Hay noches en las que los jugadores parecen imparables y muchos logran terminar el encuentro sin siquiera fallar un tiro. Sin embargo, ¿quién fue el jugador con mayor cantidad de tiros consecutivos anotados en la NBA? Para sorpresa de nadie, Wilt Chamberlain.
El pivote nacido en Philadelphia cosechó todo tipo de marcas a lo largo de su carrera. Si bien la producción de 100 puntos en un encuentro es la más reconocida, también tuvo un primer año único y temporadas insólitas con medias de 50 puntos y 27 rebotes por aparición. Este hito, el de la mayor cantidad de tiros consecutivos anotados, integra su lista tras un histórico juego en la noche del 24 de febrero de 1967.
Su equipo, Philadelphia 76ers, que aquel año fue campeón, visitaba a un flojo Baltimore Bullets en el ocaso de la temporada 1966-67. Como si fuese poca la diferencia entre ambos elencos, el dueño de casa no contó con Bob Ferry, su mejor pivote. El rol de intentar frenar a Chamberlain lo tuvo que asumir Leroy Ellis, quien tuvo un buen partido en ataque (28 puntos y 10 rebotes), pero no lo pudo lograr.
Wilt The Stilt hizo gala de su gran dominio del cuerpo para castigar constantemente en el poste bajo. Encestó 18 tiros de campo al hilo para cosechar 36 de sus 42 puntos en la noche. Presionó a su rival al forzar cinco faltas, aunque apenas acertó en seis de las 14 oportunidades que tuvo desde la línea de tiros libres. No obstante, su noche perfecta de campo encabezó un histórico triple-doble que también incluyó 30 rebotes y 10 asistencias.
LOS OTROS RÉCORDS
Como en muchos partidos de su carrera, aquel no fue el único récord de Wilt Chamberlain en la noche. El pivote fue el primer jugador en la historia de la NBA en registrar un 30-30 (un mínimo de 30 en dos rubros). La primera de las 13 ocasiones en la que lo logró en su carrera. Hubo otros ocho jugadores que lo lograron: Kareem Abdul-Jabbar; Elvin Hayes (dos veces); Dwight Howard; Gus Johnson; Kevin Love; Moses Malone (en dos ocasiones); Swen Nater; Robert Parish; Willis Reed y Nate Thurmond.
A su vez, en aquel momento, fue el triple-doble con mayor cantidad de rebotes (luego superado por él mismo con 32). Otra noche única en la carrera mítica de Wilt Chamberlain.