Todo equipo es más grande que cualquiera de sus jugadores, entrenadores y directivos, pero algunos logran ser sinónimos de un equipo. Boston Celtics tiene tres nombres propios que son los sinónimos de su grandeza: Bill Russell, Larry Bird y Red Auerbach. El último de ellos fue el único que no disputó un partido como jugador, pero también fue el que más títulos ganó. Nueve como entrenador y otros siete como ejecutivo. Un total de 16 conquistas en 29 años para ser una de las personas más exitosas de la historia del básquetbol.
Su impacto fue tal que los Boston Celtics decidieron retirar la número 2 en su honor. El 1 fue en honor a Walter Brown, su primer dueño, mientras que el dos fue por Red Auerbach. El mejor entrenador de su historia y un personaje único, recordado por encender un habano cada vez que su equipo ganaba. Algo que hizo 1037 veces entre victorias de fase regular y Playoffs como entrenador. Y quién sabe cuántas veces haya mantenido ese ritual como presidente de operaciones.
SU CARRERA COMO JUGADOR UNIVERSITARIO
Arnold Jacob Auerbach, a quién luego conoceríamos como Red Auerbach por el color rojizo de su cabello, nació el 20 de septiembre de 1917. Su padre, Hyman Auerbach, nació en Minsk, Rusia, pero se trasladó a Nueva York a los 13 años. Allí conoció al amor de su vida, Marie Thompson, con quien se casó, tuvo cuatro hijos y compartió una tienda de delicias en Brooklyn.
Red amó el básquetbol desde la cuna. Meticuloso e interesado en cada detalle del juego, no es sorpresa de nadie que haya sido un gran base. Durante su paso por el secundario integró el listado de mejores jugadores de la ciudad, All-Brooklyn. Esto despertó el interés de la Seth Low Junior College, que le ofreció una beca deportiva. Allí pasó un año hasta conocer a su gran mentor.
El buen desempeño de Auerbach llevó a la Universidad de George Washington de hacerle un ofrecimiento. Bill Reinhart, un exitoso entrenador al nivel NCAA, le ofreció formar parte de su programa donde terminó de formarse. El coach cambió la mirada del relacionado con los Celtics por su juego basado en el contraataque. Lejos del ritmo bajo de la época, Reinhart convenció a los suyos para que aprovechen las ventajas de atacar rápido. Esto luego sería parte de la filosofía de Red.
Se graduó con honores de la carrera de artes en 1941. Curiosamente su hermano, Zang Auerbach, sería quién se encargaría de una de las transformaciones del logo de la organización de Massachussetts.
SUS INICIOS COMO ENTRENADOR
Mientras terminaba sus estudios universitarios y jugaba para el equipo de George Washington, Red Auerbach empezó a trabajar como entrenador. Su primera experiencia fue en Saint Albans School, una escuela de varones de primaria y secundaria, a comienzos de 1940.
Su buen desempeño lo llevó a recibir una oferta en julio de aquel año para sumarse al Roosevelt High School. Allí desarrolló un programa exitoso que posibilitó que varios jugadores puedan dar el salto al básquetbol universitario. Dejó el cargo porque recibió una oferta para ser el entrenador del equipo de la marina en Norfolk, Virginia.
Al igual que en el básquetbol secundario, hizo un gran trabajo junto a las fuerzas armadas, lo que llamó la atención de Mike Uline. Este era el inversor principal de los Washington Capitols, uno de los equipos impulsores de la BAA, la liga predecesora a la NBA. Sus buenos tres años le permitieron dar el salto a la máxima liga de aquel entonces.
¡A CORRER!
Red Auerbach había desarrollado y profundizado la ofensiva a través del contraataque, lo que generó un atractivo para la época. El equipo ganó 49 de los 60 partidos de la fase regular y terminó primero en la conferencia del este. No obstante, Chicago Stags, el líder del oeste, le puso fin a sus ilusiones con un 4-2 en las semifinales. El equipo de Illinois luego se proclamó campeón de la primera edición de la BAA.
Ya por aquel entonces tenía el hábito de fumar. Entre ocho a diez cigarros por día, pero el más significativo de ellos se encendía en el banco. Encendía un habano cuando el partido estaba decantado a su favor. Era el sabor de la victoria y el disfrute ante la caída del rival. Tan provocador como lo era con los jueces ante un fallo dividido.
No obstante, el segundo año fue complicado. La liga tuvo la baja de tres equipos y la adición de los Baltimore Bullets, además del traslado de Washington al oeste. El equipo terminó con un 28-20 al igual que el debutante y Chicago. Su desempate fue con el de Illinois, que venció por 74-70 para avanzar a los Playoffs.
La tercera fue la mejor de todas. El 38-22 fue el mejor registro del torneo. Sorteó a Philadelphia Warriors y New York Knicks en su camino a las finales. Sin embargo, quien acabó siendo su archirrival evitó el título. Minneapolis Lakers, de la mano de George Mikan, se impuso 4-2 en la definición para hacerse con su primer título de la BAA.
Sobre aquella definición recuerda un golpe por detrás de Hermsen para que termine contra los asientos de la primera fila: «Era un gigante que siempre codeaba (…), me sentí feliz».
SIN DISIMULOS
Red Auerbach dejó Washington Capitols para trabajar como asistente de Duke Blue Devils, una de las universidades emblemáticas de la NCAA. Su labor era junto a Gerry Gerard, quien estaba padeciendo el cáncer y estaba próximo a fallecer. Como todos sabían, la idea del instituto era que tome el puesto una vez fallecido el coach.
Si bien aceptó la oferta, duró pocos meses. Desarrolló a varios jugadores, pero se sintió incómodo con la situación. «Tenía que esperar a que se muriera. No era la manera de conseguir un trabajo», le dijo al periodista Jim Sumner. El dicho se dio a conocer a través de “Tales from the Duke Blue Devils Locker Room” (2016).
Tras su fugaz paso por Duke, recibió la oferta de dirigir a los Tri-Cities Blackhawks (hoy Atlanta Hawks) para la 1949-50. El entrenador fue sincero con Ben Kerner. Le dijo que el equipo era un desastre y que sólo aceptaría si tenía libertad para traspasar. Tras recibir la luz verde, intercambió jugadores constantemente, registrando el paso de casi 24 profesionales entre llegadas y salidas.
La temporada de los Blackhawks fue aceptable. Sumó 28 de sus 29 triunfos con Auerbach y terminó la fase regular con 29-35, registro válido para ingresar a los Playoffs. La eliminación a manos del debutante Anderson Packers pasó desapercibida por el contexto.
Sin embargo, todo se vino abajo al finalizar la campaña. Kerner decidió traspasar a John Mahnken, el jugador favorito de Auerbach y adquirido poco antes de cerrar la fase regular, a los Indianápolis Jets. No hubo ningún tipo de diálogo que evite lo previsible: el entrenador renunció al cargo.
LA TURBULENTA LLEGADA A BOSTON
Red Auerbach nunca se sintió amenazado por la opinión pública y siempre ignoró lo que podrían decir los demás. El momento que mayor representó esta forma de ser fue en 1950, cuando se sumó a los Boston Celtics.
La franquicia llevaba cinco años flojos en la NBA y su dueño, Walter Brown, se interesó en sus servicios. El entrenador aceptó la oferta sin grandes dudas ya que tendría la posibilidad de hacer lo que quisiera como en los Hawks.
La relación con los fanáticos se erosionó en el Draft 1950. Auerbach seleccionó a Chuck Share con el número 1 del Draft, dejando así pasar la chance de fichar a Bob Cousy. No obstante, este último fue seleccionado por los Tri Cities Blackhawks y se negó a sumarse tanto al equipo como a los Chicago Stags. Así, Cousy, que no tenía un gran interés en jugar para Auerbach, se sumó a los Celtics.
Pero lo llamativo no terminó ahí. Con el 12° puesto seleccionó a Chuck Cooper, el primer afroamericano en llegar a la NBA. La tradición la rompió un equipo de Boston, la ciudad conocida por la presencia de irlandeses y de fuertes tradiciones. Algo que tardó en ser aceptado como algo favorable.
El equipo se embarcó así con un pivote de salón de la fama en Macauley; un base no convencido en Bob Cousy y un jugador afroamericano muy resistido. Como si fuese poco, el entrenador pasó de deseado a odiado en un puñado de meses. Ese fue el escenario de los Celtics en la previa de la 1950-51.
LOS PRIMEROS PASOS
El ritmo alto de los Celtics marcó un estilo en la NBA desde el primer día. Cousy pudo aprovechar al máximo su capacidad de generar juego como driblear la pelota. Macauley fue seleccionado para el quinteto ideal (20,4 puntos, 9,1 rebotes y 3,7 asistencias). El combinado verde cerró la fase regular con 39-30, su primera temporada con más triunfos que derrotas en la historia. No obstante, New York Knicks lo barrió 2-0 en las semifinales de conferencia.
Algo similar sucedió en los siguientes cinco años. Boston rindió en un gran nivel a la hora de la fase regular, pero no pudo meterse en las finales de la NBA. Tanto Knicks como Syracuse Nationals (Philadelphia 76ers desde 1963), le pusieron alto a sus expectativas. Esto sucedió por el esfuerzo desmedido a lo largo de todos los partidos. El equipo terminaba cansado, bajaba el nivel defensivo y acaba pagando caro en el último cuarto.
La fórmula del éxito llegó en la previa de 1955-56. Boston pensó en mejorar la defensa y tuvo una de las mejores noches de Draft de su historia. La liga había impuesto el pick territorial. Así, les dio a los equipos la chance de hacerse con jugadores de sus ciudades antes del inicio de la primera ronda. El combinado celta lo utilizó para hacerse con los servicios del legendario Tom Heinsohn.
Pero lo mejor llegó después. Los Saint Louis Hawks (anteriores Blackhawks) utilizaron el segundo puesto para fichar a Bill Russell. Red Auerbach, que tenía al pivote en la mira, sacó un conejo de la galera. Envió al querido Macauley al equipo junto a los derechos de Cliff Hagan para obtener a uno de los mejores jugadores de la historia. Por último, fichó al base K.C. Jones con la 13° posición del Draft. Tres futuros integrantes del salón de la fama en una misma noche.
EL PRIMER TÍTULO
Si bien el equipo de jóvenes podía llevar a pensar que Boston debía necesitar unos años para acomodarse, el impacto de los nuevos fue inmediato. El talento potenció a la buena base celta. Bob Cousy (20,6 puntos, 7,5 asistencias y 4,6 rebotes) fue el líder del elenco como MVP de la fase regular. Tom Heinsohn (16,2 tantos y 9,8 rebotes) acabó como el novato del año, aún con números mucho menores que los de Bill Russell (14,7 unidades y 19,7 rebotes). La interminable cantidad de nivel llevó al verde a liderar la fase regular con un 44-28.
Eso le permitió arrancar los Playoffs en las finales del este, donde aplastó 3-0 a Syracuse Nationals para meterse en la definición. Su rival de aquella instancia fue Saint Louis Hawks; aquel equipo al que le quitó los mejores jugadores y al que Red Auerbach dirigió un año.
El cruce fue más parejo de lo esperado y fue a un séptimo juego que necesitó de un segundo suplementario. En el momento en que las leyendas deben brillar, a Heinsohn no le pesó la inexperiencia. 37 puntos y 23 rebotes, una de las mejores producciones de la historia para hacer posible el 125-123.
LA MAYOR RACHA DE TÍTULOS DE LA HISTORIA
Boston intentó repetir el campeonato en la 1957-58, pero se quedó corto. El conjunto de Massachussets mejoró su marca de fase regular a 49-23 e ingresó a las finales con un 4-1 sobre Philadelphia Warriors. Sin embargo, esta vez Saint Louis se impuso en la definición con un 4-2 que le dio el único campeonato de su historia.
Sin embargo, todo cambió al año siguiente, cuando finalmente sumó a KC Jones. El base había sido seleccionado por los Celtics en el Draft de 1956, pero pasó dos años intentando llegar a la NFL. Tras no lograrlo, se redireccionó hacia la NBA y demostró porqué era una leyenda. Nunca se destacó desde los números (3,5 puntos, 2,6 rebotes y 1,4 asistencias), pero sí desde el juego. Un perimetral súper atlético e intimidante defensor, de los mejores que vio la liga. Su impacto fue inmediato ya que le daba aire a un equipo vertiginoso por su ofensiva basada en el contraataque, dándole así la derecha a Red Auerbach.
Boston ganó la 1958-59 sin grandes discusiones. Ganó 52 partidos en la fase regular para establecer lo que por aquel entonces fue un récord de franquicia. Además, el equipo tuvo a tres integrantes en los quintetos ideales: Bill Russell, Bob Cousy y Bill Sharman, todos fichados por el entrenador. Un 4-3 sobre los Syracuse Nationals de Dolph Schayes permitió el avance a la definición donde aplastó a Minneapolis Lakers (4-0).
El elenco verde no dejó de mejorar en los años siguientes. Estuvo siempre por encima de los 54 triunfos en la fase regular de las siguiente ediciones, acabando como segundo de la conferencia sólo en la última de ellas, la 1965-66. Como si fuese poco, cuando el equipo parecía empezar a transitar un período de reacomodación, Red Auerbach sacaba un conejo de la galera. Un ejemplo de esto fue cuando fichó a John Havlicek con el 7° lugar del Draft de 1962.
Eso hizo que el equipo sea imbatible a la hora de los mata-mata en los Playoffs. Boston arrancó cada postemporada en las finales de conferencia y nunca perdonó a lo largo de ocho años. Tampoco había equipo capaz de sortearlo en las definiciones: 4-3 a Saint Louis Hawks (1960); 4-1 a Saint Louis Hawks (1961); 4-3 a Los Ángeles Lakers (1962); 4-2 a Los Ángeles Lakers (1963); 4-1 a San Francisco Warriors (1964); 4-1 a Los Ángeles Lakers (1965) y 4-3 a Los Ángeles Lakers (1966).
Aquel octavo campeonato en fila -la mayor racha de la historia de la NBA- significó su noveno título, el cual llegó en el último año de su carrera. El 28 de abril de 1966, con un nuevo trofeo en su mano y el micrófono en la otra, dijo adiós al cargo.
Red Auerbach lo dejó como el máximo campeón de la liga en este rol. El cetro lo retuvo hasta 2009, cuando Phil Jackson ganó su 10° trofeo, su quinto junto a los Lakers. Así, quedó como el segundo máximo ganador de la historia, aunque se mantuvo como el mayor por 46 años (1963-2009).
EL PRIMER QUINTETO DE AFROAMERICANOS
Red Auerbach nunca se preocupó por el que dirán, ni se fijo en la etnia de sus jugadores. Su mirada como su selección se basaba en el talento y la inteligencia para jugar el deporte.
Así, dio lugar a un hito significativo en la noche del 26 de diciembre de 1964. El entrenador paró al primer quinteto inicial formado con únicamente jugadores afroamericanos. La lesión de Heinsohn lo dejó sin su alero titular para acompañar a KC Jones, Sam Jones, Tom Sanders y Bill Russell. Pudo inclinarse por John Havlicek, pero eligió la experiencia de Willie Nauls. Así, casualmente (o causalmente) frente a Saint Louis Hawks, volvió a hacer historia.
Auerbach quebró un acuerdo implícito que había en la liga. Una norma no escrita que establecía que en todo quinteto debía haber un jugador blanco. El color de piel dejó de ser más importante que el nivel.
El hecho histórico acabó en festejo alocado: 97-84 con doble dígito en anotación por parte de cuatro de ellos. Sam Jones marcó el rumbo con 32 puntos, mientras que KC Jones fue el único que no alcanzó las 10 unidades. No obstante, este último tuvo un aporte clave para facilitar la victoria. Fue la 28° en 35 presentaciones en la campaña hasta esa jornada.
UN PRIMER MOMENTO HISTÓRICO COMO GERENTE GENERAL
Red Auerbach no tardó en tener un nuevo rol dentro de los Celtics. Asumió el rol de gerente general (‘general manager’ en inglés). Además, durante las finales de 1968, anunció a Bill Russell como próximo entrenador del combinado verde. El nuevo coach fue el primer entrenador negro en la historia de los deportes profesionales de Estados Unidos. Como si fuese poco, desempeñó sus funciones mientras transitaba sus últimos años como jugador. La quinta ocasión en la que una persona haría ambos roles a la vez en la NBA.
El primer año del experimento fue mucho mejor al esperado. Russell condujo al equipo a una marca de 60-21, la segunda mejor de la historia de los Celtics en aquel momento. Luego sorteó a New York Knicks (3-1) en la primera ronda, pero no pudo con Philadelphia 76ers (4-1), que pudo hacer valer el potencial de Wilt Chamberlain. El combinado de Pensilvania luego se alzó con el trofeo.
A la campaña siguiente, todavía con Bill Russell en el parqué y en el banco, los Celtics volvieron a gritar campeones. 54-28 para ingresar a Playoffs; 4-2 para sortear a Detroit Pistons y 4-3 sobre Philadelphia 76ers para tener su revancha en la definición regional. Este envión anímico les permitió imponerse a Los Ángeles Lakers de Jerry West y Elgin Baylor por 4-2. Aquella vez fue la segunda ocasión en la que un entrenador-jugador fue campeón, uniéndose a Buddy Jeannette (Washington Bullets – 1948).
La 1968-69 fue más complicada, pero otra vez el título quedó en sus manos. Red Auerbach sumó a Don Cheaney, quien se volvió un jugador de rol significativo para el elenco. La marca de 48-34 en la fase regular no indicó que eran candidatos al título, pero respondieron cuando realmente importó. 4-1 a 76ers, 4-2 a Knicks y 4-3 a los Lakers para reafirmar quién mandaba en aquel momento. Con medias de 9,9 puntos, 18,3 rebotes y 2,2 asistencias por noche en su último año, Bill Russell anunció su retiro y se alejó del cargo.
UN AJEDRECISTA EN EL DRAFT
La salida de Russell trajo un lógico período de reordenamiento en la franquicia. Heinsohn, también retirado, se hizo cargo del equipo bajo la mirada de Red Auerbach. El equipo se ausentó a los Playoffs en la 1969-70 y la 1970-71, pero el mandamás no perdió el tiempo. Cada paso fue el acertado para retomar el dominio.
Para comenzar, luego del título en 1969 y por la ‘mala’ fase regular, Boston seleccionó noveno el Draft. Aquella noche del 7 de abril, cuando todos esperaban la selección de Kareem Abdul-Jabbar, la franquicia silbó bajito e hizo historia Utilizó el pick para hacerse con los servicios de Joseph Henry White, mayormente conocido como Jo Jo White, quien provenía de la Universidad de Kansas. El base, que en la NCAA sólo podía jugar uno de los semestres por su edad (23 cuando llegó a la liga), fue notable: MVP de las finales de 1976; nueve veces seleccionado al All-Star y a los quintetos ideales.
Al año siguiente no pudo ingresar al podio de picks a pesar del flojo rendimiento. Su premio consuelo: Dave Cowens. Uno de los jugadores más completos de su era por su capacidad de anotar y defender, un 2&D para aquella época. MVP de la fase regular de 1972-73 y nueve selecciones al All-Star para encabezar un listado de hitos interminable.
Su peor selección en esa época fue Clarence Glover, con el 10° del Draft 1971. Sobre él, Red Auerbach señaló tras su paso fugaz: «Mejoró en un 200%, pero todavía tiene que mejorar. Hay momentos en los que parece un violín desafinado. Suelta la pelota muy temprano en el contraataque y erra tiros cercanos sin marca. Todos cometemos errores, pero él comete demasiados».
Un año más tarde seleccionó a Paul Westphal, retomando así la tradición de hacerse con futuros integrantes del salón de la fama. No obstante, quizás el peor traspaso de su gerencia fue en 1974 cuando lo envió a Phoenix. Obtuvo a Charlie Scott, quien también fue una leyenda y campeón en 1976, pero jugó tan sólo dos años en la franquicia de Massachussets.
LA VUELTA A LA GLORIA
Esos aciertos en los Draft volvieron a posicionar a los Celtics como contendientes. Fueron eliminados en las finales de conferencia de 1972 y 1973, pero tuvieron su revancha en la 1973-74. Todavía con Tom Heinsohn en el banco, el equipo ganó 56 partidos de la fase regular. No tuvo problemas con Buffalo Braves (4-2) y New York Knicks (4-1) para retornar a las finales. Allí enfrentó a un durísimo Milwaukee Bucks, al cual venció por 4-3 con un extraordinario John Havlicek (26,4 puntos, 7,7 rebotes, 4,7 asistencias y 1,8 robos).
Luego de una eliminación en las finales de conferencia en 1975, los Celtics volverían coronarse en 1976. En el último año de Charlie Scott en el plantel, sorteó a Phoenix Suns por 4-2 para su 13° título. El líder de aquel conjunto fue Jo Jo White, dándole así la derecha por la apuesta hecha en 1969. Promedió 21,7 puntos, 5,8 asistencias, 4,3 rebotes y 1,5 robos para ser el MVP de aquellas finales.
Desde entonces, Boston volvió a las finales de conferencia en 1977 y se perdió las siguientes dos postemporadas, dando inicio a una nueva etapa de reordenamiento.
LA LLEGADA DE LARRY BIRD
Los Celtics vivieron épocas turbulentas entre 1964 y gran parte de los 70’s por varias razones. La mayor de ellas, la gran cantidad de propietarios. La muerte de Walter Brown, el fundador de la franquicia, generó una serie de turbulencias en la gerencia. Recién con la octava gerencia, la de Henry Mangurian Jr en 1978, la organización logró estabilizarse. Todos los nombres cambiaron en el proceso salvo dos: Red Auerbach y Jan Volk, el asistente de gerente general.
Al llegar 1978, la franquicia logró estabilidad en las oficinas y encaró el Draft de 1978 con la sexta posición. Todas las miradas estaban posadas en un nombre: Larry Bird. El alero había demostrado una capacidad de tiro extraordinaria en sus primeros tres años junto a la Universidad Estatal de Indiana. Si bien el oriundo de dicha ciudad estaba disponible para la selección porque era el año en que debía graduarse, tenía un problema. Se había comprometido con la Universidad de Indiana en su primer año; pero abandonó el instituto ya que era muy tímido y se sentía abrumado por la cantidad de gente en el campus. Así, era elegible, pero no iba a poder disputar la temporada 1978-79 ya que estaba obligado a completar sus estudios.
Boston lo eligió, pero desde entonces tuvo un año para poder concretar el contrato que le permita su llegada a la franquicia. En caso contrario, volvería a ser elegible en el Draft 1979. Esto dio lugar a un tire y afloje que escaló rápidamente por las pretensiones del agente de Bird. Consciente de la obligación que tenía los Celtics, pidió 800 mil dólares, un dineral por aquella época.
Tras 100 días de negociaciones, cruces, encuentros y desencuentros, las partes llegaron a un acuerdo. Larry Bird firmaría un contrato por 3.25 millones de dólares a cobrar a lo largo de sus primeros cinco años en la NBA. Sería uno de los diez jugadores mejores pagos de la liga sin disputar un minuto en la liga.
LA CONSTRUCCIÓN DEL EQUIPAZO DE LOS 80′
El equipo empezó a levantar vuelo en la 1979-80. A la par de la llegada de Larry Bird, también concretó el arribo de Michael Leon Carr tras su paso por los Pistons. Junto a este movimiento, Red Auerbach envió a un histórico como Bob McAdoo a la franquicia industrial por dos selecciones de primera ronda de 1980. Además, en el trascurso de la temporada, adquirió al talentoso Pete Maravich como agente libre para el último semestre de su carrera como jugador. Para el banco, sumó a Bill Fitch como entrenador, quien venía de trabajar nueve años con los Cleveland Cavaliers.
Bird no tardó en demostrar el acierto de la gerencia celta. 21,3 puntos, 10,4 rebotes, 4,5 asistencias y 1,6 tapas en 36,0 minutos por noche para anunciar su exitosa carrera. El alero ganó el premio al novato del año, el tercero y último de los Celtics detrás de Heinsohn (1957) y Cowens (1971). Si bien se definía como tímido, no tardó en asumir el rol de líder. Todoe esto en un equipo marcado por las presencias de Tiny Archibald, Chris Ford, el mismo Cowens y Maravich.
La franquicia tuvo una buena temporada. Parecía posicionado como el candidato al título con su 61-21 en la fase regular. Abrió los Playoffs con auspicioso 4-0 sobre Houston Rockets. Sin embargo, Philadelphia 76ers le marcó la cancha con un 4-1 de la mano de Julius Erving. El combinado celta debía seguir mejorando su plantel.
Eso concretó el 9 de junio de 1980, el día anterior al Draft de aquel año. El equipo envió los picks recibidos del movimiento de McAdoo a Golden State Warriors para fichar a Robert Parish y obtener la tercera posición de aquel proceso de selección. Ese puesto lo utilizó para firmar a Kevin McHale. Un ala-pivote histórico que fue seis veces seleccionado a los quintetos defensivos y el sexto hombre más importante de la historia de los Celtics.
Así, formó un plantel que tenía cuatro futuros integrantes del salón de la fama: Tiny Archibald; Larry Bird; Kevin McHale y Robert Parish. Por fuera de ellos, talentos veteranos en M.L. Carr y Chris Ford. La reconstrucción para volverse dinastía más rápida de la historia.
EL HISTÓRICO TÍTULO DE 1981
Con un plantel mucho más profundo que la temporada anterior, los Celtics tuvieron su revancha en la 1980-81. Los de verde tuvieron un rendimiento similar en la fase regular con una marca de 62-20 para ser los mejores del este. Al igual que en la campaña pasada, barrieron en su cruce de primera ronda, esta vez a los Chicago Bulls. Eso les dio la posibilidad de revancha frente a los Philadelphia 76ers.
Los 76ers estaban dispuestos a repetir el resultado y así parecía con el 3-1 que habían logrado tras el cuarto juego. Encuentros muy parejos en los que los de Pensilvania se impusieron sobre el final. Los Celtics no le encontraban la vuelta a Julius Erving como tampoco al trabajo defensivo de Maurice Cheeks.
¿Cuál fue la gran modificación para el siguiente encuentro de la serie? El rol de Kevin McHale. El ala-pivote no superó los 20 minutos en las derrotas de Boston y aquella apuesta de Red Auerbach dio sus réditos en el quinto punto. Ejerció una muy buena defensa sobre Julius Erving para controlarlo, mientras que sumó 12 tantos en 26 minutos. A partir de ese ajustado 100-98, el equipo de Massachussets tomó el impulso para finiquitar la serie en un séptimo juego. Un 91-90 en el último de ellos con un Larry Bird superlativo (23 puntos, 11 rebotes, 5 asistencias, 5 robos y 2 tapas) hizo posible la revancha.
El envión sirvió para imponerse en las finales sobre los Houston Rockets, que pasaron al oeste por la inclusión de los Dallas Mavericks. Los texanos habían clasificado con el sexto lugar de la fase regular, pero ningún rival de la región le encontró la vuelta a Moses Malone. El interno promedió 22,3 puntos y 15,7 rebotes en la definición, aunque no pudo repetir la historia. Boston hizo valer la profundidad de su talento y se impuso 4-2 para levantar su 14° título. Cedric Maxwell (seleccionado con el 12° puesto del Draft de 1977) fue el MVP con medias de 17,7 puntos, 9,5 rebotes y 2,8 asistencias en la definición.
LA VUELTA A LA GLORIA EN 1984
Boston armó un gran elenco para el título en 1981, pero necesitó seguir sumando talento para mantenerse competitivo a mediados de los 80s. Finalizada la temporada del campeonato hicieron un buen movimiento en el Draft de 1981 al fichar a Danny Ainge con la 31° selección. El perimetral, destacado por su visión de juego, asumió el rol de base suplente para rotar con Tiny Archibald.
La 1981-82 se vio marcada por la revancha de los 76ers. Boston mejoró su marca a un 63-19 en la fase regular y accedió a finales de conferencia con un 4-1 sobre Washington Bullets. No obstante, en otro cruce muy parejo, el elenco de Billy Cunningham venció 4-3 para tener su chance de ser campeón. Ésta fue truncada por Los Ángeles Lakers de Magic Johnson.
En la temporada 1982-83, la historia fue todavía más complicada. El equipo traspasó al veterano Dave Cowens en la previa del certamen para hacerse con un especialista defensivo como Quinn Buckner. Bill Fitch ganó 56 partidos, llevando al equipo a una primera ronda en la que sorteó 2-1 a Atlanta Hawks. Luego, fue barrido por Milwaukee Bucks y Red Auerbach tomó cartas en el asunto.
El gerente general ya estaba descontento con la manera de jugar de Bill Fitch y lo despidió. KC Jones, que estaba trabajando como asistente, tomó el cargo de entrenador. A su vez, movió piezas dentro del plantel: fichó a Dennis Johnson (a cambio de Rick Robey y dos picks de segunda ronda); y cortó a Tiny Archivald. Esto le dio al ex Phoenix Suns la chance de ser el base titular del equipo, siempre con Danny Ainge como su pieza principal de recambio.
Los ajustes tuvieron su éxito en la 1982-83. Los Celtics lograron un 62-20 para cerrar la fase regular como mejores del este. Lo ratificaron en los Playoffs: 3-1 a Washington Bullets; 4-3 a New York Knicks y 4-1 a Milwaukee Bucks. Así, el equipo quedó emparejado con Los Ángeles Lakers, que venían de repartir un título y un subcampeonato con los 76ers.
Aquel duelo entre las dos grandes potencias de la NBA se presentó como el más atractivo de la historia. Una serie de siete encuentros entre los dos mejores talentos que había visto la liga: Larry Bird y Magic Johnson. Un cruce que no decepcionó con dos equipos muy talentosos peleando por cada pelota. El título, como el MVP de las finales, quedó en manos de Bird tras el 111-104 en el séptimo juego.
En la celebración, Red Auerbach no le falló a su estilo: «Se siente grandioso (ganar el 15° título). Pero, ¿qué le pasó a la dinastía de Los Ángeles Lakers? Ustedes (periodistas) hablaron de eso todo el tiempo. Estos (los jugadores de los Celtics) son los muchachos de la dinastía. Acá está su dinastía. Somos el mejor equipo del mundo». Fue ascendido a presidente de operaciones, generando que su compañero histórico, Jan Volk, tome el cargo de gerente general.
EL MEJOR EQUIPO DE LA HISTORIA
Boston estaba en la cima del mundo y eso quería demostrar en la 1984-85. Nuevamente dominó para reencontrarse con Los Ángeles Lakers en las finales, pero esta vez el conjunto californiano tuvo su premio. La diferencia entre una definición y otra fue que el rival tuvo mejores rendimientos de James Worthy como Byron Scott por transitar el tercer año en la liga. A su vez, Boston ya no contaba con Gerald Henderson, ya que lo había enviado a Seattle Supersonics a cambio de un pick de primera ronda de 1986.
El tándem de Red Auerbach y Jan Volk se volvió a mover. El foco estuvo en sumar presencia defensivo y concretó a Bill Walton, quien ya no tenía el poderío anotador de otras épocas, pero continuaba siendo un defensor élite. Para concretar su llegada, envió a Quinn Buckner a Indiana por un pick de segunda ronda para generar espacio salarial. Luego, envió a Cedric Maxwell y una selección de primera ronda de 1986 a Los Ángeles Clippers para fichar a Walton.
Boston formó a uno de los planteles más largos y completos de la historia. No tenía un claro líder en ningún rubro, todos tenían talento de élite para aportar en cada uno de ellos, tanto titulares como suplentes. Un quinteto inicial marcado por Dennis Johnson, Danny Ainge, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish. Quizás la mejor segunda unidad de la historia con Rick Carlisle, Jerry Sichting, Scott Wedman y Bill Walton.
Una ofensiva basada en el pick-and-roll y lejana del contraataque furioso, como una defensa cerrada en la pintura, se combinaron para la conquista celta. 67-15 para firmar la mejor fase regular de la historia de la franquicia. Paso casi perfecto por el este: 3-0 a los Chicago Bulls de Michael Jordan; 4-1 a Atlanta Hawks y 4-0 a Milwaukee Bucks. El broche de oro fue un 4-2 sobre los Houston Rockets de un joven Hakeem Olajuwon para el 15° título de la historia. Todos con Auerbach de protagonista.
40 triunfos de local en la fase regular y tan sólo tres caídas en postemporada. Algo único e irrepetible. Sobre el rendimiento, Auerbach mencionó: «Es el mejor equipo en el que estuve involucrado».
EL CASO LEN BIAS
Cuando Boston traspasó a Gerald Henderson a Seattle por el pick de primera ronda de 1986 hizo uno de los mejores movimientos de la historia. Aquella selección fue la segunda del proceso y el nuevo jugador, una esperable superestrella, se sumaría al mejor equipo que había visto el básquetbol hasta ese entonces. Una jugada maestra, una carta que la franquicia utilizó en Len Bias, jugador muy prometedor de la Universidad de Maryland.
Bias fue comparado con Michael Jordan por varios motivos. Era un escolta alero de 2,08 metros, tres centímetros más alto que Jordan. Se destacaba por su facilidad para anotar, como el 23 de los Bulls. Tenía potencial físico para poder hacer movimientos similares y un gran deseo por ser el mejor jugador de la historia. Si bien estas comparaciones suelen suceder ante la necesidad de tener un nuevo modelo a seguir, muchísimos expertos afirman que estaba llamado a estar en el olimpo junto a otras leyendas. Algo más que válido para sostener el dominio de los Celtics en aquella época.
Tras la selección en el Draft de 1986 y posterior cena con su familia además de Auerbach, Bias fue a la Universidad de Maryland para festejar con sus compañeros. Bias consumió cocaína junto a sus amigos y alrededor de las 6:30 de la mañana tuvo convulsiones. Terry Long y Brian Tribble, quienes estaban junto al jugador en ese momento, llamaron a emergencias aludiendo que no respiraba. Los médicos intentaron reanimarlo pero fue imposible. Falleció a las 8:55 de la mañana del 19 de junio de 1986 a causa de una arritmia cardíaca producida por el consumo de cocaina.
LA SUERTE TAMPOCO JUGÓ A FAVOR
Golpeados por la pérdida de Bias, y sin ninguna compensación por lo sucedido, los Celtics encararon la temporada 1986-87 con el mismo plantel que en la campaña anterior. Aquel año el equipo sintió el paso del tiempo y no pudo retener el cetro de la NBA, perdiendo las finales contra los Lakers por 4-2. El equipo fichó a Reggie Lewis con el 22° puesto del Draft de 1987, quien seis años más tarde murió de un paro cardíaco.
A partir de los retiros, los golpes y el paso del tiempo, Boston fue perdiendo su rumbo. Auerbach se mantuvo como presidente honorario hasta 2006, pero cada vez tuvo menor incidencia en los fichajes. Falleció el 28 de octubre del 2006, a sus 89 años, a causa de un paro cardíaco tras estar un largo tiempo en silla de ruedas. Fue parte del inicio de reconstrucción que posibilitó el título en 2008, el 16° de los Celtics.