El básquetbol contemporáneo se rige a partir del triple. El tiro exterior es una herramienta obligatoria para todo jugador que quiere aspirar a decir presente y -sobre todo- a tener continuidad en la NBA. Así, a partir de una mayor cantidad de tiradores, más huecos en las defensas y una mayor exigencia en el marcaje, no resulta sorpresivo que haya un goleo mucho mayor al de otras épocas.
Aún así, la mayor anotación en una mitad de un partido de Playoffs sucedió en 1970. Un momento en la historia en la que el triple era una herramienta que sólo estaba presente en ABA, la liga paralela a la NBA. La mayor competencia del básquetbol estadounidense sólo tenía lanzamientos de campo (dos puntos) y tiros libres (uno). Como producto de la falta de este tiro exterior, el juego era más físico y la mayor presión recaía sobre los pivotes, los jugadores más altos que jugaban más cerca del aro.
Justamente el mayor protagonista de aquella noche del 30 de marzo de 1970 fue nada más y nada menos que Kareem Abdul-Jabbar, para muchos el mejor centro que tuvo la NBA en su historia. Su equipo, Milwaukee Bucks, visitó a los Philadelphia 76ers -que venía de vivir la partida de su némesis, Wilt Chamberlain– por el tercer juego de las semifinales del este. Tras un triunfo por lado en Wisconsin, la serie se trasladaba a Pensilvania para un encuentro vital en la serie.
La visita, que había firmado un 56-20 en la fase regular para terminar segundo en la región, pisó el acelerador a fondo desde el arranque. El dominio del creador del Skyhook se sintió desde el primer momento, explotando cada posibilidad para castigar cerca del aro. Encabezó un parcial de 40-14 en los primeros 12 minutos que parecía lapidario. Como si esto fuese poco, la distancia se estiró aún más en el segundo asalto a partir de los acompañamientos de Jon McGloklin (24) y Flynn Robinson (20) para el 77-41.
REACCIÓN INESPERADA
El equipo de Larry Costello estaba listo para rotar sus piezas en lo que parecía ser una noche tranquila, pero Philadelphia desistió a entregarse. El dueño de casa apeló un poco más al banco ante semejante humillación y encontró su rotación el goleo. Terminó la noche con ocho jugadores por encima de los 10 puntos siendo Archie Clark el líder con 20 unidades, cuatro asistencias y tres rebotes. Además, tuvo un buen aporte de Jim Washington, que firmó un doble-doble (10 tantos y 11 rebotes).
El dueño de casa jugó con mucho orgullo para intentar remontar la diferencia y obligó a Milwaukee a mantener sus piezas más de lo esperado. Necesitó de dobles decenas de Kareem Abdul-Jabbar (33 tantos y 17 rebotes), Bob Dandridge (18 unidades, 13 rebotes y seis asistencias), y Robinson (20 puntos y 14 asistencias), además del aporte de McGloklin para finiquitar el trabajo que le permitió la victoria por 156-120. Este envión le permitió luego avanzar a la siguiente instancia con un 4-1.
No obstante, el recuerdo quedó en la memoria de todos. Parciales de 47-31 en el tercer cuarto para Milwaukee y 32-48 para el local combinaron 158 puntos. La mayor anotación en una mitad de un partido de Playoffs.
Ni siquiera la final del 2017 entre Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors pudo quitar este récord. Aquella combinación de 154 tantos en la primera mitad fue la mayor en la historia de las finales, pero quedó a cuatro unidades del hito en Playoffs.