Byron Scott compartió plantel con Anthony Peeler en la temporada 1992-93. Chicago Bulls tuvo que jugar un partido de la fase regular en la casa de Los Angeles Lakers. Sin embargo, el base y emblema del conjunto californiano no pudo estar presente en el encuentro debido a una lesión. Entonces, el joven surgido de la Universidad de Missouri se encargó de una tarea imposible de evitar.
Byron Scott contó cuál era el trabajo en un podcast con The Dan Patrick Show. “Ustedes recuerdan a Anthony Peeler, de Missouri. Chicago Bulls vino a la ciudad y yo tuve un esguince de tobillo, desafortunadamente. Disfruté de marcar a Michael Jordan porque una cosa que hice fue no enojarlo (risas). Metía un lanzamiento y le decía: “Buen tiro Mike” (risas). No le hacía trash talk para que hiciera 60 puntos, lo tratabas de matar con amabilidad”, comenzó explicando.
En esa campaña, los de Hollywood estaban empezando con la reconstrucción, a raíz de los retiros de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar. En tanto, los de la Ciudad del Viento se encontraban en plena época de dinastía, debido a que habían conquistado los títulos de 1991 y 1992.
Byron Scott siguió relatando: “Entonces, ellos se bajaron del micro cuando terminamos el entrenamiento. Y me dijo:
– “¿Qué pasó, B-Scott? Escuché que no jugás esta noche”.
– “No, me esguincé el tobillo”.
– “¿Y quién me marcará?”.
– “Anthony Peeler”.
– “Oh, 50”.
Por eso, le dije a Anthony Peeler: “Escuchá. Probablemente, MJ vaya a anotar 50 esta noche, así que no trates de enojarlo”. Y terminó con 54. Básicamente, el hombre podía hacer lo que quisiera hacer en la cancha”, cerró el veterano de los Lakers.
Michael Jordan terminó guiando a Chicago Bulls hacia el tricampeonato en 1993 y consiguió su tercer premio consecutivo al MVP de las Finales. En dicha instancia, el conjunto de Illinois se impuso sobre los Phoenix Suns de Charles Barkley.
Luego de eso, el número 23 se tomó un breve descanso del básquet, como consecuencia del fallecimiento de su padre. Pero un año y medio después regresó a la actividad, con el fin de adjudicarle tres estrellas más a la franquicia. Único.