La NBA tiene muchas historias de jugadores que atravesaron infancias tan difíciles como desafiantes. Nate Archibald fue un caso ejemplar, ya que encontró refugio en el deporte que más lo apasionaba para distanciarse de los problemas que lo rodeaban en la ciudad donde creció.
Nació el 2 de septiembre de 1948 en South Bronx, New York City. Las drogas y la violencias eran algunos de los conflictos que afectaban al barrio donde se crió. No tenía que caminar muchas cuadras para ver hechos muy shockeantes que lo dejaría marcado durante la infancia.
“Era interesante. ¿Cómo los muchachos que estaban metidos con las drogas buscaban a otros que se involucraran, como si quisieran compañía para ir a ese lugar? Por mi parte, estaba siempre enfocado en el básquet”, contó Nate Archibald.
Su padre, llamado “Big Tiny”, lo abandonó cuando tenía 14 años. Pero afortunadamente, pudo comenzar sus primeras experiencias en el deporte DeWitt Clinton High School. Fue cortado del equipo en su segunda temporada, pero ya estaba preparado para combatir con la adversidad. Así como pudo luchar para evitar caer en la autodestrucción de las drogas y la delincuencia.
Con la ayuda de un Director Deportivo Comunitario, Floyd Layne, Archibald regresó un año después al elenco del colegio secundario. Y en su cuarta campaña, aprovechó la nueva oportunidad para finalizar en el Mejor Quinteto de la Ciudad.
Esto llamó la atención de Arizona Western College, que reclutó a Nate para que representara al conjunto universitario en la 1966-67. Después pasó a desempeñarse en UTEP (University of Texas at El Paso), en donde impresionó a todos con un promedio de 20 puntos por partido en el total de sus tres certámenes (1967 a 1970). De esta manera, dejó de mirar casos de delito a su alrededor y comenzó a observar un horizonte mucho más prometedor para su vida.
EL MOMENTO DE EVOLUCIONAR
Cincinatti Royals decidió seleccionar a Nate Archibald en el puesto 19 del Draft de 1970. Su entrenador en los primeros años era Bob Cousy, quien había sido un jugador emblemático de Boston Celtics. Entonces, el oriundo de South Bronx tenía la posibilidad de pulir sus facetas de juego al lado de un coach muy sabio y prestigioso.
En sus primeras dos campañas, Nate fue mostrando de a poco sus condiciones de futura promesa. Con su abundante cantidad de recursos para las ejecuciones y una notable visión de juego, dejó en claro que iba a tardar poco tiempo en convertirse en una estrella.
Y ese sueño se hizo realidad en la temporada 1972-73, en la cual dejaron de ser Royals y se empezaron a llamar los Kings. El cambio vino de la mano con la mudanza, ya que la franquicia se mudó de Cincinatti a Kansas City-Omaha. En esa sede, Archibald obtuvo su primera convocatoria al Mejor Quinteto de la fase regualar, tras registrar 34 tantos y 11,4 pases gol por aparición. Además, fue el primero de la historia en liderar la liga en dos rubros distintos.
Sin embargo, tuvo que luchar contra otro tipo de adversidad al año siguiente. Una lesión en el tendón de Aquiles de una de las piernas le permitió presentarse a solamente 35 encuentros de la 1973-74. Los problemas físicos reaparecerían más adelante.
Mientras tanto, logró mejorar el panorama en la 1974-75. Es que guió a Kansas City Kings hacia la primera clasificación a Playoffs desde 1966, y la primera de su carrera en la NBA. Su rendimiento volvió a ser fascinante: 26,5 puntos, 2,7 rebotes, 6,8 asistencias y 1,5 robos por compromiso. Esto le obsequió una nueva inclusión en el Mejor Quinteto de la competición.
Su actuación se mantuvo en la 1975-76, con una media de 24,8 unidades, 2,7 tableros, 7,9 pases gol y 1,6 recuperos por partido. No obstante, los Kings no mantuvieron el mismo rendimiento colectivo de la campaña anterior, lo que les costó la eliminación sin jugar postemporada. Así, concluyó la estadía de Nate Archibald en Kansas City.
LA NUEVA LUCHA CONTRA LAS LESIONES
El traspaso en New Jersey Nets para la temproada 1976-77, renovó las ilusiones de Nate. Sin embargo, se perdió el tramo final de la fase regular como consecuencia de una lesión en uno de sus pies. Los inconvenientes físicos siguieron causándole pesadillas, aún cuando buscó aires nuevos en Buffalo Braves. Ni siquiera pudo vestir la camiseta del equipo en la 1977-78, a causa de un desgarro en el tendón de Aquiles.
Boston Celtics fue su cuarta franquicia en cuatro años. Y su primer certamen quedó en el olvido, ya que no pudo recuperar el ritmo de juego que poseía en Kansas City Kings y los de Massachusetts no clasificaron a Playoffs.
El futuro de Nate Archibald en la NBA estaba más que incierto. No obstante, el clima interior comenzó a tornarse diferente mientras jugaba en las calles de South Bronx con los chicos de la ciudad natal. “Estaba saliendo del año más frustrante de mi carrera, y eran los niños quienes me estaban animando. No dejaban de decir: “No te preocupes, Tiny. No se desmotive. Podés hacerlo. Los Celtics te necesitan”. Nunca los olvidaré por eso”, expresó el base de 1m85 de altura.
La tormenta paró y dejó de llover. Las nubes desaparecieron. Y el sol volvió a salir en el cielo, tan resplandoroso como antes. Muchos jugadores no pudieron reenderezar su carrera tras graves problemas físicos. Pero el caso de Nate Archibald fue completamente lo contrario.
Las expectativas en Boston mejoraron exponencialmente en Boston. Por un lado, habían elegido en el Draft a Larry Bird para establecer a un nuevo ícono del plantel. Y por el otro, Nate Archibald se adaptó a su rol con el objetivo de potenciar el nivel de juego de los Celtics. Las modificaciones tuvieron resultados formidables: volvió a ser convocado para el Juego de las Estrellas en 1980. Su registro demostró una mejora reconfortante, con 14,1 puntos, 2,5 rebotes, 8,4 asistencias y 1,3 robos por partido.
Sin dudas que se guardó para siempre el recuerdo de la campaña 1980-81. En primer lugar, recibió el premio al MVP del All Star Game tras finalizar con nueve tantos y nueve pases gol. Y asimismo, ayudó a que Boston cosechara la mejor marca de la fase regular con 62 partidos ganados y 20 perdidos. Su momento memorable ocurrió en el sexto duelo de las Finales contra Houston Rockets, completando un doble-doble (13 y 12) para darle al conjunto de Massachusetts el triunfo y la conquista del trofeo Larry O’Brien.
Nate sostuvo su desempeño en la temporada siguiente, promeidando 12,6 unidades y ocho asistencias. De todos modos, los Celtics cayeron en las Finales del Este ante Philadelphia 76ers. Y su estadía en el equipo duró hasta 1983, cuando pasó a Milwaukee Bucks para disputar el último torneo de su carrera. Apenas pudo participar de 46 enfrentamientos, porque las lesiones le indicaron que su etapa como jugador había llegado a su fin. Pero eso no le quitó la felicidad de haber revitalizado su carrera en una de las franquicias más ganadoras de la NBA, y de haber conseguido el anillo que todos los jugadores de la liga sueñan obtener y pocos lo logran.
SU HISTORIA FUE RECONOCIDA
Nate Archibald regresó a su casa después de una carrera más que exitosa. En South Bronx se dedicó a promover el básquet para los chicos más pobres de la ciudad. Y llegó a ser Director Atlético hasta 1991 en Harlem Armory, un refugio para personas sin hogar.
También, surgieron nuevos hitos como la inclusión al Salón de la Fama en 1991. Cinco años más tarde se lo consideró como uno de los 50 Mejores Jugadores de la Historia de la NBA. La lista se amplió a 75 en 2021, como motivo de celebración de los 75 años de la creación de la competencia. Pero su nombre se mantuvo ahí, bien firme, junto con otras figuras que dominaron en décadas posteriores.
Yang tergabung ke dalam tim Anniversary NBA ke-75 adalah… Nate Archibald! #NBA75 pic.twitter.com/pjWWpapeH1
— NBA Indonesia (@NBA_Indonesia) October 20, 2021
Nate Archibald no fue dejado de lado, sino que volvió a ser homenajeado. Elegido en la segunda ronda del Draft, edificó una carrera que pocos han emulado en su misma posición. Tuvo que enfrentar todo tipo de adversidades, pero siguió luchando y conquistó un campeonato (1981), seis participaciones en el All Star Game (1973, 1975, 1976, 1980 a 1982, MVP en 1981), tres inclusiones en el Mejor Quinteto (1973, 1975 y 1976), mejor promedio en puntos y en asistencias (ambos rubros en 1973).