La Copa del Mundo de 2023 se llevará a cabo en Japón, Indonesia y Filipinas, desde el 25 de agosto hasta el 10 de septiembre. Y esta edición contará con un condimento muy especial, a diferencia de las anteriores. Es que será la primera vez que la competencia se desarrollará en tres naciones diferentes, por lo tanto buscará ampliar las fronteras del deporte a nivel internacional. Además, será el segundo torneo que contará con el nuevo formato de 32 selecciones, divididas en ocho grupos de cuatro cada uno.
Filipinas tuvo una evolución notable en el básquet en los últimos años. La aparición de Jordan Clarkson en la NBA se transformó en un ejemplo rotundo del crecimiento deportivo que hubo en el país. Asimismo, la presencia del base de Utah Jazz en la liga estadounidense incrementó la cantidad de fans en la nación hacia el deporte. Por eso, el presidente de la Philippines Basketball Association (PBA), Manuel V. Pangilinan, buscó aprovechar el momento para extender ese desarrollo presentando la candidatura a organizar una Copa del Mundo.
El primer intento se hizo para el año 2019, pero China se impuso en la votación en el afán de albergar aquella edición. Por ende, Manuel V. Pangilinan intentó encontrar variantes a la hora de planificar el certamen en sus tierras. Y la idea innovadora fue generar alianzas con otras federaciones del continente asiático con el fin de lograr un hito sin precedentes en la historia de la competencia FIBA: que un Mundial se realice en tres países diferentes.
EL PROCESO HACIA LA CANDIDATURA
El 28 de enero de 2017, Filipinas anunció la unión con Indonesia para desarrollar la Copa del mundo de 2023. La propuesta inicial era que ambas naciones se repartieran los encuentros de la fase de grupos, mientras que Filipinas se encargara de albergar la instancia final de manera completa. Sin embargo, faltaba un paso más para que ese proyecto tomara un impulso definitivo hacia la sorpresa. La última medida era sumar a otra federación que tuviera una rica historia del deporte. De ahí salió el acuerdo con Japón para establecer el trinomio a partir de una reunión de la Junta de Gobernadores de FIBA en mayo de 2017.
El 1 de junio de 2017, el trinomio compuesto por Japón, Indonesia y Filipinas fue oficializado por FIBA como uno de los proyectos candidatos a adjudicarse la preparación para el Mundial de 2023. Los competidores de los integrantes del continente asiático fueron Rusia, Turquía y la dupla sudamericana conformada por Argentina y Uruguay. El 31 de agosto del mismo año se produjo el mismo corte, en el cual quedaron eliminados Rusia y Turquía.
Desde ahí, se empezó a cocinar un hecho nuevo para el certamen más importante de la entidad madre del básquetbol. La intención era que el Mundial de 2023 fuera el primero de todos los tiempos en contar con más de un país anfitrión de dicho evento. Enfrente estaban Argentina y Uruguay, que tenían una gran historia por haber sido sedes de las ediciones de 1950 y 1967, respectivamente.
El secretario general de FIBA, Patrick Bauman, dijo en ese momento: “En los últimos años, hemos visto cómo la unión de varios países para organizar nuestros torneos más importantes ha tenido éxito. Este fue el caso en las dos últimas ediciones del FIBA EuroBasket, así como en el FIBA AfroBasket 2017 y la FIBA AmeriCup 2017. Estamos completamente seguros de que esta fórmula también funcionará con gran eficacia para nuestra competencia insignia. Además, estos son países con ricas tradiciones de baloncesto y aficionados apasionados”.
UN TRIUNFO MEMORABLE
Sin embargo, la infraestructura se impuso sobre la historia. Y de esta forma, el trinomio asiático terminó haciendo historia en la votación que se llevó a cabo el 9 de diciembre de 2017, en la Junta de Gobernadores de FIBA que realizó en Suiza. La votación se definió de manera unánime, a favor de Filipinas, Indonesia y Japón. “La Copa del Mundo es un evento del que los fanáticos del baloncesto en estos tres países están muy orgullosos y albergarlo permitirá difundir la fiebre del baloncesto en los tres países y la región”, afirmó Manuel V. Pangilinan, presidente de la Philippines Basketball Association (PBA).
Por su parte, el presidente de FIBA, Horacio Muratore, manifestó: “Estamos muy contentos de ver a las federaciones nacionales unirse y presentar ofertas de la más alta calidad para albergar nuestra Copa del Mundo. Esperamos presenciar una final de la Copa del Mundo de Baloncesto FIBA jugada en un lugar repleto de más de 50,000 fanáticos locos del baloncesto en Filipinas, un país donde el baloncesto es una religión”.
Filipinas y Japón se encargaron de organizar los Mundiales de 1978 y 2006, respectivamente. Ambos países cuentan con la experiencia de haber llevado adelante uno de los torneos más importantes del mundo que ofrece la pelota naranja. Y a su vez, generaron una alianza con Indonesia para que se animara a ser sede de la competición por primera vez en su historia para la edición de 2023. Esto generó la oportunidad de expandir la visibilidad del deporte hacia una nueva cultura y seguir ampliando fronteras para fortalecer la imagen del básquet a nivel internacional.