La muerte de Drazen Petrovic continúa siendo una herida abierta. El lunes 7 de junio llegó con la shockeante noticia del fallecimiento del croata. Un accidente automovilístico en Denkendorf, Alemania, provocó su deceso a los 28 años.
La policía alemana dejó en claro tras su investigación que fue una tragedia. El croata estaba viajando a Múnich en auto para jugar el EuroBasket 1993 junto a novia Klara Szalantzy y Hilal Ebedel, jugadora turca amiga de la pareja. El trío se encontraba a aproximadamente 100 kilómetros de su destino cuando sucedió el incidente fatal.
Según lo que reportó la autoridad teutona, el clima de lluvia fuerte y visibilidad reducida fue clave en el deceso del croata. Alemania es un país conocida por tener autovías con carriles rápidos en los que los autos no tienen un límite de velocidad. Szalantzy estaba manejando, Drazen estaba dormido en el asiento de acompañante, mientras que Ebedel estaba detrás. Ella conducía a 180 kilómetros por hora cuando un camión se le cruzó en su camino. Tuvo los reflejos suficientes para maniobrar y salvar la vida como la de su amiga.
No obstante, el croata no tuvo la misma suerte. El camión impacto contra el asiento de acompañante en donde se encontraba Petrovic sin el cinturón de seguridad. El impacto le causó salir disparado por la ventana del auto e impactar su cabeza contra el guardabarros de la camioneta, produciéndole un deceso instantáneo.
REACCIONES
La muerte de Drazen Petrovic generó una tristeza profunda en el mundo del básquetbol. Chuck Daly, que por aquel entonces era el entrenador de los New Jersey Nets, lideró una conferencia de prensa en la que no ocultó su estado de ánimo. El histórico ligado a los Pistons, y por aquel entonces entrenador del croata, señaló: «Esto nos demuestra que tan valiosa la vida y que tanto la tomamos como un regalo que no valoramos»
A su vez, Clyde Drexler, ex compañero del europeo en Portland Trail Blazers, mencionó: «Fui uno de los primeros que se acerco a él al llegar. Siempre me sorprendió su ética de trabajo. El primero en llegar al gimnasio y el último en irse. Se ganó mi respeto de manera instantánea. Además, una persona extraordinaria. Acabamos de tener una pérdida incalculable».
SU LEGADO
Drazen Petrovic fue uno de los máximos talentos nacidos en el viejo continente. Fuera de Estados Unidos ganó prácticamente todo lo que se pudo, tanto a nivel clubes como seleccionado nacional. Junto al KK Cibona fue campeón de la Liga de Yugoslavia en 1985 y se impuso en tres ocasiones como el líder del plantel que obtuvo la Copa de Yugoslavia (1985, 1986 y 1988). Además, ganó dos Copas Europeas (1985 y 1986) y dos Recopas Europeas (1987 y 1989), la última de ellas junto al Real Madrid en su única temporada en España.
Para aquel entonces, el croata era una de las caras principales del seleccionado de Yugoslavia junto a Vlade Divac. Obtuvo la medalla de bronce en Los Ángeles 1984 y la de plata en Seúl 1988. Además, en su último torneo previo al arribo a la NBA, ganó el Eurobasket de 1989 en Zagreb, la capital de Croacia.
Su facilidad para anotar y extraordinaria capacidad para pasar llamó la atención de la NBA. Portland, que lo seleccionó con el 60° puesto del Draft de 1986, hizo uso de sus derechos antes de iniciar la temporada 1989-90.
El primer año del croata fue de mayor a menor. Llegó como la nueva sensación de los Blazers, pero su falta de dominio del inglés no cayó bien. Cerró su primer año en la liga con medias de 7,6 puntos, 1,5 asistencias y 1,4 rebotes en 12,6 minutos. El equipo luego llegó a las finales de la NBA, pero tuvo poco rodaje por parte del entrenador Rick Adelman.
CAMPEÓN DEL MUNDO EN EL LUNA PARK
Finalizada la temporada 1989-90, Petrovic no descansó y se sumó al combinado de Yugoslavia para el Campeonato Mundial de Argentina 1990. El elenco de europeo llegó como uno de los grandes candidatos a desbancar a Estados Unidos, el cuco de todos los torneos. Por su parte, el elenco de Dusan Ivkovic contó con otros talentazos como Toni Kukoc y Željko Obradović.
El comienzo del torneo llegó con sorpresa. Yugoslavia garantizó el pasaje a la siguiente fase con triunfos sobre Venezuela (92-84) y Angola (92-79). No obstante, Puerto Rico (82-75) le dio un revés para quedarse con el ‘uno’ del Grupo A. La caída sirvió para evadir a Estados Unidos en la segunda fase y Yugoslavia mandó en el Grupo F. 105-86 a Brasil; 100-77 a URSS y 77-67 a Grecia para avanzar como el mejor clasificado.
Lo que se perfilaba como la gran final llegó de manera anticipada en semifinales. Puerto Rico también sorprendió a EE.UU en el Grupo E, obligándolo a chocar con Yugoslavia. Un encuentro que tuvo al Luna Park abarrotado y a Drazen Petrovic como figura. El escolta encajó 31 de los 99 puntos del combinado europeo para el legendario 99-91 sobre el elenco norteamericano. Esto permitió el pasaje a la definición.
Contra todo tipo de predicción, la definición no contó con la sorpresa del torneo, Puerto Rico, sino que la URSS tuvo su posibilidad de revancha. No obstante, Yugoslavia se la denegó con un triunfo convincente. Petrovic sumó 18 unidades para el 92-75 que permitió la coronación. Un título que lamentablemente quedó en segunda plana porque en los festejos un hincha ingresó con la bandera de Croacia, Divac se la quitó, la tiró al suelo y esto causó el choque con su hermano. El 30×30 de ESPN, ‘Once Brothers’, hace foco en la relación que tenían ambos.
LA PARTIDA DE PORTLAND
Quizás el cruce con Divac fue un cambio rotundo en la vida de Petrovic. El escolta volvió a Portland, pero no tuvo la postura pasiva que Drexler marcó que tenía en otra época. Al ver que volvía a tener poco lugar en el equipo de Rick Adelman solicitó un traspaso. El 23 de enero de 1991 fue enviado a New Jersey Nets como parte de un traspaso a tres bandas que incluyó a los Denver Nuggets.
LA GRAN ESTRELLA DE LOS NETS
El rol de Drazen Petrovic creció significativamente desde su llegada a New Jersey. Cerró la 1990-91 con medias de 12,6 puntos en 20,5 minutos. La marca de 26-56 al finalizar la temporada poco importó. Había encontrado su lugar en el mundo.
Todo mejoró para la 1991-92. Se volvió el líder indiscutido de los nets con medias de 20,6 puntos, 3,1 rebotes e idéntica cantidad de asistencias, además de 1,3 robos en 36,3 minutos. Su impacto permitió un 40-42 que hizo posible el regreso a Playoffs. Petrovic encajó 40 puntos en el primer punto de la serie ante Cleveland Cavaliers, aunque el elenco de Ohio se impuso por 120-113. El elenco neoyorquino fue eliminado con un 3-1.
Petrovic alcanzó su punto más alto en la 1992-93. Su techo fue con medias de 22,3 puntos, 3,5 asistencias, 2,7 rebotes y 1,3 robos en 38,0 minutos. Ganó un premio al jugador de la semana por encima de Michael Jordan en diciembre de 1992. Mereció decir presente en el Juego de las Estrellas de 1993, pero fue el único de los máximos 13 anotadores de la liga en no ser invitado. Su último juego en la NBA fue el 9 de mayo de 1993, un 99-89 que le permitió a Cleveland avanzar a semifinales de conferencia con un 3-2.
EL TRISTE FINAL
Cuando todo lo que tocaba brillaba, la estrella de Drazen Petrovic se apagó. Una noche lluviosa y un accidente le quitó su vida. Un impacto fatal que golpeó a todo el mundo del básquetbol. Para los que lo vieron, uno de los máximos talentos que hubo un Europa, quizás el mayor. Un genio de Sibenik que jamás será olvidado.