Entre las décadas de 1970 y 1980, hubo una figura de Sudamérica que puso a su continente en la mente de los europeos y norteamericanos, a través de su talento. Este fue Oscar Schmidt, quien además llegó a ser elegido en el Draft de la NBA. Sin embago, prevaleció su anhelo de dejar a la selección de Brasil en lo más alto.
Mano Santa (uno de sus apodos) nació el 16 de febrero de 1958 en la ciudad Natal. En 1974, se mudó a San Pablo para jugar en la cantera del Palmeiras. De hecho, en el club Paulista llegó a tener sus primeras experiencias a nivel profesional.
Con 19 años, no solo que fue convocado por la selección mayor de Brasil, sino que también fue partícipe de la conquista del Campeonato Sudamericano de 1977, en Valdivia, Chile. El alero de 2m05 llegó a convertir un total de 62 puntos en ese certamen, promediando 7,5 por aparición.
Desde ahí, su carrera dio pasos agigantados. En 1978, formó parte del conjunto verdeamaelha que cosechó la medalla de bronce en el Mundial de 1978, llevado a cabo en Filipinas. Su participación se incrementó en esa competencia, debido a que registró 17,7 tantos por encuentro y tuvo un 66.7% de efectividad en tiros de campo. De hecho, terminó entre los diez máximos anotadores de aquel certamen.
Ese mismo año, Oscar Schmidt pasó al Esporte Clube Sírio, donde también dejó su huella inconfundible. En 1979 lideró al conjunto brasileño hacia la conquista de la Copa Intercontinental Renato William Jones (o Campeonato Mundial de Clubes). De hecho, fue seleccionado como el MVP de la final después de anotar 42 unidades en el duelo decisivo contra KK Bosna, equipo de Bosnia y Herzegovina.
Dos años más adelante, jugó otra final de esa copa intercontinental, pero no pudo en la final ante el Real Madrid. De todos modos, cerró una etapa exitosa en Esporte Clube Sírio en 1982. En sus cuatro temporadas, ganó también el Campeonato Sudamericano, la Liga Brasileña (ambos en 1979) y dos Campeonatos Paulistas (1979 y 1980). Esto le permitió sacar un pasaje a Italia con el fin de representar al Snaidero Caserta, desde 1982 hasta 1990.
UN EMBLEMA DE SU PAÍS
Oscar Schmidt siguió brillando en la selección mayor de Brasil. Su primera participación en los Juegos Olímpicos fue en Moscow 1980. Con 22 años, promedió 24,1 puntos y 6,7 rebotes por juego para que su equipo finalizara en el quinto puesto de la máxima cita deportiva. También, fue el quinto máximo anotador de aquella competición.
Dos años más tarde, se lució en el Campeonato Mundial de Colombia 1982, siendo el sexto con el mejor promedio de tantos por partido: 21. No obstante, los Verdeamarelhas finalizaron el certamen en la octava posición.
En 1983, condujo a Brasil hacia otra clasificación a los Juegos Olímpicos, ganando los ocho compromisos del Preolímpico. Al año siguiente, Mano Santa dijo presente en el gran evento internacional realizado en Los Ángeles, aunque su selección haya terminado en el noveno lugar. Fue el tercer máximo anotador de la competencia con 24,1 unidades por aparición.
Ahí, ocurre un hecho trascendental en su carrera. New Jersey lo eligió en la sexta ronda del Draft 1984 de la NBA, con la intención de sumarlo a su plantel. Pero Schmidt decidió continuar con el camino que venía transitando como jugador profesional.
“No llegué porque estaba prohibido a los jugadores de la NBA jugar para la selección nacional. Me seleccionaron en la sexta ronda en 1984. ¡Vamos, hombre! Me ofendí. Luego, fui allí solo para mostrarles lo que se perderían. Estuve dos semanas. Una de práctica y la otra con cinco juegos. Me dieron 25 minutos por partido, yo les di 25 puntos por duelo. Vinieron a ofrecerme un contrato sin cortes. Eso fue increíblemente bueno porque no creían que la gente fuera de los Estados Unidos podía jugar baloncesto. Me negué de inmediato. “¿Por qué me negué?” Solo quería ver si era capaz y lo hice. Esa fue la razón”, contó una vez Mano Santa.
En 1985, Oscar Schmidt ayudó a Brasil a conseguir un nuevo boleto al Campeonato Mundial. Para eso, contribuyó con el campeonato de la selección en el Sudamericano de Medellín, promediando 23,4 puntos por compromiso. En la final, se consagró tras el triunfo de su elenco sobre Uruguay por 89 a 85.
En 1986, se presentó al torneo organizado en España y se destacó como el segundo máximo artillero con una media de 28,1 tantos. Además, estableció su mejor marca personal hasta un tiempo más adelante, encestando 43 uniades en el enfrentamiento con Cuba. Así, su seleccionado concluyó en un cuarto puesto muy recordado en las tierras brasileñas.
Y en 1987, Mano Santa se metió en la historia grande, ya que Brasil se consagró campeón en los Juegos Panamericanos de Indianápolis. Encima, superaron en la final a Estados Unidos por 120 a 115, luego de revertir una desventaja de 20 puntos. Esta fue la primera derrota de la historia de la selección norteamericana en su propio territorio y la primera vez que recibieron 100 tantos. Y el alero de 2m05 fue partícipe de esa hazaña, convirtiendo 35,6 unidades por encuentro.
BATIENDO RÉCORDS
Oscar Schmidt dio que hablar con el Snaidero Caserta de Italia en 1988, debido a que levantó la Copa de Italia. De esta manera, se sacó la espina de no haber podido festejar en la final de la Copa Korac del año anterior, ante el Virtus Roma. Y en 1989, volvió a jugar otra final, pero de la Recopa de Europa y frente al Real Madrid. El oriundo de Natal convirtió 44 tantos, pero no alcanzó para superar los 62 de Drazen Petrovic en el triunfo del Merengue.
listen I’m not saying I miss basketball so much that I’m watching highlights of Drazen Petrovic and Oscar Schmidt going at it in the 1989 European Championship but I’m not not saying thathttps://t.co/RaB9MIGIP6
— Isaac K. Lee (@IsaacKLee) April 14, 2020
Pero hay que regresar a 1988, cuando ocurrió un hito importante para Mano Santa. En esa ocasión, se presentó a sus terceros Juegos Olímpicos, en Seúl, Corea del Sur. Y el 24 de septiembre hizo historia en un partido contra España, ya que rompió el récord de más puntos anotados en un partido. El alero le metió 55, pese a la ajustada caída por 118 a 110.
Asimismo, se lució en el quinto puesto de Brasil en la máxima cita deportiva, concluyendo la participación como el goleador legendario con 42,2 unidades por aparición. Esa media sigue siendo incalcanzable hasta el día de hoy, al igual que su registro total de puntos (338).
En 1989, estuvo presente en la primera edición del FIBA Américas, llevado a cabo en México. El conjunto Verdeamarelha se ganó el pasaje a un nuevo Campeonato Mundial, luego de haber finalizado en el tercer puesto del certamen continental. El condimento especial de la cita internacional de 1990 fue que se llevó a cabo en suelo argentino.
Ese torneo tuvo como protagonista a la selección de Yugoslavia, que salió campeón y tuvo una celebración controversial. Pero Oscar Schmidt tuvo su lugar en los primeros planos, siendo el máximo artillero con una media de 34,6 tantos por partido. De hecho, el 17 de agosto de 1990 le clavó 52 unidades a Australia. Su seleccionado culminó el Mundial en el quinto puesto.
LA ETAPA FINAL
En 1990, fichó por el Fernet Branca Pravia, donde vistió la camiseta del equipo italiano hasta 1993. Luego, pasó a Valladolid para jugar en tierras españolas durante dos temporadas, antes de su regreso a su país en 1995. En ese tiempo, fue convocado por cuarta vez a los Juegos Olímpicos en 1992, que se celebraron en Barcelona.
Ese evento contó con el hecho memorable que significó la presencia y medalla de oro del Dream Team. No obstante, Oscar Schmidt superó en anotaciones a estrellas como Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Scottie Pippen, Charles Barkley, entre otros. A pesar de la quinta posición de su seleccionado, su promedio de puntos por encuentro fue el mejor de la competencia, anotando 24,8 por compromiso.
Su quinta y última participación en los Juegos Olímpicos se produjo en Atlanta 1996. Con 38 años, lideró la tabla de conversiones con un registro de 27,4 tantos por enfrentamiento, pese al sexto lugar de Brasil. Por eso, fue el primer jugador de la historia de dicho evento en superar la marca de los 1000 puntos. Llegó a 1093, una marca que hasta la actualidad se mantiene como la mejor de todos los tiempos.
En tanto, sus últimos pasos como jugador profesional fueron en equipos de su propio país. Desde 1995 hasta 1997, Oscar Schmidt jugó para el Corinthians, donde avanzó hasta la final de la Liga Sudamericana de Clubes, en 1996. Sin embargo, Jorge Racca le dio un trago amargo encestando un triple decisivo para la victoria y campeonato de Olimpia de Venado Tuerto por 101 a 100. Afortunadamente, se adjudicó ese mismo año el título de la Liga Brasileño con el conjunto Paulista.
Finalmente, pasó por el Bandeirantes/Barueri, desde 1997 hasta 1999. Y estuvo en el Flamengo de 1999 a 2003, cuando colgó definitivamente las zapatillas. En su última campaña, promedió 33,1 unidades por partido con 45 años de edad. De esta forma, alcanzó los 49737 puntos en toda su carrera (42044 solo en clubes), superando así los 46725 de Kareem Abdul-Jabbar.
Desde 2010, el nombre de Oscar Schmidt aparece en el Salón de la Fama de FIBA. Además, recibió el premio de integrar el Salón de la Fama James Naismith en 2013. El alero se transformó en un símbolo del básquetbol brasileño. Sin haber jugado en la NBA, grabó sus jugadas en la memoria de los seguidores de este deporte. Además, fue la máxima leyenda que tuvo la selección Verdeamarelha de todos los tiempos.