En la actualidad, los aleros y ala-pivotes se destacan por su versatilidad ofensiva. Diariamente son exigidos para pulir esa cualidad que es cada vez más imprescindible en la NBA del presente. El tiro externo y la capacidad de atacar el aro de frente o de espalda son aspectos que se hacen hincapié en todos los 30 equipos. Además de colaborar en los pases, rebotes y recuperos. De hecho, las estrellas llegan a ese rol por saber realizar notables contribuciones en esos mismos rubros.
Y como en toda movida, la versatilidad se afianzó gracias a un jugador histórico que impulsó al resto a intentar seguir ese camino. Larry Bird medía 2m06 de altura, pero poseía los recursos necesarios para definir en la pintura, desde el perímetro o en el poste.
Nació en Indiana, en la ciudad de French Lick, el 7 de diciembre de 1956. Desde temprana edad se transformó en un símbolo del estado de Indianápolis. Con la camiseta del Springs Valley High School, la gente comenzó a maravillarse de sus desempeños en el básquet secundario. Su promedio de 31 puntos, 21 rebotes y cuatro asistencias por partido le ayudaron a convertirse en el máximo anotador de su escuela de todos los tiempos.
Su paso a la Universidad no fue tan fácil. Un día regresó a su casa porque le costaba aggiornarse a los cambios en su vida. Y había argumentos lógicos: pasar de una ciudad de 2.059 habitantes a otra de 33.000 aproximadamente, el suicidio reciente de su padre Joe tras el divorcio con su madre Georgia, la experiencia de vivir bajo la pobreza junto con su mamá y cuatro hermanos.
“La gente pensó naturalmente que había problemas entre (el entrenador Bobby) Knight y yo, pero no era así. La universidad era muy grande. Era un chico nostálgico que estaba perdido y roto”. Esto contó Larry Bird a la hora de pensar el dilema de quedarse en su lugar natal o seguir luchando por sus sueños.
Finalmente optó por retomar donde dejó, y nunca más puso pausa. The Hick from French Lick (uno de sus apodos) arrancó a moldear su carrera prestigiosa en sus tres años en Indiana State University (1967 a 1970). En su segundo año, guió a la institución por primera vez en su historia hacia el Torneo de la NCAA y a la final en 1979.
Sin embargo, su primera función de la rivalidad con Earvin “Magic” Johnson no salió de la mejor forma. En el encuentro con mayor rating televisiva en la historia del básquet universitario, el futuro emblema de los Lakers catapultó a los de Michigan hacia el triunfo y el campeonato. A pesar del duro golpe, Bird recibió premios gratificantes como el Naismith College al Mejor Jugador del Año y el título de Profesorado de Educación Física.
EL MOMENTO INOLVIDABLE
El General Manager de Boston Celtics, Red Auerdach, no dejó pasar la oportunidad de seleccionar a Larry Legend en el sexto puesto del Draft 1978. Algo distinto hizo Indiana Pacers, debido a que optó por elegir en el tercer lugar a Rick Robey. Desde ya que la franquicia de Indianápolis cometió un error que se mostró arrepentido para siempre.
Larry Bird empezó su trayectoria en la NBA un año después de la elección, ya que se tomó su tiempo para finalizar sus estudios universitarios. Además de seguir evolucionando en lo deportivo, lo cual demostró desde su llegada a la mejor liga del mundo. En la temporada 1979-80, logró que Boston retornara a Playoffs tras dos torneos seguidos sin apariciones, ubicándose primero en el Este con una marca de 61 victorias y 21 derrotas. Por ende, fue elegido como el Mejor Novato de la competencia y se ganó un lugar en el Juego de las Estrellas de 1980.
Su entrenador Bill Fitch también le hizo otro apodo. “Lo llamé Kodak, porque su mente estaba tomando constantemente fotos de toda la cancha”, explicó el coach.
La estrella del conjunto de Massachusetts no pudo coronar su primera campaña superlativa porque Philadelphia 76ers lo eliminó en las Finales de Conferencia. No obstante, hubo lugar para la revancha en la postemporada de 1981. Los Celtics se beneficiaron mucho del Draft de 1980 al hacer un intercambio con Golden State Warriors para obtener a Robert Parish y un pick de primera ronda en el que seleccionaron a Kevin McHale.
A partir de ahí, se formó un Big Three memorable que comenzó cobrándose venganza de Philadelphia en las Finales de la región. Los dirigidos por Bill Fitch iniciaron 1-3 abajo en esa serie, pero concretaron la épica remontada al ganar tres juegos seguidos. Bird metió el tiro decisivo en el séptimo duelo para sentenciar la historia.
“Quería en la pelota en mis manos para el último lanzamiento. No quería que estuviera en las manos de nadie en el mundo”. Esa frase ratificó la grandeza que lo caracterizó en toda su carrera. Luego, vencieron en seis enfrentamientos a Houston Rockets para volver a levantar el Trofeo Larry O’Brien después de cinco años. Fue el primer anillo de The Hick from French Lick en su carrera.
SE POTENCIA LA RIVALIDAD
Boston tuvo que esperar para un nueva celebración hasta 1984. En ese tiempo, Larry Bird se destacó en el All Star Game de 1982 al recibir el galardón al MVP del duelo tras sumar 19 unidades, 12 tableros y cinco pases gol. En la campaña 1983-84, hicieron cambios para reencontrarse con la gloria, como la designación como nuevo entrenador a K.C. Jones. La decisión terminó funcionando, teniendo en cuenta que primero superaron a Milwaukee Bucks en las Finales del Este, luego de que los de Wisconsin los eliminaran en la segunda ronda de los Playoffs de 1983.
El rival en las Finales de la NBA era nada más ni nada menos que Los Ángeles Lakers. Cuyo líder era Magic Johnson, el mismo que le privó el festejo a Kodak en la final del Torneo de la NCAA de 1979. El oriundo de Indiana tuvo la oportunidad de saldar la cuenta pendiente, esta vez con la casaca de los Celtics.
Y eso que se tuvieron que reponer de una abultada caída en el tercer punto de la serie por 104-137. El formado en la Universidad de Indiana State fue lapidario en la conferencia de prensa post-partido. “Jugamos como maricones. Necesitamos doce transplantes de corazón”, manifestó. Al encuentro siguiente, dieron un golpe sobre la mesa tras ganar en el tiempo suplementario por 129 a 125, en el Staples Center.
Ese triunfo fue la antesala al imborrable séptimo compromiso. Larry Bird se encargó de sellar la segunda estrella en su camino en la mejor liga del mundo. Con el público a su favor, cosechó su primer trofeo al MVP de las Finales tras finalizar el duelo consagrador con 20 puntos, 12 rebotes, tres asistencias, dos robos y una tapa. Fue triunfo en el Boston Garden por 111 a 102 y el segundo campeonato en la década de 1980.
Su nivel de juego continuó creciendo a pasos agigantados en la 1984-85. El 12 de marzo de 1985, estableció el mejor récord personal y de la franquicia al encestar 60 puntos en el triunfo de Atlanta Hawks. Así, superó la marca que había logrado Kevin McHale siete días antes de aquella mítica performance de Kodak (hizo 56). De esta manera, se armó una pasarela con alfombra roja hacia su segundo galardón consecutivo al MVP del torneo. Su media fue de 28,7 unidades, 10,5 tableros, 6,6 pases gol, 1,2 recuperos y 1,6 bloqueos por partido.
No obstante, los Lakers le quitaron la posiblidad de redondear un año fenomenal al imponerse en las Finales por 4 a 2 y volver a levantar la copa después de dos caídas en la instancia decisiva.
ÚLTIMAS HAZAÑAS
Larry Bird salió campeón por tercera y última vez con Boston Celtics en 1986, derrotando en las Finales a Houston Rockets por 4 a 2. También, fue MVP de las Finales y, por tercera vez al hilo, el Jugador Más Valioso de la 1985-86, debido a que comandó a su equipo hacia el mejor récord de fase regular de todos los tiempos (67 triunfos en 82 compromisos). Esa marca se mantuvo hasta que los Chicago Bulls de Michael Jordan alcanzaran los 72 en la 1995-96, y luego los Golden State Warriors consiguieran 73 en la 2015-16.
Su última clasificación a las Finales de la NBA se produjo en 1987, cuando nuevamente se vio las caras con Los Ángeles Lakers. Los de Massachusetts hicieron todo lo posible para evitar la segunda derrota ante los californianos, pero en esa serie estuvo un Magic Johnson descomunal. En el cuarto encuentro, en el Boston Garden, metió un gancho ganador para contrarrestar el triple de la jugada anterior de Bird y darle la victoria a los de púrpura y oro. Más adelante, los de Pat Riley aseguraron una nueva serie ganada ante su derby en seis matches.
La rivalidad quedó dentro del parquet. Porque afuera, la estrella de los Lakers no tuvo más que palabras de elogio hacia el astro de los Celtics. “Larry Bird dijo que habrá otro Larry Bird. Bueno, nunca más habrá otro Larry Bird. Es el mejor jugador de básquet de todos los tiempos. Pero aún más importante, un amigo para siempre”, expresó Johnson.
Ambos compartieron varios momentos de forma amena. En primer lugar, durante la grabación de la brillante publicidad de Converse, la marca de zapatillas que sponsoreaba a la NBA en los ’80. Y además, representaron al seleccionado de Estados Unidos que viajó a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. La conquista de la medalla de oro, junto con otros cracks como Michael Jordan, fue un lindo momento que vivieron de forma conjunta.
Y también, fue un momento ideal para que Larry Legend pusiera un punto final a su carrera tras haber padecido lesiones durante los últimos años, especialmente en la espalda. Desde ese momento, su camino quedó inmortalizado en la memoria de todos los fanáticos de la mejor liga del mundo. Y la número 33 relució en lo más alto del TD Garden.
EL REGRESO A SU CIUDAD NATAL
Luego de su camino como jugador, Larry Bird estuvo contribuyendo con el crecimiento de Indiana Pacers en diferentes roles. Asumió como entrenador y dirigió al equipo desde 1997 hasta 2000. “Soy nuevo en este juego, pero siento que puedo hacer este trabajo. Tengo toda la confianza del mundo en que seré capaz de ayudar a estos muchachos y de hacer las cosas necesarias para ganar partidos”, aclaró cuando fue introducido.
A fortunadamente, el coach pudo hacer feliz a su ciudad natal. En 1998 fue nombrado como el Mejor Entrenador de la temporada tras llevar a su equipo hacia las Finales del Este, pese a que se quedaron cortos ante los Chicago Bulls de Michael Jordan. Y en 2000, el conjunto de Indianápolis por primera vez en su historia a las Finales de la NBA, aunque hayan caído ante los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal.
Luego de esa derrota, The Hick from French Lick dejó de ser el coach de los Pacers. De todos modos, regresó a la franquicia en 2003 para convertirse en el Presidente de Operaciones. Estuvo en ese cargo durante dos etapas, desde 2003 hasta 2012 y de 2013 a 2017. En ese tiempo, ayudó a construir el plantel liderado por Paul George que disputó dos Finales de Conferencia consecutivas frente al Miami Heat de LeBron James (2013 y 2014). También, fue premiado por su trabajo en ese rol, ya que la NBA lo eligió como el Mejor Ejecutivo del Año en 2012.
CONVOCADO A LA LISTA
Selected to the NBA’s 75th Anniversary Team… Larry Bird! #NBA75 pic.twitter.com/KqIt2sDtUQ
— NBA (@NBA) October 20, 2021
En el inicio de la fase regular 2021-22, la NBA anunció a los 75 mejores jugadores de la historia, como motivo del aniversario 75 de la creación de la competencia. Merecidamente, Larry Bird fue votado para integrar esa honorable lista.
El alero de Boston Celtics se consolidó como una figura de la década de 1980. Pero además, su símbolo trascendió a las generaciones por ser un jugador que potenció a la liga estadounidense como una de las más populares a nivel mundial. Para eso, salió campeón tres veces (1981, 1984 y 1986), fue MVP de las Finales en dos ocasiones (1984 y 1986), se adjudicó el trofeo al Jugador Más Valioso en tres años consecutivos (1984 a 1986) y estuvo presente en doce All Star Games (1980 a 1988, y 1990 a 1992, MVP en 1982).