A la hora de hablar de los pivotes más dominantes de la NBA, aparecen distintos nombres. En orden temporal, George Mikan, Bill Russell, Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar, Hakeem Olajuwon, David Robinson y Shaquille O’Neal son los nombres que (casi) siempre aparecen. Mikan fue el único que no ganó un premio al MVP, principalmente porque su primer retiro fue año antes de la creación del premio. Volvió al ruedo en la 1955-56, cuando se entregó por primera vez, pero apenas jugó 37 encuentros. Lejos estaba de su mejor versión, aún más distante estaba del nivel de Bob Cousy.
Curiosamente, el listado no incluye a uno de los cuatro pivotes que ganaron al menos tres MVP. Moses Malone lo hizo en tres ocasiones, tan sólo una oportunidad menos que Wilt Chamberlain. Incluso, fue una de las razones por las cuales Kareem Abdul-Jabbar debió retirarse con seis anillos en vez de siete. Dominante como pocos, dejó una huella tanto en la ABA como en la NBA. Una pisada que no aguantó al paso del tiempo y que siempre hay que revisitar.
EL PRIMERO EN LLEGAR DESDE LA ESCUELA SECUNDARIA
Moses Eugene Malone nació el 23 de marzo de 1955 en Petersburgh, Virgina. Criado únicamente por Mary, su madre, quien tuvo que lidiar con una vida complicada. Ella debía trabajar, hacerse cargo de su hijo y, para colmo, luchar con el padre de Moses, quien abusaba del alcohol. Cansada de la falta de apoyo como la gran causa de contratiempos, lo echó cuando el pequeño tenía dos años. Un movimiento tan fuerte que, luego, provocó una gran determinación en el niño.
Malone creció con una gran pasión por el básquetbol, la cual fue ayudada por su gran cuerpo. Llegó a medir 2,08 metros, con el punto favorable de saber utilizarlo de manera inteligente como tenaz. Nadie quería emparejarse con él cerca del aro porque tenía los recursos como la visión de juego para destruir a quien lo intente frenar.
Se hizo famoso en la Petersburg High School, donde llegó a jugar frente a 18 mil personas. Reunía una gran cantidad de público por su extraordinaria facilidad para dominar la disciplina. Ganó 50 partidos consecutivos para alzar dos títulos estatales en Virginia.
Su último año terminó con números descomunales. Promedió 36 puntos, 26 rebotes y 12 bloqueos por encuentro. No había posibilidad de contenerlo, ni superarlo. Todo el básquetbol universitario lo quería, pero él prefería representar a la Universidad de Maryland.
Cuando todo parecía estar dado para su paso universitario, fue seleccionado en el Draft de la ABA de 1974. Utah Stars se hizo con sus servicios con el tercer pick. Él no dudó: aceptó volverse el primer profesional de la historia en saltearse la etapa universitaria, algo que la NBA no permitía.
Se lo seleccionó como el mejor prospecto en pasar del básquetbol secundario al profesionalismo, superando a Kobe Bryant y Kevin Garnett. No obstante, sería el segundo detrás de LeBron James.
SU PASO POR ABA


Moses Malone firmó un contrato de un millón de dólares por cinco años con Utah Stars. Rápidamente, se volvió uno de los mejores de la competencia. Promedió 18,8 puntos, 14,6 rebotes (5,5 ofensivos) y 1,5 tapas en 83 apariciones. Marvin Barnes ganó el premio al novato del año, pero Malone ingresó en el quinteto ideal de debutantes. Además, fue seleccionado al Juego de las Estrellas.
Arrancó la temporada 1975-76 con los Stars, pero vio la desaparición del elenco tras 16 encuentros. Spirits of Saint Louis se hizo cargo de las deudas, recibiendo al pivote. Este cambio de aire como de equipo impactó profundo en él. Bajó su rendimiento a 14,3 puntos y 9,6 rebotes en casi 29 minutos. El equipo terminó con una marca de 35-49 válida para un sexto lugar que le impidió ingresar a los Playoffs.
Un nuevo orden vino en 1976 con la unión ABA-NBA. La competencia se había desintegrado y su equipo había finalizado sus actividades, por lo que debía volver a cambiar. Esta vez fue a través de un Dispersal Draft.
MÁS CAMBIOS


Moses Malone fue el quinto pick del Draft de Dispersión. Fue seleccionado por los Portland Trail Blazers, que también adquirieron a Maurice Lucas mediante el mismo. Como la franquicia reunió a varios interiores importantes, decidió deshacerse de Malone. Lo envió a Buffalo Braves a cambio de un pick de primera ronda de 1978 como un resarcimiento económico.
Ese mismo problema de falta de minutos tuvo en los Braves. El pivote, devenido a ala-pivote por necesidad de la organización, apenas disputó seis minutos en sus primeros dos partidos. El jugador exigió más tiempo en cancha y la franquicia se lo denegó. Tras ese par de apariciones volvió a ser traspasado, esta vez a Houston Rockets por dos picks de primera ronda.
Allí se posicionó como ala-pivote formando pareja de internos con Kevin Kunnert, además de contar con el nexo de Rudy Tomjanovich de alero. Malone tuvo un gran primer año en el que acabó promediando 13,5 puntos, 13,4 rebotes y 2,3 tapas por partido. A su vez, sumó 437 rebotes ofensivos totales. Impulsó a la franquicia texana a un 49-33 en la fase regular para acceder a Playoffs.
La organización enfrentó a los Washington Bullets en la primera ronda. El equipo cayó en su primera presentación, pero reaccionó en la segunda con un Malone histórico. Firmó una producción de 31 puntos, 26 rebotes y tres robos. Consiguió 15 rebotes ofensivos, lo que significó un récord NBA. Acabó con medias de 19,5 tantos, 16,6 rebotes y 1,8 tapas en la serie que acabó favorablemente 4-2.
Philadelphia 76ers (2-4) le impidió el pasaje a las finales. Finalmente, Portland, el equipo que lo drafteó y traspasó inicialmente, fue campeón.
PRIMER MVP


El rol de Moses Malone creció en su segunda temporada con la franquicia. El pivote se perdió 23 partidos al final de la campaña a causa de una fractura por estrés, pero brilló en su inicio. Tuvo medias de 19,5 puntos y 15,1 rebotes, números que le permitieron su selección al Juego de las Estrellas de 1978. Pese a un buen año personal, el equipo tuvo una floja campaña en la que terminó con un 28-54.
Houston se movió en el mercado para mejorar en lo colectivo en la 1978-79. Incorporó al veterano Rick Barry desde los Warriors a cambio de John Lucas. Su arribo le dio un mejor goleo al plantel, que firmó un 47-35. A su vez, se vio lo mejor de Malone, quien lideró la liga en rebotes por primera vez con un total de 1444. Promedió 24,8 puntos, 17,6 rebotes, 1,5 tapas y 1,0 robos en 41,3. Una línea estadística más que válida para ganar el MVP con un total de 112 votos. Lamentablemente, su equipo cayó 2-0 ante Atlanta en el inicio de los Playoffs.
El equipo intentó mejorar el rendimiento, pero firmó un 41-41. Malone no ganó el premio al mejor de la competencia, aunque mantuvo grandes números: 25,8 puntos, 14,5 rebotes y 1,3 bloqueos. El premio fue para Kareem Abdul-Jabbar, que sólo lo superó en tapas (3,5). Fue All-Star e integrante del segundo quinteto ideal de la NBA. Houston tachó a San Antonio Spurs (3-0) en la primera ronda de los Playoffs. Luego, cayó ante Boston Celtics (4-0) en semifinales.
SU LLEGADA A LAS FINALES
Houston metió uno de los grandes batacazos de la historia al llegar a las finales de la temporada 1980-81. El equipo de Del Harris firmó una temporada de 40-42. Estuvo a tan sólo un triunfo de Golden State Warriors (39-43) de no poder clasificar a los Playoffs. Todo esto con un rendimiento mediocre en ataque como uno de los peores en defensa, En esa campaña Moses Malone dio lo mejor de sí. Fue la razón por la cual el elenco texano se mantuvo a flote con 27,9 puntos y 14,8 rebotes.
Un 2-1 sobre Los Ángeles Lakers de Kareem hizo posible el pasaje a semifinales. Ahí se midió con San Antonio Spurs, que era el gran candidato a avanzar por su rendimiento en la fase regular. El duelo texano acabó yendo a siete juegos con un memorable 105-100 en la casa del histórico rival para avanzar a la siguiente instancia. Enfrentó en la definición del oeste a Kansas City Kings, que sorprendió a Phoenix Suns. Ahí no dejó margen para la duda: un 4-1 hizo posible la aparición en la definición. Una final en la que cayó por 4-2 ante los Boston Celtics de Larry Bird.
Desde la estadística, Malone tuvo su mejor temporada en la 1981-82. Promedió 31,5 puntos (máxima de su carrera), 14,7 rebotes, 1,8 asistencias y 1,5 tapas en 42,0 minutos por encuentro. Anotó un mínimo de 30 tantos en 40 de sus 82 presentaciones por fase regular, con 11 de ellas en las que registró 40 unidades. Además, el 11 de febrero de 1982, frente a Seattle Supersonics, tuvo su mejor partido: 38 puntos, 32 rebotes (21 ofensivos -récord NBA-), tres robos y dos asistencias. Fue indiscutiblemente el MVP de la fase regular.
Sin embargo, Houston volvió a estar lejos del nivel de contendiente. Un 46-36 marcó el paso por la fase regular antes de la caída ante Seattle (2-1) en el inicio de los Playoffs. El pivote tomó la decisión de abandonar el equipo ante la imposibilidad de mantenerse en la élite. Pidió el traspaso porque quería un título a como dé lugar.
Disputó un total de 464 partidos de fase regular y otros 45 de Playoffs. Promedió 15,0 rebotes por encuentro, registro máximo de la franquicia. La organización retiró la camiseta número 24 en su honor.
TÍTULO Y MVP EN PHILADELPHIA


Moses Malone barajó pocas variantes a la hora de elegir un nuevo equipo. Philadelphia 76ers le dio la oferta ideal: un equipo contendiente en el que unió fuerzas con Julius Erving. La franquicia de Pensilvania venía de disputar dos de las últimas tres finales, incluyendo la más reciente a aquel momento ante Los Ángeles Lakers (2-4). Houston se vio resarcido con Caldwell Jones y un pick de primera ronda de 1983.
Si bien el pivote fue la pieza central del equipo, tuvo una menor obligación de producción constante. Además de Erving, la organización contaba con Maurice Cheeks y Andrew Toney como claves en la anotación. Así, bajó su goleo a un 24,5, aunque aumentó su labor rebotera a 15,3 por noche. Lideró la liga con un total de 1194 recobros. Volvió a ser el MVP, su tercera y última vez en la carrera.
El equipo de Billy Cunningham fue indudablemente el mejor con un 67-17 para liderar la fase regular. En Playoffs, tampoco hubo discusiones. 4-0 a Knicks, 4-1 a Bucks y 4-0 a Lakers para alzarse con el tan deseado campeonato. Philly no volvió a lograrlo desde aquel 31 de mayo de 1983.
EL MENTOR DE SIR CHARLES
Moses Malone pasó otros tres años en Filadelfia tras la obtención del campeonato. Un punto que marcó el resto de su paso fue la aparición de lesiones leves en sus tobillos que evitaron que dispute 80 juegos por campaña. Terminó la 83-84 con medias de 22,7 puntos y 13,5 rebotes. El equipo terminó con una marca de 52-30 y cayó en la primera ronda ante New Jersey Nets (3-2).
Un joven Charles Barkley llegó a la franquicia desde el Draft de 1984 y Malone asumió el rol de mentor. La cara nueva del equipo tenía un gran talento, pero pesaba 140 kilos. El jugador lo alentó a tener mejores hábitos en pos de tener un mayor rendimiento. El tridente de Erving, Barkley y Malone lideró a un temible elenco que logró un 58-34 en la fase regular. Sólo Boston Celtics, el campeón, pudo ponerle un freno en las finales de conferencia.
La 1985-86 fue un aviso de su inicio de merma de nivel en la NBA. Promedió 22,8 puntos y 11,8 rebotes en 76 apariciones hasta que una fractura facial alrededor de su ojo derecho le puso fin a su temporada. Quiso volver para los Playoffs, pero no pudo lograrlo. Aquella campaña fue la primera en la que no lideró la liga en rebotes por primera vez en cinco años.
Philadelphia lo traspasó unos días después. Recibió dos picks de primera ronda por parte de los Washington Bullets.
WASHINGTON BULLETS


La franquicia capitalina lo fichó con la intención de volver a la gloria. Había sido campeona en 1978, pero su mejor época se acabó con los retiros de Wes Unseld y Elvin Hayes.
El equipo de Kevin Loughery tuvo como líderes tanto a Jeff como Moses Malone, dupla que guió al elenco a un 42-40. El pivote acabó la fase regular con promedios de 24,1 puntos y 11,3 rebotes. Además, fue la primera vez en su carrera en la que disputó partidos de la NBA en los que inició como suplente. El equipo cayó 0-3 ante Detroit Pistons.
Su segundo año con el equipo fue similar. 20,3 puntos y 11,3 rebotes para un elenco que accedió a Playoffs con un 38-44. Detroit Pistons, esta vez con un 3-2, volvió a ser su verdugo. El pivote optó por seguir su carrera en Atlanta Hawks.
EL CONTENDIENTE QUE NO FUE


La agencia libre de 1988 fue significativa. Boston ya transitaba el ocaso de su época dorada, lo que daba lugar a nuevos contendientes. El gran candidato a tomar el lugar era Chicago Bulls por la presencia de Michael Jordan, pero todavía no había logrado rodearlo de la mejor manera. Así, equipos como Detroit, Indiana, Nueva York, Cleveland y Atlanta estaban en la disputa por ocupar ese lugar.
Moses Malone optó por mudarse a los Hawks con un contrato de tres años. Allí pudo unir fuerzas con Dominique Wilkins, Spud Webb y Doc Rivers, entre otros. Tras una impensada gira por la URSS, el pivote fue uno de los líderes de un conjunto que terminó la fase regular con un 52-30. Registró 20,2 puntos y 11,4 rebotes en 35,5 minutos, números válidos para su 12° como última aparición en el All-Star. La aspiración de campeonato tuvo un rápido fin por un 2-3 ante los Bucks.
Malone empezó a mermar su nivel en su segundo año en los Hawks, aunque tuvo uno muy alto. 18,8 puntos y 10,8 rebotes por noche, cerrando así su racha de 11 temporadas con un 20-10 por encuentro. El equipo de Mike Fratello registró un 41-41 en la fase regular, cifra que ni siquiera le alcanzó para meterse en la postemporada. El entrenador fue despedido tras la misma.
El cambio de década (1990-91) llegó con Bob Weiss, quien colocó a Malone en el banco para tener como titular a Jon Koncak. Terminó con 10,6 puntos y 8,1 rebotes en 23,3 minutos por encuentro. La franquicia mejoró su marca a un 43-39 que posibilitó el regreso a los Playoffs, pero no pudo sortear a Detroit Pistons (2-3) en la primera ronda. La franquicia de Michigan luego fue campeona.
LESIONES Y RETIRO
Malone aceptó el rol de suplente en su último año con los Hawks, pero cambió de equipo al finalizar su contrato. Se inclinó por Milwaukee Bucks, donde tuvo un mayor rol. Mejoró sus números a 15,9 puntos, 9,1 rebotes y 1,1 tapas por encuentro. Su última gran noche sucedió el 27 de marzo de 1992, cuando firmó una producción de 30 puntos y 17 rebotes ante los Seattle Supersonics. No obstante, el combinado de Wisconsin acabó con un 31-51.
Una hernia de disco empezó a marcar el ocaso de su carrera. El pivote se perdió gran parte de la temporada 1992-93 por la lesión. Apenas tuvo 11 apariciones para un equipo de Milwaukee que terminó con un 28-54.
Tras la temporada, volvió a Philadelphia donde actuó como jugador de rol. 5,3 puntos y 4,4 rebotes en 11,2 minutos durante 52 apariciones. Así redondeó 537 partidos de fase regular y 31 de Playoffs con los Sixers. Una organización que retiró la número 2 en su honor.
Su última campaña fue con los San Antonio Spurs. Era el suplente de David Robinson, pero su veteranía se hizo notable. Disputó 17 encuentros con su última aparición en la noche del 27 de diciembre de 1994. Firmó seis puntos ante Charlotte Hornets en el triunfo que marcó su despedida. Fue el último jugador que estuvo en ABA en retirarse.
Moses Malone se retiró como uno de los mejores pivotes de la historia, con tres MVP, once temporadas con un doble-doble de 20-10 y un promedio de 24 puntos y 14 rebotes por aparición en fase regular. Wilt Chamberlain fue el único jugador en tener una mejor marca por encuentro en la carrera. El de Virginia fue el mejor prospecto que tuvo el básquetbol secundario hasta la llegada de LeBron James y uno de los jugadores más exitosos que vio tanto la NBA como ABA. Una leyenda que murió a sus 60 años y que jamás debe ser olvidada.