Ben Simmons dio un paso más en su resurgir. En el triunfo ante Memphis por 127-115, el base de 26 años se mostró protagonista, bien dispuesto a aportar en ofensiva y sin miedo de lanzar al aro cada vez que encuentra un tiro abierto, algo que se le criticó fuertemente en los últimos años.
El australiano anotó 22 puntos, bajó ocho rebotes y entregó cinco asistencias, aunque lo más destacado se vio en su eficacia: acertó 11 de sus 13 intentos de campo (84%), en lo que suele ser su faceta de juego más endeble. Anteriormente, el habilidoso armador de 2.08 metros, quien se destaca por su visión de cancha y sus destrezas defensivas, anotó 6-6 en Portland y 5-7 en Sacramento, que lo llevan a acumular 22-26 en los últimos tres juegos, un promedio de 85% de efectividad. Cabe destacar que en todos ellos convirtió más de diez puntos, cifra a la que no había llegado previamente esta temporada.
“Sólo intento mantenerme enfocado”, dijo Simmons luego del partido, refiriéndose a su buen momento. “Me lo tomo como un día a día. Si empiezo a leer todo lo que dicen de mí y entran mis emociones en juego, eso no me favorece. Solo quiero seguir construyendo cosas buenas y eso se hace partido a partido, manteniéndome concentrado”, agregó.
El próximo compromiso de los Nets será nada menos que ante los Sixers en la ciudad del amor fraternal, que supo ser la casa de Simmons hasta el año pasado. Será la primera vez que vuelva a jugar en frente de los fanáticos del equipo que lo supo elegir en el draft, luego de pedir el traspaso la temporada anterior, cuando aún se encontraba regresando de una lesión en su espalda.