«Con la 57° selección en el Draft de la NBA de 1999, los San Antonio Spurs eligen a Emanuel Ginóbili de Argentina». En el ocaso del 30 de junio, ninguno de los -en ese momento- pocos presentes en el MCI Center de Washington sabía lo que vendría. Esa noche estadounidense cambió la historia de los Spurs. Esa madrugada del 1 de julio fue histórica para Argentina, aún sin conocer lo que luego pasaría con el bahiense.
Los 29 equipos de la liga tuvieron la chance de elegir al argentino. Los Hawks contaron con cinco picks para hacerse con sus servicios; pero optaron por otras opciones como Roberto Bergersen (52°), que nunca jugó en la NBA. Bulls y Jazz, protagonistas de las finales del 1997 y 1998, contaron con cuatro oportunidades. Nobleza obliga, los de Utah tuvieron la última tras la selección del albiceleste.
En tiempos de fuera de temporada, los expertos aprovechan el tiempo libre y reeligen a los jugadores de un Draft pasado. Cuando se habla del Draft de 1999, la selección es unánime: Manu Ginóbili fue el 1 de la camada. Cuatro títulos; dos Juegos de las Estrellas; el premio al mejor sexto hombre del año en 2008 y tres oportunidades dentro de los quintetos ideales de las temporadas. Pergaminos que acompañan a un jugador que tuvo todo para ser una de las mayores estrellas, pero que renunció a los premios individuales para ser campeón. Así, junto a Tim Duncan y Tony Parker, integró uno de los tridentes más exitosos que tuvo la NBA.
EL INTERÉS DE LA FRANQUICIA
Ginóbili tenía 22 años cuando fue seleccionado en el Draft de 1999. El argentino había jugado cuatro años en la Liga Nacional (Andino Sport Club y Estudiantes de Bahía Blanca) antes de partir a Europa para sumarse al Viola Reggio Calabria de Italia. Entre su primer partido profesional (29 de septiembre de 1995) y esa noche hubo cuatro años en los que ganó: Revelación de la LNB (1995/96); Jugador de Mayor Progreso en la LNB (1996/97); y fue seleccionado al Juego de las Estrellas de Italia (1999). A diferencia del comentario que recibió en su debut, tenía condiciones de sobra para ser un talento fuerte en Europa.
Sin embargo, el interés de los Spurs por Ginóbili inició en 1997, más precisamente en el Mundial Sub 22 de Melbourne, Australia. R.C. Buford, con distintos roles en la franquicia desde 1994, quedó impactado por el juego desarrollado del argentino en ambos lados de la cancha. «Al lado de Manu había jugadores muy buenos y jugaron un muy buen estilo de básquet (…). Podías notar la pasión que tenían”, le dijo a Alma Naranja en 2017. Entre esos compañeros estuvo Luis Scola, a quien San Antonio seleccionó con el 56° puesto del Draft 2002. También Fabricio Oberto, campeón con la franquicia texana en 2007.
Argentina jugó en un altísimo nivel con un buen aporte de Ginóbili. El bahiense promedió 10,9 puntos, 2,6 rebotes, 1,5 asistencias y 0,7 robos por encuentro en 23,2 minutos. Si bien los números no destacaron su performance, el escolta demostró su visión de juego siendo uno de los conductores del equipo junto a Pepe Sánchez. El tándem también lideró el trabajo defensivo del elenco de Julio Lamas.
El seleccionado ganó los primeros seis partidos del certamen para llegar a una durísima semifinal ante el dueño de casa, Australia. Ginóbili anotó 20 puntos en el cruce con un formidable 8/12 de campo, pero el local se las ingenió para conseguir un agónico 71-68. Aquel duro golpe fue una enseñanza para la base del equipo que luego se alzó con la medalla de oro en Atenas 2004.
Tras ese torneo, Ginóbili nunca dejó de estar en los papeles de los Spurs. Fue el cuarto argentino seleccionado en el Draft de la NBA, detrás de Jorge González (54° de 1988 – Atlanta Hawks); Hernán Montenegro (57° de 1988 – Philadelphia 76ers); y Marcelo Nicola (53° de 1990 – Houston Rockets). Sin embargo, ninguno de los antecesores llegó a disputar un partido oficial en la liga, por lo que fue el primero del listado en debutar.
EL CAMINO HACIA LA NBA
San Antonio se hizo con los derechos de Ginóbili en 1999, pero el argentino no debutó en la NBA hasta el inicio de la 2002-03. El equipo prefirió que continúe desarrollándose en Europa, compitiendo contra los mejores equipos del continente en vez de darle ‘minutos basura’.
Manu jugó un año más en el Reggio Calabria hasta que partió al Virtus Bologna -en ese entonces Kinder Bologna-, el mejor equipo de Italia en ese momento. Ahí se volvió el mejor jugador en Europa, demostrándolo tanto en el plano local como a nivel continental. Ganó una liga italiana y dos copas nacionales, como también fue el líder del conjunto campeón de la Euroliga 2000-01. Jugó a tal nivel que fue seleccionado como el MVP del certamen italiano en años consecutivos (99-00 y 00-01); como el mejor jugador del Final Four del torneo europeo (2001). Tres campañas destacadas en el máximo nivel europeo fueron más que suficientes para revalidar la apuesta en el Draft.
Sin embargo, unos meses antes de su llegada a la liga, dio la mayor muestra de nivel, nuevamente con el seleccionado argentino. Ginóbili encabezó al conjunto que terminó siendo subcampeón mundial en Indianápolis 2002. Además, fue el líder del histórico triunfo sobre Estados Unidos con 15 puntos, 3 asistencias y 2 robos para el 87-80. Una escandalosa final ante Yugoslavia lo privó del título, pero Popovich ya había avisado tras la derrota que su rol sería clave: «Ginóbili es un jugador explosivo; para mí es un todoterreno y puede jugar hasta de base. Lo voy a tener en la rotación con los titulares porque voy a llevarlo de a poco, pero está claro que va a jugar desde el arranque, cuando enfrentemos a Los Angeles Lakers».
El 28 de octubre del 2002 fue el debut de Manu en la NBA, justamente ante los Lakers. Anotó siete puntos, repartió tres asistencias y bajó dos rebotes para el triunfo por 87-82. Ese fue el inicio de su legendaria carrera junto al conjunto texano.
