Boston Celtics tuvo su primera dinastía en la mejor liga del mundo, de la mano de Bill Russell. El pivote comandó a la franquicia hacia once títulos y la convirtió en una de las más laureadas de la historia. Sin embargo, su retiro como jugador generó muchas incertidumbres en el equipo.
La duda era si los de Massachusetts iban a volver a tener momentos gloriosos y memorables. Dave Cowens fue capaz de responder a esa pregunta, ocupando la posición que había dejado Bill Russell. Su empeño, fortaleza física y constancia ayudaron a construir una nueva etapa icónica para uno de los elencos más longevos de la NBA.
David Williams Cowens nació el 25 de octubre de 1948 en Newport, Kentucky. Empezó su incursión en el deporte representando a Newport High School. No obstante, dejó el conjunt en el primer año como consecuencia de una fuerte discusión en el entrenador. Durante un año, estuvo probando su suerte con natación y atletismo.
De todos modos, el cambio de coach y su crecimiento a dos metros de altura provocaron su regreso al básquet secundario. Volvió a enfocarse en la evolución de sus principales virtudes de juego hasta promediar 13 puntos y 20 rebotes en su última temporada antes del ingreso a la Universidad.
Dave the Rave continuó con su desarrollo deportivo en Florida State University. “No era un gran anotador. Pero sabía bajar rebotes, y eso era todo lo que necesitábamos”, dijo su entrenador Hugh Durham. Cowens les demostró lo que podía hacer e hizo historia. Es que estableció el mejor récord en la historia de la universidad en rebotes totales (1340) y en una temporada (17,5 en la 1968-69). Su promedio fue de 19,5 tableros por aparición en sus tres campañas con el conjunto.
LLEGÓ PARA AGRANDAR LA LEYENDA
Boston Celtics captó el talento de Dave Cowens, por lo tanto lo seleccionó en el séptimo puesto del Draft 1970. El flamante General Manager en aquel entonces, Red Auerdach, explicó los motivos de la elección: “Es un chico muy dedicado. Un niño dedicado no es raro, pero no hay tantos como nos gustaría. Nuestro problema es decirle cuándo descansar. Hace demasiado”.
Además, Big Red contó con el apoyo del emblemático Bill Russell. Ante la presión que se describía sobre el hecho de ocupar la posición de cinco, el icónico pivote de la franquicia dejó algo en claro. “Nadie le va a decir a ese chico que no puede jugar de centro”, manifestó.
El impacto que ocasiona en el equipo es inmediato. Boston pasó de los 34 triunfos en la 1969-70 a los 44 en la 1970-71. Asimismo, su registro de 17 unidades y 15 tableros por encuentro le permitió integrar el Mejor Quinteto de Novatos y compartir el premio al Mejor Rookie del Año con Geoff Petrie, jugador en aquel momento de Portland Trail Blazers.
Por otro lado, un aspecto en el que tuvo que trabajar mucho fue en las faltas personales porque acumuló la mayor cantidad en esa misma campaña. El interno iría reduciendo año tras año sus infracciones, con el fin de lograr una constancia en su alto nivel de juego.
En tanto, la fase regular 1971-72 tuvo una serie de hitos inolvidables. Cowens fue convocado a su primer Juego de las Estrellas, lo cual fue el inicio de las siete apariciones consecutivas. A su vez, llevó a los Celtics hacia las Finales de Conferencia, luego de que la franquicia se haya perdido dos postemporadas seguidas.
En la 1972-73, el conjunto de Massachusetts ganó 14 duelos más que los 56 del año anterior. Los 68 festejos hicieron que el elenco cosechara el mejor récord de la competencia. Y para eso, la actuación de Dave fue determinante. Es que firmó 20,5 tantos y 16,2 rebotes por partido. Así, se transformó en el tercer jugador de la historia de la franqucia en obtener el premio al MVP del torneo. Y recién estaba en el tercer certamen de su carrera profesional.
“Ser nombrado MVP por mis compañeros significó mucho para mí. Siempre busqué ganarme el respeto de los jugadores. Son los únicos que entienden tus hábitos de trabajo”, contó el pivote formado en Florida State University.
Desafortunadamente, los Celtics volvieron a perder con New York Knicks en las Finales del Este. Pero el plantel ya se estaba potenciando para lo que se venía. John Havlicek, Jo Jo White, Don Chaney y Paul Westphal se sumaron en el afán de volver a crear épocas gloriosas para una franquicia que venía necesitando de títulos tras el retiro de Bill Russell.
EL MOMENTO SOÑADO
Dave Cowens se preparó para la temporada 1973-74 con el propósito de levantar por primera vez el trofeo Larry O’Brien. Los números reflejaron su compromiso, ya que su media en la fase regular fue de 19 unidades, 15,7 tableros, 4,4 asistencias, 1,2 robos y 1,3 bloqueos.
En los Playoffs, Boston superó en la primera ronda a Buffalo Braves por 4 a 2 y se vengó de los dos cruces anteriores con New York al derrotar a los de la Gran Manzana en las Finales de Conferencia por 4-1. El rival en las Finales fue Milwaukee Bucks, y la serie se extendió hasta el séptimo y último enfrentamiento. Pero Dave The Rave demostró su grandeza en el duelo decisivo terminando con 28 tantos y 14 rebotes. Así, el oriundo de Newport, Kentucky, salió campeón y le adjudicó una nueva estrella a la franquicia de Massachusetts.
Los Celtics sostuvieron su enorme nivel en la 1974-75. Big Red promedió 20,4 puntos, 14,7 tableros, 4,6 pases gol, 1,3 recuperos y 1,1 tapas por juego. De esta manera, guió a su elenco hacia 60 partidos ganados en la fase regular. No obstante, Washington Wizards le arrebató la oportunidad de defender el título en las Finales de la región.
El desenlace fue distinto en la 1975-76. El traspaso de Paul Westphal a Phoenix Suns por Charlie Scott, renovó las ilusiones. Scott cosechó una media de 17,6 unidades por compromiso. Mientras que Cowens conservó su rendimiento formidable, anotando 19 y bajando 16 rebotes por aparición.
Estos cambios llevaron a los dirigidos por Tom Heinsohn hacia las Finales, dejando en el camino a Buffalo Braves y Cleveland Cavaliers, ambos por 4 a 2. Su rival en la serie definitiva fue Phoenix, el mismo conjunto con el que hizo el intercambio por Charlie Scott. Además, el quinto encuentro quedará en el recuerdo porque se jugaron tres tiempos suplementarios. Hasta que Boston se terminó imponiendo por 128 a 126, para luego sellar la historia en el sexto juego.
Dave Cowens disfrutó ahí su segunda conquista del trofeo Larry O’Brien. Algo que lamentablemente no pudo volver a repetir. Se retiró temporalmente durante el arranque de la 1976-77, después de que Paul Silas fuera traspasado a Denver Nuggets. Pero regresó a la acción tras 30 encuentros ausente.
Desde ahí, extendió su carrera hasta 1980. Durante transcurso de la 1978-79, asumió como entrenador en jefe de los Celtics para reemplazar a Tom Sanders. Pero siguió con las zapatillas puestas para ejercer dos cargos en simultáneo, algo que había hecho Bill Russell en su momento.
Boston intentó regresar a Playoffs con el objetivo de dejar atrás su ausencia en 1978, luego de seis clasificaciones en fila. Sin embargo, no pudo frenar la sequía en esa fase regular, lo que provocó la renuncia de Cowens como DT. “Nunca había tenido antes una experiencia como coach. Fue demasiado para mí”, comentó.
La última campaña del formado en Florida State University coincidió con la llegada vía draft de Larry Bird. El interno vio el talento excepcional del alero en la 1979-80. De hecho, fue elegido como el Mejor Rookie del Año. Por su parte, Dave The Rave regresó a lo que fue su última aparición en el Juego de las Estrellas. El equipo tenía un futuro prometedor, debido a que retornó a la postemporada mediante un récord de 61 ganados y 21 perdidos. Sin embargo, Philadelphia 76ers los frenó en las Finales del Este mediante un 4-1.
EXPERIMENTANDO NUEVOS RUMBOS
Dave Cowens se retiró por segunda vez en 1980. No obstante, comenzó su tercer ciclo como jugador en 1982, esta vez vistiendo la camiseta de Milwaukee Bucks. Como integrante de la rotación, el centro de 34 años ayudó a los de Wisconsin a llegar hasta las Finales de Conferencia. De todos modos, Philadelphia 76ers los eliminó con un contundente 4-1. El registro de Big Red en la 1982-83 fue de 8,1 puntos y 6,9 rebotes en 25,4 minutos por aparición.
Luego de un certamen, el interno colgó las zapatillas de manera definitiva. En 1994, regresó a la mejor liga del mundo para aceptar el cargo de entrenador asistente de San Antonio Spurs. Durante dos años, colaboró con los objetivos fijados por el plantel comandado por David Robinson.
Entre 1996 y 1999, volvió a ser DT para tomar las riendas de Charlotte Hornets, una de las franquicias que llevaba menos tiempo en la competición. Dirigió a jugadores de brillante nivel como Muggsy Bogues, Larry Johnson, Glen Rice y Vlade Divac (había aterrizado a través del famoso traspaso que envió a Kobe Bryant a Los Ángeles Lakers). De esta manera, hizo que el plantel avanzara hasta las Semifinales de la región, lo más lejos que pudo la franquicia en su historia. Luego, Cowens dio un paso al costado en el transcurso de la 1998-99.
Desde 1999 hasta 2001, probó su suerte como coach de Golden State Warriors. Pero su aventura duró apenas 105 partidos, debido al flojo presente que atravesaba el conjunto de la Bahía. Su última experiencia en el cargo fue en 2006, aportándole su experiencia a Chicago Sky de la WNBA. Finalmente, su cierre de ciclo ocurrió en 2009, luego de tres campañas como asistente de los Detroit Pistons de Chauncey Billups, Richard Hamilton, Tyshaun Prince, Ben y Rasheed Wallace.
SE GANÓ SU LUGAR
En el amanecer de la temporada 2021-22, la NBA anunció a los mejores 75 jugadores de todos los tiempos. Esta movida surgió en el marco de los 75 años de la creación de la mejor liga del mundo. Y Dave Cowens recibió un boleto para integrar esa majestuosa lista de leyendas.
Selected to the NBA’s 75th Anniversary Team… Dave Cowens! #NBA75 pic.twitter.com/fgeVNRQGiF
— NBA (@NBA) October 19, 2021
Su carrera fue ejemplar y memorable por los seguidores, jugadores y entrenadores. Su energía, talento y sacrificio eran virtudes muy originales que fueron reconocidos por compañeros y competidores. Durante sus andanzas en la NBA, obtuvo dos campeonatos (1974 y 1976), un trofeo al Jugador Más Valioso (1973), ocho apariciones en el Juego de las Estrellas (1972 a 1978 y 1980, MVP en 1973), una inclusión al Mejor Quinteto Defensivo (1976) y un premio al Mejor Novato del Año (1971).