American.

Cerró una gloriosa etapa universitaria con todo tipo de récords. Semejante demostración de nivel lo llevó a ser la segunda selección del Draft 1960, la cual hicieron los Minneapolis (luego localizados en Los Ángeles) Lakers. Sólo Oscar Robertson acabó delante de él, y lo hizo mediante el pick territorial de los Cincinnati Royals.

El tándem de West y Robertson volvió a unir fuerzas para Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Roma 1960. El equipo mantuvo la base de Chicago para tener una de las producciones más dominantes del torneo. Ganó los ocho juegos con una media de 101,9 puntos por encuentro contra un 59,5 del rival. West finalizó con 13,8 tantos por encuentro, el tercer máximo anotador por detrás de Robertson y Jerry Lucas que compartieron la cima con un 17,0.

PRIMEROS AÑOS EN LOS LAKERS

Los Lakers se mudaron a Los Ángeles en la previa de la temporada 1960-61 por lo que Jerry West nunca jugó en Minneápolis. Los californianos formaron un tándem temible en West como base unido al alero Elgin Baylor. No obstante, la falta de un pivote significativo complicó su paso por una liga marcada por Bill Russell.

West fue una estrella de la competencia desde su primer día. Lejos del estilo de vida de Los Ángeles, contrastaba fuera de la cancha. Pero dentro de ella maravillaba a todos con un juego completo marcado por su admirable capacidad para anotar como defender. Promedió 17,5 puntos, 7,7 rebotes y 4,2 asistencias como rookie. Oscar Robertson lo privó del premio al novato del año, mientras que el equipo cerró con un 36-43 que permitió el pasaje a Playoffs. Venció 3-2 a Detroit Pistons en el inicio de la postemporada, pero un 4-3 ante Saint Louis Hawks lo privó de la definición.

La segunda campaña estuvo marcada por un gran contraste. Zeke mejoró su producción anotadora a 30,8 puntos por noche. Esto se debió en gran medida porque tomó 23,9 tiros de campo por encuentro ante la ausencia de Baylor, llamado por la armada estadounidense. Además, el 17 de enero de 1962 despachó a los Knicks con 63 puntos para un triunfo por 129-121, registrando así su mayor marca de goleo en la NBA.

La franquicia elevó su marca a un 54-26, la mejor de la liga. Tachó 4-2 a Detroit Pistons para meterse en la definición frente a los Celtics de Bill Russell. El equipo llegó a estar al frente 3-2, pero cayó en un ajustadísimo séptimo juego que acabó con festejo de Boston por 110-107 en tiempo suplementario.

El regreso de Elgin Baylor invitaba a soñar con la revancha en la 1962-63. West bajó su media de goleo a 27,1, pero fue el líder de los Lakers en el rubro. Sin embargo, el base disputó 55 partidos de la fase regular por una lesión en uno de sus isquiotibiales. Volvió a tiempo para los Playoffs, pero no estaba en su nivel. Boston aprovechó para imponerse nuevamente en las finales, esta vez por 4-2.

El cuarto año fue el peor de los Lakers durante el paso de West. El base mantuvo un gran nivel con 28,7 puntos por encuentro, pero padeció varios altibajos durante la campaña. Firmó un 42-38 que permitió el pasaje a Playoffs, pero cayó 3-2 ante Saint Louis Hawks en las semifinales de la división.

EL LÍDER DE LOS LAKERS

El base cerró su carrera con 10 selecciones al quinteto ideal de la NBA en una temporada. A lo largo de la historia, diez jugadores lograron semejante hito. De esa decena, ocho fueron seleccionados al menos en una ocasión al MVP de la liga. ¿Los dos que no lo lograron? Jerry West y, su compañero, Elgin Baylor.

Durante el período de 1964-68, logró tres presencias en el mejor quinteto y una en el segundo elenco ideal. La primera de ellas terminó con medias de 31,0 puntos, 6,0 rebotes y 4,9 asistencias en 41,4 minutos de promedio entre 74 presencias. West fue líder de los Lakers en goleo como pases-gol y el sexto con más rebotes. Encaminó al equipo a un 49-31, válido para ser el mejor del oeste. Fue campeón regional con un 4-2 sobre Baltimore Bullets, pero padeció al súper equipo de los Boston Celtics de Red Auerbach en la definición (4-1).

La mejor temporada de West en la NBA sucedió en la campaña 1965-66. Tuvo su mejor promedio de anotación (31,3), acompañándolo con 7,1 rebotes y 6,1 asistencias en 40,7 minutos. A su vez, encajó el 47,3% de sus tiros de campo y 86,0% de tiros libres. Como si todo esto fuese poco, el elenco de Fred Schaus mejoró su marca a un 45-35. Terminó segundo en la disputa por el MVP, que fue para Wilt Chamberlain.

Los Lakers vencieron 4-3 a los Saint Louis Hawks para tener su posibilidad de revancha contra los Celtics. Los angelinos llegaron a estar 3-1 por detrás, pero igualaron la definición forzando un séptimo juego en Boston.

Jerry West fue el mejor del equipo angelino. Tuvo medias de 33,9 puntos, 6,4 rebotes y 5,1 asistencias, e inclusive lideró al elenco con 36 tantos y 10 rebotes en aquel encuentro definitorio. El equipo de Schaus fue de menor a mayor. Registró parcial de 33-19 en el último cuarto, incluyendo un 10-0 para reducir a un 95-93. Sin embargo, cuando todo parecía indicar que el título quedaría en sus manos, el base no cortó con falta. Intentó forzar una pérdida en la última acción. La pelota llegó a las manos de Bill Russell, quien celebró el octavo título de la franquicia de Massachussets.

 

Los Lakers tuvieron una regresión en la 1966-67, con una marca de 36-45 en su primera campaña en el Forum. Fueron eliminados en las semifinales regionales ante San Francisco Warriors (3-0). No obstante, tuvieron a un guardia que volvió a estar entre los mejores de la temporada: 28,7 puntos, 6,8 asistencias y 5,9 rebotes.

La temporada 1967-68 presentó dos caras. Por un lado, el conjunto de California firmó un 52-30, su primera con Butch van Breda Kolff como entrenador. No obstante, West padeció una lesión en uno de sus tobillos, lo que generó que juegue tan sólo 51 encuentros. Terminó con 26,3 puntos, 6,1 asistencias y 5,8 asistencias, lo que alcanzó para que ingrese al segundo quinteto ideal. ¿La historia en Playoffs? Similar a las de otras épocas. 4-1 a los Chicago Bulls, 4-0 a los San Francisco Warriors y un adverso 4-2 ante los Boston Celtics en las finales. Un cambio era más que necesario.

LA LLEGADA DE WILT CHAMBERLAIN

Wilt Chamberlain llegó a los Lakers y unió fuerzas con Jerry West y Elgin Baylor en la búsqueda de conseguir el título (FOTOGRAFÍA gentileza Diario Marca).
Wilt Chamberlain llegó a los Lakers y unió fuerzas con Jerry West y Elgin Baylor en la búsqueda de conseguir el título (FOTOGRAFÍA gentileza Basketball Network).

El 9 de julio de 1968 cambió la historia de los Lakers. El equipo pudo convencer a Wilt Chamberlain para dejar los 76ers. A cambio, la franquicia dio a Jerry Chambers, Archie Clark y Darrell Imhoff.

El arribo del pivote potenció a un equipo que forjó un tridente en Chamberlain, Baylor y West. El equipo mejoró significativamente a un 55-27 en el récord. No tuvo problemas para llegar a la finales: 4-2 sobre Warriors y 4-1 a Hawks. Sin embargo, a la hora de dar el gran golpe, nuevamente se quedó corto.

Los Lakers ganaron los dos primeros juegos de las finales ante los Celtics. También se impusieron en el quinto con la historia igualada en 2, manteniendo así su localía intacta. Los de Boston replicaron en su hogar para forzar el séptimo asalto.

Al igual que en la campaña anterior, el dueño de casa tardó en entrar en partido. Un parcial de 32-20 para los Celtics inclinó la balanza en favor de la visita. West firmó una de las mejores producciones en un séptimo juego: 42 puntos, 13 rebotes y 12 asistencias para un memorable triple-doble. Russell no se destacó en su último partido oficial, pero Havlicek (26-9-5) comandó el 108-106 para el elenco vestido de verde.

EL ENOJO DEL LOGO AD HONOREM

La partida de Bill Russell por su retiro marcó un cambio de era en la NBA. Curiosamente, para aquella época, el comisionado Walter Kennedy estaba buscando un cambio en el logo de la liga. Decidió asociarse con Alan Siegel, quien era un joven diseñador localizado en Nueva York, cerca de las oficinas de la competencia estadounidense.

Kennedy, que también era el comisionado de la MLB (béisbol), quería algo similar a lo que tenía la otra liga. Tras mirar cientos de imágenes, Siegel dio con la indicada. Una tomada por Wen Roberts, fotógrafo de los Lakers y Sacramento Kings localizado en El Segundo, California. La fotografía mostraba a Jerry West picando el balón en una penetración. La inclinación de su cuerpo, la protección de la pelota a partir de su anatomía y el deseo de anotar ensamblaban la pieza perfecta. Siegel puso manos a la obra y consiguió, rápidamente, lo pedido por el mandamás de la NBA.

Una imagen de Wen Roberts inspiró la creación del logo de la NBA (FOTOGRAFÍA gentileza Sports Logos).
Una imagen de Wen Roberts inspiró la creación del logo de la NBA (FOTOGRAFÍA gentileza Sports Logos).

Como la inspiración salió de una fotografía de Roberts sobre Jerry West, la NBA debía pagarle a ambos por la inspiración. Pero esto no sucedió. Alan Siegel le confirmó a Kennedy como luego a su sucesor, David Stern, de dónde salió la muza. Para evitar abonar los derechos, la conferencia de prensa no tuvo pregunta alguna sobre la fuente. El grupo asociado a Siegel mantuvo un gran hermetismo en la época para negar cualquier rumor al respecto.

West hizo su respectiva denuncia por falta de pago por derechos, pero la justicia le impidió un resarcimiento. El base mantuvo un  A ESPN le dijo en 2019:  «Desearía que nunca hubiera salido ese logo. Sé que soy yo, y es halagador. Jugué en el momento en que comenzaron a comercializar la Liga. No me enteré hasta que me lo contó el difunto comisionado Walter Kennedy. El New York Times publicó un artículo al respecto. Una vez más, es halagador, pero si yo fuera la NBA, me avergonzaría. No me gusta hacer nada para llamar la atención sobre mí mismo, y cuando la gente me llama The Logo, simplemente no es lo que soy, punto. Si quisieran cambiarlo, desearía que lo hicieran». Esa posibilidad de cambio estuvo latente en 2020 tras el triste deceso de Kobe Bryant, pero no sucedió.

DOS DESILUSIONES

La temporada 1969-70 arrancó con un escenario diferente. Entre las broncas del logo, Jerry West fue una de las grandes caras del equipo de los Lakers, ahora dirigido por Joe Mullaney. La partida de Bill Russell como inminente regresión de los Celtics los ponía en posición de máximos contendientes. Pero el equipo no estuvo a la altura.

Un 46-36 permitió el pasaje a Playoffs con el segundo mejor lugar de la división. Tuvo muchísimos problemas para sortear a los Phoenix Suns (4-3) en semifinales regionales. Luego, sorprendió con un aplastante 4-0 sobre los Atlanta Hawks para meterse en la definición. ¿Su rival? New York Knicks.

West fue a Nueva York con la posibilidad de dos revanchas. Festejar su primer campeonato y hacerlo ante aquellos que usaron su imagen sin su consentimiento. Motivo que lo potenció a promediar 31,3 puntos, 3,4 rebotes y 7,7 asistencias en la serie. Como si fuese poco, envió a suplementario el tercer juego con un milagroso tiro. No obstante, la franquicia cayó 111-108. Además, la serie llegó a un séptimo y definitivo asalto.

 

El partido no tuvo equivalencias. Nueva York abrió con un 38-24 y se fue al descanso con un 69-42 ante su gente. West encajó 28 puntos, pero no alcanzó para la levantada. Un 113-99 hizo posible la máxima alegría de la Gran Manzana.

La expectativa pasaba a ser la revancha de la 1970-71. Una campaña triste para los Lakers: 48-34 en fase regular, 4-3 sobre los Bulls y caída por 4-1 ante los Bucks. El verdugo tuvo a quien marcaría los 70′ en la NBA, Kareem Abdul-Jabbar, quien comandó el festejo con medias de 25,0 puntos y 17,2 rebotes frente a Wilt Chamberlain. Jerry West fue integrante de los quintetos ideales de 1970 y 1971, pero poco importó.

EL TÍTULO TAN DESEADO

La franquicia volvió a cambiar tras dos años de frustraciones. Bill Sharman reemplazó como entrenador al despedido Joe Mullaney. A su vez, se potenció con las llegadas de Flynn Robinson, Leroy Ellis y John Trapp, quienes fueron suplentes importantes.

No obstante, el gran cambio de Sharman llegó a partir de su sistema de entrenamiento como juego. El coach impuso un esquema que priorizaba la defensa como el contraataque. Un estilo que luego imitó todo el planeta. Los Ángeles se alejó del glamour de otras épocas y abrazó el trabajo duro. Sacó lo mejor del dúo veterano de West y Chamberlain. Baylor sólo disputó nueve encuentros en la campaña antes de retirarse en diciembre de 1971.

Tuvo la mejor ofensiva de la liga como la segunda mejor defensa cada 100 posesiones. Combinación que dio un 69-13, la mejor marca de la NBA hasta que llegaron los Bulls de la 1995-96 (luego superados por los Warriors de la 2015-16).

El estilo de juego fue tan arrollador que la franquicia no tuvo problemas en los Playoffs. 4-0 a los Bulls y la venganza con un 4-2 sobre los Bucks para garantizar la plaza en la definición. Un 4-1 sobre los Knicks para terminar de dejar en claro que era el mejor elenco de la NBA. Gail Goodrich (25,6) encabezó el goleo, mientras que Jerry West promedió 19,8 puntos, 8,8 asistencias y 4,0 rebotes en la definición. Ganó el primer premio al MVP de las Finales en el tan ansiado primer título de los Lakers en Los Ángeles, el quinto de la franquicia.

OCASO COMO JUGADOR

Los Lakers querían repetir en la 1972-73, pero chocaron con la veteranía. No obstante, Jerry West mantuvo un gran nivel con 22,8 puntos y 8,8 asistencias, méritos para estar en los primeros quintetos. Fue el creador de un equipo que firmó un 60-22 en la fase regular, como también sorteó a Bulls (4-3) y Warriors (4-1) para tener una chance legítima de ser bicampeón.

Sin embargo, el equipo angelino no tuvo chance ante los Knicks. Ganó el primer partido por 115-112, pero luego cayó en los siguientes encuentros. West promedió 21,4 puntos, 4,6 asistencias y 3,2 rebotes, pero no alcanzó para competir. Wilt Chamberlain se retiró al finalizar la campaña.

La temporada 1973-74 tuvo una gran turbulencia. West tenía 36 años y mantuvo un muy buen nivel durante 31 partidos: 20,3 puntos, 6,6 asistencias y 3,7 rebotes. No obstante, una lesión en la ingle lo dejó fuera de gran parte de la fase regular. Volvió para ser eliminado en Playoffs por los Bucks en cinco juegos.

Él tenía la intención de seguir, pero tuvo un gran cruce con el dueño Jack Cooke. El mandamás saldó la deuda económica que tuvo con el base, aunque le negó renovar el vínculo por el dinero solicitado. «Básicamente le dijo a mi agente que se vaya a la mierda. Podría haber jugado un buen año (…) pero no iba a jugar para otro equipo», señaló más adelante en el libro reconocido como «The Show» de Roland Lazenby. Así llegó un convulsionado e indeseado retiro.

 

West se retiró como el líder histórico de los Lakers en: partidos disputados (932), dobles anotados (9016), tiros libres encestados (7160), asistencias repartidas (6238) y puntos (25.192). Discutiblemente el mejor jugador de la franquicia más popular de la NBA. Luego sería superado por Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar y Kobe Bryant. En 1980, ingresó al salón de la fama.

EL ENTRENADOR GRITÓN

Jerry West nunca quiso ser entrenador y lo confesó más adelante (FOTOGRAFÍA gentileza Deportes 24).
Jerry West nunca quiso ser entrenador y lo confesó más adelante (FOTOGRAFÍA gentileza Deportes 24).

La vida siempre da revancha y fue el mismo Jack Cooke quien fue a buscar a Jerry West tras su retiro. El dueño lo quería para tomar el hueco como entrenador tras el ascenso de Bill Sharman a gerente general. El ahora coach aceptó a dirigir a un equipo que contaba con Kareem Abdul-Jabbar, pero venía de campañas decepcionantes.

La primera temporada fue la 1976-77. Arrancó con un llamativo traspaso de Gail Goodrich a New Orleans Jazz por dos picks de primera ronda y una segunda. Sin embargo, fue la mejor desde el título: un 53-29 detrás de un Kareem que fue el MVP de la liga, además de contar con un gran defensor en Don Chaney. Sorteó 4-3 a los Warriors en las semifinales de conferencia, pero cayó 4-0 ante los Trail Blazers que acabaron siendo campeones.

La 1977-78 no fue mejor. El equipo estuvo marcado por una gran cantidad de lesiones, incluyendo sólo nueve apariciones de Chaney. Esto lo llevó a un 45-37 en la fase regular y rápida eliminación ante Seattle Supersonics (2-1). El verdugo llegó a la final, pero no pudo con los Washington Bullets.

El tercer año tuvo muchas turbulencias internas. Cooke decidió vender la franquicia a Jerry Buss. Jerry West intentó hacerle frente al caos de cambio e hizo una labor aceptable. 47-35 para meterse en Playoffs con el sexto lugar. Sorteó a Denver Nuggets (2-1) antes de ser eliminado por los campeones Seattle Supersonics (4-1).

Sin embargo, cada campaña quedó empañada por alguna reacción del mismo entrenador. Como expone Deportes 24: «Entrenar no era algo que realmente fuera capaz de hacer. Como entrenador era un gritón y un gritón, lo que odiaba. Cuando llegó Jerry Buss, supe que era mi momento de dejar de entrenar de una vez por todas. Habría sido injusto para mí seguir haciendo un trabajo que odiaba, y habría sido injusto para Jerry (Buss) tener un entrenador que no era tan bueno en su trabajo».

EL SCOUT Y ACOMPAÑANTE DEL PADRINO

Jerry West acompañó a Pat Riley como asistente en el título de la 1981-82 (FOTOGRAFÍA gentileza The Lead).

La inteligencia de West para el básquet estaba indiscutida, por lo que Buss lo reemplazó con Paul Westhead y le ofreció dos puestos. Por un lado, debía ser el scout en pos de encontrar nuevo talento. Por el otro, debía ayudar a Westhead, su anterior asistente, a llevar adelante su nuevo labor. West acompañó al nuevo entrenador, pero no se volvió a sentir en la obligación de gritarle a los jugadores.

Como si fuese poco, con el pick del traspaso de Gail Goodrich llegó Magic Johnson a través del Draft. La llegada del base dio un cambio rotundo, impulsando la posibilidad de hacerse con un título.

Durante los años siguientes contribuyó para la llegada de varios jugadores, incluyendo a Kurt Rambis con el 58° pick del Draft 1981. Aquel año Jerry Buss echó a Westhead por sus roces constantes con Magic Johnson. Ascendió a Pat Riley al puesto de entrenador, dejándole a West la labor de acompañarlo en la dirección. Incluso, se confundió en conferencia de prensa al presentarlo como el nuevo entrenador en vez de a Riley. Fue el mismo West quien debió aclarar los roles.

El tándem, detrás del concepto defensivo que buscaba imponer Riley, logró el título en la temporada 1981-82.

EL GERENTE DEL SHOWTIME

Jerry West y Magic Johnson, dos de los máximos protagonistas de los Lakers en los 80' (FOTOGRAFÍA gentileza USA Today Sports).
Jerry West y Magic Johnson, dos de los máximos protagonistas de los Lakers en los 80′ (FOTOGRAFÍA gentileza USA Today Sports).

Un nuevo cambio llegó en la previa de la 1982-83. Bill Sharman se alejó de los Lakers, dejando a Jerry Buss con un puesto significativo vacante. La capacidad de Jerry West lo ponía por encima del resto.

Él ya tenía al tándem de Johnson y Abdul-Jabbar, pero potenció al gran show de los 80′. Logró los arribos de James Worthy (1 del Draft 1982), Byron Scott (vía traspaso por Norm Nixon tras su selección en el Draft 1983) y AC Green (23° del Draft 1985). Forjó el traspaso que dio a Mychal Thompson (en febrero de 1987 por Frank Brickowski, Petur Gudmunsson y dos picks de Draft).  A partir de estos cambios, potenció al equipo que ganó títulos en 1985, 1987 y 1988.

Aquel icónico equipo angelino terminó perdiendo su envión en los 90′ por dos hechos. El primero de ellos fue la presencia de Michael Jordan, el mejor jugador de la historia. La valla restante fue el caso de HIV de Magic Johnson. El combinado angelino venía de perder las finales de 1991 ante los Bulls y tenía posibilidades de una revancha. No obstante, el positivo del base obligó a su retiro por prevención. Luego compitió en Barcelona 1992 como volvió a los Lakers para un último baile en 1996, aunque ya estaba muy lejos de su nivel.

UNA RECONSTRUCCIÓN MÁS RÁPIDA DE LO ESPERADO

Fue el arquitecto de la dupla de Kobe Bryant y Shaquille O'Neal (FOTOGRAFÍA gentileza Sportscasting).
Fue el arquitecto de la dupla de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal (FOTOGRAFÍA gentileza Sportscasting).

Los Lakers supieron mantenerse fuertes tras la partida de Magic Johnson. Si bien necesitaron unos años de reacomodamiento, Jerry West hizo más fácil ese período. Sumaron a Vlade Divac, que venía de ser finalista olímpico, antes de la partida del base. Luego añadieron a talentos en Nick Van Exel, Cedric Ceballos y Elden Campbell. Con esta base, y bajo la conducción de Del Harris, volvieron a las semifinales de conferencia en 1995. Un 4-2 ante los San Antonio Spurs los privó de decir presente en la definición regional. A pesar de esto, ganó el premio al ejecutivo del año.

Johnson regresó para sumarse a esta base en la 1995-96. Jugó 32 partidos antes de retirarse definitivamente, pero ayudó a mejorar el récord a un 53-29. Un inesperado 3-1 ante Houston Rockets puso un fin abrupto a la temporada.

El verano estadounidense de 1996 estuvo marcado por tres momentos para Los Ángeles. Primero, la franquicia comprendió que iniciaba su etapa post Magic. Segundo, Jerry West ya tenía entre ceja y ceja a sucesor: Kobe Bryant. El escolta de Lower Menion High School era una de las caras más seguidas del Draft 1996. Charlotte se hizo con sus servicios a través del 13° pick, pero Lakers se movió rápido y envió a Vlade Divac a cambio. Black Mamba cayó a ese puesto porque manifestó su deseo de jugar en Italia, pero no dudó al ser fichado por los Lakers.

El movimiento trajo un doble beneficio. Sumaron a un jugador que sería leyenda, como hicieron el espacio salarial para hacerse con los servicios de Shaquille O’Neal. El pivote estaba analizando su salida del Orlando Magic tras las lesiones de Penny Hardaway. Unos días más tarde al arribo de Kobe, la franquicia sumó a Shaq.

CONFLICTO, DOMINIO Y DESPEDIDA

Los Lakers tardaron en volverse contendientes, principalmente por la falta de química entre Bryant y O’Neal. Registraron semifinales de conferencia en 1997 y fueron barridos en la definición del oeste por el Utah Jazz en 1998.

La siguiente campaña, la de 1999, fue la peor del período. Un año marcado por el lockout más largo, el despido de Del Harris por no encontrarle la vuelta al equipo y un paso discutible de Kurt Rambis. La franquicia llegó a Playoffs con un 31-19, tachó a Houston Rockets (3-1) y fue eliminada por los campeones Spurs (4-0).

Jerry West convenció a Phil Jackson para hacerse con el puesto de entrenador. El coach llevaba un año sin entrenar tras el segundo retiro de Jordan. El Maestro Zen dominó los egos del tándem estelar, logró un 67-15 y marcó la ruta hacia el campeonato tan deseado. Llegó el primero de los tres consecutivos bajo su conducción.

Lo triste para West fue que no pudo disfrutar ninguno de ellos. Si bien West estaba convencido que Jackson era la mejor opción, nunca tuvo una buena relación con él. Varios choques marcados por insultos fueron alejando al gerente general de su posición. Era él o la fórmula campeona con los mejores jugadores de la liga. Eligió retirarse como héroe antes de vivir como un villano.

REGRESO DE LA MANO DE MEMPHIS

Jerry West estuvo dos años alejado del básquetbol, pero retornó a la NBA como gerente general de los Memphis Grizzlies. El equipo llevaba siete años en la liga y tan sólo había disputado su primero en la ciudad de Tennessee.

Si bien esta etapa no estuvo marcada por el éxito como en Los Ángeles, fue uno de los arquitectos del estilo que le faltaba a la franquicia. Edificó a una organización que se unió bajo la postura del grit-and-grind. El trabajo duro y la defensa de lo propio se volvió una identidad.

Su período (2002-2007) también estuvo marcado por arribos significativos. Fichó a Mike Miller, Rudy Gay y Kyle Lowry para acompañar al jugador franquicia Pau Gasol. También contrató a Hubie Brown, seleccionado como el entrenador del año en 2004, con quien logró una temporada de 50-32.

El mismo West declaró su retiro en 2007, dándole las llaves de la franquicia a Chris Wallace.

EL CONSULTOR DE LUJO DE LOS WARRIORS

Pasó cuatro años alejados del básquetbol, pero volvió con un nuevo rol en 2011. Golden State Warriors, mediante sus nuevos dueños Joe Lacob y Peter Guber, lo contrató como ejecutivo de su dirigencia. Asesoró al gerente general Bob Myers, quien construyó al equipo más dominante de la década.

El elenco ya tenía a Stephen Curry, pero ayudó en los arribos de Klay Thompson, Draymond Green, Steve Kerr como entrenador y, más tarde, Kevin Durant. Ganó dos títulos (2015 y 2016) antes de volver a su ciudad amada, Los Ángeles.

RETORNO… CON EL RIVAL

Jerry West incidió en el arribo de Kawhi Leonard a los Clippers en 2019 (FOTOGRAFÍA gentileza Sporting News).
Jerry West incidió en el arribo de Kawhi Leonard a los Clippers en 2019 (FOTOGRAFÍA gentileza Sporting News).

El 14 de junio del 2017 sucedió algo inesperado. Los Ángeles Clippers anunció el arribo de Jerry West como miembro de su comité ejecutivo. Aquella persona conectada históricamente con los Lakers iba a ayudar al elenco menos condecorado de la ciudad.

West hizo un trabajo fino desde entonces. Ayudó a tener un buen pasar tras la partida del tridente de Chris Paul, Blake Griffin y DeAndre Jordan. Fue vital en la llegada del tándem de Kawhi Leonard y Paul George en 2019.

Aún en 2022 sigue conectado a los Clippers. Sueña con poder darle a la franquicia su necesario primer título. Logo de lucha y perseverancia, aquel niño indefenso se volvió un maestro del conocimiento en la NBA.

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