El partido más largo de la historia del básquetbol profesional se jugó hace más de 70 años. Y se disputó entre dos equipos que, en la actualidad, ya no existen.
Seis tiempos suplementarios. 78 minutos de juego. 3.790 fanáticos presentes. 75 tiros libres contra 34 de campo. Insólito.
El 6 de enero de 1951, los Indianapolis Olympians derrotaron a los Rochester Royals, que luego ganarían el campeonato de 1951, en Edgerton Park Arena. Fue, quizás, el partido infinito en la historia de este deporte.
La temporada, inolvidable por donde se la mire, inició con otro récord, salvo que este fue negativo: los Fort Wayne Pistons derrotaron a los Minneapolis Lakers 19-18 en lo que se mantiene como el partido NBA de menor anotación de todos los tiempos.
“Ralph Beard lanzó en transición cuando quedaba un segundo del sexto tiempo suplementario para darle el triunfo a los Indianapolis Olympians 75-73 sobre los Rochester Royals en un partido récord”, señaló el periódico Indianapolis Star al día siguiente.
Red Holzman, talento de los Royals que jugó 76 de los 78 minutos del juego, le dijo al aclamado cronista de viajes Harvey Frommer a fines de la década de 1980, mientras escribía la biografía de Holzman, que el enfrentamiento de la NBA fue uno de los dos encuentros de la temporada 1950-51 que sentaron las bases para la creación del reloj de 24 segundos. Se dice, con sapiencia, que el reloj de posesión, que se utiliza hasta el día de la fecha, salvó a la NBA.
“Durante más de 26 de los 30 minutos de la prórroga, el balón permaneció cuidadosamente escondido bajo el brazo de un jugador de Olympians o Royals. Quien tuvo la posesión se quedó allí con el marcador empatado, esperando que el reloj se consumiera para lanzar un tiro de ‘nada que perder’, de último segundo… Los espectadores que se quejaron estaban enojadísimos por este estilo de congelamiento del juego sin oposición. De todos modos, para los atletas olímpicos, seguro que no fue un buen básquetbol, pero valió la pena”, rememora el Rochester Democrat.
Al finalizar el tiempo regular, el partido estuvo igualado en 65. Ambos equipos tuvieron serios problemas de anotación en los tiempos extra, ya que el marcador fue 10-8 para los Olympians tras los seis suplementarios. De hecho, en el segundo y cuarto overtime, no hubo puntos.
Ralph Beard y Alex Groza anotaron 17 puntos cada uno, mientras que Bob Lavoy, Paul Walther y Cliff Barker contribuyeron con 13, 12 y 9 puntos respectivamente. Joe Holland no anotó para Indianapolis.
Mientras tanto, Arnie Risen fue vital para los Royals con 26 puntos. Jack Coleman hizo 15 y Bill Calhoun 12.
“Debido a la duración del juego, los Olympians perdieron su tren a Chicago. El equipo tomó, en cambio, un tren a Detroit, donde alquilaron un vuelo a Molina, IL. Desafortunadamente, el avión solo podía albergar a cinco jugadores, por lo que los atletas olímpicos enviaron a sus cinco titulares y el resto del equipo tuvo que tomar un autobús. El autobús llegó poco después de que terminara el juego contra los Blackhawks y, por lo tanto, fue la única vez en la historia de la NBA en la que un equipo utilizó solo cinco jugadores”, rememora NBA Hoops Online.
La marca anterior de más minutos disputados en un partido la tenían los Syracuse Nationals y los Anderson Packers -dos equipos que tampoco existen más- tras jugar cinco tiempos extra el 24 de noviembre de 1989, durante el triunfo de Syracuse 125-123 en el State Fair Coliseum.
Más cerca en el tiempo, los Milwaukee Bucks y los Seattle Supersonics jugaron, el 9 de noviembre de 1989, un juego de cinco tiempos extra que terminaron ganando los Bucks 155-154 en el Bradley Center.
ASÍ SE FORMARON LOS INDIANAPOLIS OLYMPIANS
La historia detrás de este equipo es fascinante: los propietarios eran cinco ex jugadores de básquetbol de la Universidad de Kentucky. Cuatro de ellos, Alex Groza, Ralph Beard, Wallace Jones y Cliff Barker, habían llevado a Estados Unidos a la victoria en los Juegos Olímpicos de Londres 1948. El quinto fue Joe Holland.
La National Basketball League, que buscaba sobrevivir contra su competidora, la Basketball Association of America, ofreció a los estudiantes de último año próximos a graduarse la chance de convertirse en propietarios de jugadores si se unían a la NBL. Después de la temporada 1948-49, la BAA se fusionó con la NBL para formar la NBA.
Fue así que estos cinco jugadores de Kentucky eligieron Indianápolis como su hogar y Butler Fieldhouse como su localía. Ganaron el título de la División Oeste con un récord de 39-25 en 1949-50, pero bajaron a 31-37 en su segunda temporada.
Beard y Groza jugaron en el primer Juego de Estrellas de la NBA y fueron selecciones del primer equipo en todas las ligas.
Groza promedió 21.7 puntos y Beard 16.8 esa temporada. 14.461 personas se acercaron a ver su último partido, que fue derrota en la segunda ronda de playoffs ante los Anderson Packers.
Sin embargo, la decepción sobre Beard y Groza llegaría el 19 de octubre de 1951, cuando fueron acusados de influenciar resultados en sus tiempos de Kentucky. La acusación dio a lugar, porque ambos admitieron haber recibido dinero que oscilaba entre los trecientos y setecientos dólares, pero rechazaron la acusación de haber influenciado resultados. Fueron excluidos de por vida en la NBA.
Los Indianapolis Olympians sobrevivieron dos años al escándalo de Beard y Groza y dejaron la competencia. La ciudad de Indianápolis, meca del básquetbol en Estados Unidos, estuvo 14 años sin equipos profesionales hasta que los Indiana Pacers se sumaron a la ABA en 1967.
Los Royals, por su parte, iniciaron una migración hacia el oeste luego de ganar su único campeonato en Rochester. Jugaron en Cincinatti de 1957 a 1972, antes de irse a Kansas City donde se transformaron en los Kings. Por tres años, los Kings dividieron sus localías entre Kansas y Omaha. En 1985, se mudaron a Sacramento, donde aún residen.
Los Pacers se sumaron a la NBA en la temporada 1976-77.