La temporada 2003-04 de la NBA fue la quincuagésimo octava en la historia de la liga. La temporada finalizó con Detroit Pistons como campeones tras ganar a Los Angeles Lakers por 4-1. El famoso conjunto de los Bad Boys vencía al super equipo de los angelinos, que estaban liderados por Kobe Bryant y Shaquille O’neal, pero que además tenían en sus filas a jugadores como Gary Payton o Karl Malone.
Cuando pensamos en estos «Bad boys» del nuevo milenio, sin duda su jugador más icónico era Ben Wallace. Un pívot que tenía defensores y detractores a partes iguales (bueno, quizás más de estos segundo quitando a los fans de los Detroit Pistons) cuya historia de como llegó y triunfó en la NBA es cuanto menos curiosa.
Ben Wallace no llegó a ser drafteado. Principalmente por que tenía serios problemas en el juego ofensivo. No tenía fundamentos ni un tiro fiable para ser pieza importante en ataque. A eso hay que sumar que era un jugador relativamente bajo para su posición (2,06 metros).
Sin embargo, donde Ben Wallace destacaba era en defensa. Su físico le permitía poder defender fuerte a jugadores más altos y su capacidad para rebotear y taponar era sencillamente asombrosa. Desde su llegada a Pistons en el 2000 y hasta su marcha en 2006 formó parte del mejor quinteto defensivo en todas esas campañas y sumó cuatro premios al mejor defensor del año y llegó a ser otras tantas veces All Star.
Por su lado, en el banquillo de aquellos Pistons estaba un tal Larry Brown. Un histórico, toda una vida dedicada al baloncesto y capaz de liderar equipos pero… le faltaba el anillo. Ya había rozado la gloria dos años antes de llegar a los Detroit Pistons, cuando en 2001 junto a un extraordinario Iverson, llegaron a las finales de la NBA ante los Lakers de Kobe y Shaq y que perdieron.
Este año, los Pistons no eran los máximos candidatos al anillo. Teníamos a los propios Lakers, San Antonio e incluso los Timberwolves, quiénes quedaron primeros en la Conferencia Oeste. Kevin Garnett fue el MVP de esa temporada, estrella total de aquellos Wolves. Sin embargo, luchando debajo del radar, los Pistons siempre han dado la talla.
EL CAMINO A LAS FINALES
Tras quedar terceros en la Conferencia Este, los Pistons se enfrentaron en la primera ronda a los Milkwaukee Bucks, que tenían como referentes a Michael Redd y Desmond Mason. Además, tenían en sus filas al ya veterano Toni Kukoc con 35 años.
La serie fue total para el conjunto de Detroit. Fueron los favoritos y mejores durante toda la eliminatoria. Sin embargo, un encuentro bueno de Redd, con 26 puntos, logró robar el segundo juego y no irse barridos de la post-temporada.
Richard Hamilton metió 20.2 puntos de promedio en esos cinco juegos. Por su parte, Ben Wallace tuvo unos números de 10.3 puntos, 13.4 rebotes y 2.6 tapones. Estadísticas que nos tenía acostumbrado el pivot que era el pilar defensivo de aquellos Pistons.
LAS SEMIS ANTE UNOS COMPLICADOS NETS
Llegaron las Semis de Conferencia y los Pistons no dejaron de sufrir la gota gorda hasta el ansiado anillo. En este caso, se emparejaron ante los New Jersey Nets de Richard Jefferson. Una serie que tuvo de todo un poco y nos llevó hasta el séptimo juego. Los primeros dos partidos fueron todo para Detroit, prevaleciendo la defensa y se llevaron la serie a New Jersey con un 2-0 a favor. En el primer partido, el resultado fue de 78-56, impensable en el básquetbol de la actualidad.
Sin embargo, los Nets harían lo mismo en casa y empataron la serie. El quinto fue para los de New Jersey e incluso se pusieron 3-2. Aún así, un buen nivel de Hamilton y un séptimo encuentro muy bueno de Billups, los Pistons se llevaron la serie que era para cualquiera de los dos equipos.
LLEGARON LOS PACERS EN LAS FINALES
En una serie muy defensiva ante los Pacers de Reggie Miller, los Pistons se mostraron más productivos en su faceta ofensiva ganando 4-2 y avanzando de esta manera a las Finales de la NBA. Aquella franquicia de Indiana que había ganado la Conferencia Este en la temporada regular, con sistemas de juegos similares, pero que, si hablamos de defensa, no había otro equipo como los de Detroit.
Llegamos al Juego 5 con la serie 2-2, intercambiando victorias por cada partido que pasaba. Partidos muy intensos y que se definieron la mayoría por pocos puntos. Sin embargo, los Pistons se hicieron fuertes en el sexto como locales, y se clasificaron a las Finales en The Palace of Auburn Hills como locales.
Hamilton en este momento estaba siendo el líder total de la ofensiva de estos Pistons. En los seis encuentros, promedio 23.7 puntos y fue el máximo anotador de la serie. Ben Wallace por su parte promedio 15.5 rebotes, como si nada.
Por el otro lado, los Lakers ya esperaban, y su camino tampoco fue fácil, tras vencer a los Houston Rockets (4-1), San Antonio Spurs (4-2) y Minnesota Timberwolves (4-2).
LAS FINALES ANTE KOBE Y SHAQ
Con estos mimbres, los Detroit Pistons tras una gran campaña se presentaban como víctima en las Finales de 2004. Enfrente estaban los Lakers de los ‘Fab Four’: Shaq O’neal, Kobe Bryant, Karl Malone y Gary Payton (estos dos en su último cartucho para lograr su anillo). Nadie o muy pocos daban crédito a una posible victoria de Detroit.
Pero los chicos de Larry Brown se pusieron manos a la obra para a través de una defensa impresionante y que jugaba al límite del reglamento en cada jugada, llevar el campeonato hasta Michigan con un contundente 4-1. Eran los dignos herederos de los «Bad Boys» de Thomas, Dumars y cía.
Así los Pistons consiguieron su tercer anillo en su historia y fue como cerraron la historia de Kobe y Shaq en Los Angeles Lakers. Sin embargo, más tarde los Lakers volverían a la carga nuevamente con Kobe, pero con una nueva dupla, el español Pau Gasol.
Al año siguiente repiten presencia en la Final: enfrente los San Antonio Spurs. Una final que para los espectadores no fue de las más bonitas, pero si que estuvo intensa.