Detroit Pistons vivió una de sus épocas más gloriosas entre fines de la década de 1980 y principios de 1990. El equipo denominado “Bad Boys” estampó su selló en la historia de la NBA al levantar dos trofeos en 1989 y 1990. La tercera y última conquista fue en 2004, gracias al título frente a Los Ángeles Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal y el subcampeonato en 2005.
Sin embargo, la historia era distinta para la franquicia en la década de 1970 porque buscaba ubicarse en los primeros planos de la competición. La etapa de transición fue extensa y complicada en los ’60, ya que solamente una vez jugaron Playoffs desde 1963. Es por eso que buscaba conformar un equipo que se presentara frecuentemente en postemporada.
En ese aspecto, fue clave la consolidación de una estrella que empezara a brindarle momentos más prometedores a los hinchas del conjunto de Michigan. Y eso logró Bob Lanier, quien fue seleccionado en el primer puesto del Draft 1970. Detroit supo capitalizar el pick principal, teniendo en cuenta que no volvió a elegir en esa posición hasta 2021.
The Detroit Pistons land the No. 1 pick of the 2021 NBA Draft. The Pistons haven’t had a top pick since 1970 when they drafted Hall of Fame center Bob Lanier.
— Eric Woodyard (@E_Woodyard) June 23, 2021
DERRIBANDO MUROS DESDE MUY JOVEN
Robert Jerry Lanier Jr nació el 10 de septiembre de 1948 en Buffalo, New York. Desde sus inicios tuvo una estatura enorme, debido a que los 16 años medía 1m98 de altura. Pero a la vez, esto le trajo problemas: fue cortado en su segundo año en el básquet secundario porque era considerado “torpe”. Al año siguiente lo volvió a intentar en el mismo colegio, Bennett High School. Y esa vez, dio un ejemplo de la reconocida frase “persevera y triunfarás”.
Bob lideró al plantel hacia dos títulos consecutivos, promediando 21,5 puntos en el primer torneo y 25 en el segundo. Asimismo, estuvo incluido dentro del All City Team y recibió honores del All Western New York State. A partir de ahí, todos los colegios universitarios comenzaron a depositar su interés en él.
Saint Bonaventure University tuvo la fortuna de sumar al gigante a su equipo desde 1967 hasta 1970. El entrenador de aquella época, Larry Weise, explicó el motivo por el cuál lo convencieron: “Le dije que sus padres podrían ir a verlo todos los partidos. Eligió a Saint Bonaventure, así que sus padres estuvieron en cada encuentro”.
Mientras se desempeñaba en la carrera de Administración de Empresas, Bob Lanier hizo ruido desde su primer año. Es que firmaba registros altos para perfilarse como uno de los internos con más expectativas de cara a la NBA. Además, coincidió en la misma época que Kareem Abdul-Jabbar (Lew Alcindor) hacía lo suyo en UCLA.
The Dobber, quien recibió el apodo en esa época, estuvo siempre incluído dentro del Segundo Mejor Quinteto All-American. En cada una de sus tres campañas estuvo solamente por detrás de Alcindor, ya que sostuvo el doble-doble en su promedio. A su vez, llevó a Saint Bonaventure a dos Torneos de la NCAA en 1968 y 1970.
El pasaje al Final Four ocurrió en su último año. Sin embargo, un desgarro en uno de los ligamentos de la rodilla derecha lo privó de la definición del certamen. Pero no evitó el hecho de que los Pistons lo seleccionaran más adelante en el primer lugar del Draft 1970.
SU SALTO HACIA EL ESTRELLATO
“No estaba sano cuando llegué a la liga. No debería haber jugado mi primer año. Pero había tanta presión por parte de ellos para jugar. Hubiera estado mucho mejor —y nuestro equipo hubiera estado mucho mejor— si me hubiera sentado ese año y hubiera trabajado en mi rodilla. Me dolía tanto la rodilla todos los días que era ridículo estar haciendo lo que estaba haciendo”.
A pesar de esta reflexión, Bob Lanier finalizó su primera campaña con un lugar en el Mejor Quinteto del Año. Con asistencia perfecta en fase regular (los 82 partidos), firmó una media de 15,6 puntos y 8,1 rebotes por juego. Si bien no pudieron clasificar a Playoffs, los Pistons coscharon en ese torneo la mejor marca de triunfos en la historia de la franquicia (45).
La evolución de The Dobber se reflejó constantemente. De hecho, ya en su segunda campaña se ganó un lugar en el Juego de las Estrellas. Fue la primera de las ocho convocatorias que recibió a lo largo de su carrera (1972 a 1975, 1977 a 1979 y 1982). En una liga donde las figuras dominaban en la pintura, Bob demostró estar a la altura de esas estrellas con la obtención del premio al MVP del All Star Game en 1974. Con Kareem Abdul-Jabbar y rivales como John Havlicek, Pete Maravich y Walt Frazier, se lució cerrando su planilla en aquel día con 24 puntos, diez rebotes y dos tapas.
También, en ese año jugó sus primeros Playoffs después de que su equipo volviera a establecer el mejor récord de la franquicia de todos los tiempos (52-30). Detroit comenzó a llamar la atención de los mejores equipos de la competición, porque su nivel de juego colectivo se potenció y transformó en una amenaza para los contendientes al título.
El pivote y pilar del conjunto de Michigan le dio crédito al entrenador que dirigió al plantel en esa época, Ray Scott. “Se hizo cargo y empezamos a jugar colectivamente como un equipo. Teníamos un buen sentimiento y nos llevábamos bien el uno con el otro”. Entre 1974 y 1978, los de la Ciudad del Motor se deleitaron con cuatro apariciones consecutivas en la postemporada.
EL TIEMPO DE LA MUDANZA
Después de 1978, Bob Lanier pasó dos años más en Detroit. Sin embargo, la reducción de apariciones en fase regular debido a las lesiones y las ausencias en Playoffs generaron un cambio drástico en su trayectoria. El interno partió a Milwaukee Bucks con el fin de ocupar el puesto de Kareem Abdul-Jabbar, quien había seguido su rumbo hacia Los Ángeles Lakers.
“Cuando me subí al avión, lloré como un bebé. Pedí el traspaso, pero mi sangre y alma serán de los Pistons. Jugar en Detroit fue una montaña rusa de emociones. Hubo un montón de tristeza por no haber ido donde quería”, explicó The Dobber sobre la salida del elenco que lo eligió en la primera posición del Draft 1970.
El interno neoyorquino vistió la camiseta de Milwaukee durante las últimas cuatro temporadas y media de su carrera. En ese tiempo, depositó toda su artillería en un plantel que aspiraba a competir por el título. Aunque haya llegado solamente a unas Finales de Conferencia en 1983, los Bucks le dieron el reconocimiento que se merecía porque retiraron la camiseta número 16. Ese tributo valió oro, como levantar la copa Larry O’Brien.
ALTA EN EL CIELO
Bob Lanier colgó las zapatillas después de finalizar su participación en la campaña 1983-84. Nueve años más tarde, Detroit Pistons le dio la ceremonia que le debían. En el entretiempo del partido contra Golden State Warriors, el 9 de enero de 1993, los de la Ciudad del Motor le rindieron la celebración que tanto se demoró.
Pese al traspaso a Milwaukee, The Dobber invirtió la mayor parte de su carrera en el conjunto de Michigan. Desde la selección en el Draft y el estreno en la NBA, se encargó de ubicar en la franquicia en los primeros planos de la competencia. El equipo empezó a crecer deportiva e institucionalmente, lo cual significó un primer paso gigante hacia la dinastía a fines de la década de 1980.
Por ende, los Pistons colgaron la camiseta número 16 en el techo de su cancha. Junto con otras diez casacas, la de Bob Lanier se afianzó como una de las más relucientes por haber llegado a tener números históricos con Detroit. Es que se retiró con las mejores marcas de puntos (15,488) y rebotes (8,063) de la historia de la franquicia. Su legado quedará para siempre en tierras del estado de Michigan.