Pep Claros Canals, entrenador de Angola, no esquivó la discusión y dejó en claro que no comparte que los países nacionalicen jugadores para los torneos de selecciones.
“La mayoría de las selecciones podríamos traer un extranjero que nos ayude a meter más triples”, dijo Canals en conferencia de prensa, luego de la derrota ante República Dominicana 75-67 el martes en Manila. “Creo que FIBA debe frenar esto lo antes posible. No me parece correcto”, agregó.
En el caso de Dominicana, a las órdenes del entrenador argentino Néstor ‘Che’ García, está Karl Anthony-Towns, figura de los Minnesota Timberwolves, que no nació en el país caribeño. También otros cinco jugadores del equipo nacieron en otros países.
“Pienso que cada país tiene que desarrollar sus propios jugadores. Hay algunos que ni siquiera hablan el idioma del país que representan. Hay selecciones con siete u ocho jugadores que nacieron fuera de sus límites”, agregó el coach de Angola.
La realidad es que FIBA permite un solo jugador naturalizado para sus competencias. Pueden no haber nacido en el país que juegan pero tienen que acreditar su ascendencia en el país en disputa, siempre y cuando reciban su pasaporte antes de cumplir los 16 años.
Varias selecciones hicieron una ‘pequeña trampa’: naturalizaron jugadores antes de la competencia para que puedan competir.
Hay varios notables nacionalizados en la Copa Mundial en curso que cumplen con esta premisa. Entre ellos Kyle Anderson de China, Jordan Clarkson de Filipinas, Mike Tobey de Eslovenia, Carlik Jones de Sudán del Sur, y Rondae Hollis-Jefferson, el Kobe Bryant de Jordania.
Sin dudas una polémica que ya venía se antes, se instauró a fuego en este Mundial y seguirá muy presente rumbo a los Juegos Olímpicos de París 2024.