En el Draft de 1994, Detroit Pistons seleccionó en el tercer puesto a Grant Hill. El conjunto de Michigan tuvo un buen ojo al elegir al dos veces campeón con la Universidad de Duke (1991 y 1992), en el afán de iniciar la reconstrucción tras el fin de la era de los Bad Boys. Es que demostró desde su llegada que tenía todas las condiciones de ser el futuro emblema de la franquicia.
El alero impresionó a todos los seguidores de la NBA desde su primera temporada. Es que fue uno de los dos Mejores Novatos del Año, junto con Jason Kidd. Este fue un hecho sin precedentes en la liga. Además, Hill se convirtió en el primero de la historia del deporte estadounidense en liderar la votación de ingreso al Juego de las Estrellas siendo rookie.
Luego, el oriundo de Reston, Virginia, siguió evolucionando notablemente en su nivel de juego. Por eso, llegó a participar de cinco ediciones del All Star Game en seis campañas con los Pistons. También, estuvo incluido dentro del Mejor Quinteto de la competencia en 1997. A lo largo de su estadía en Michigan, su promedio fue de 21,6 puntos, 7,9 rebotes, 6,3 asistencias y 1,6 robos en 39,1 minutos por partido.
Un día como hoy, pero de 2000 🗓️, los @DetroitPistons cambiaron a Grant Hill al @OrlandoMagic.
Aquí algunas de las mejores jugadas 🏀🔥 en su carrera. ¿En qué equipo lo recuerdas? pic.twitter.com/htevLUjz6Q
— NBA MÉXICO (@NBAMEX) August 3, 2019
Sin embargo, los resultados colectivos no terminaron siendo los deseados. Por un lado, Grant Hill guió a los de Michigan hacia los Playoffs en 1996, algo que no lograba Detroit en 1992, con el prestigioso entrenador Chuck Daly y algunos integrantes de los Bad Boys. Pero por el otro, el equipo no pudo superar la primera ronda en ninguna de las cuatro postemporadas que llegó a disputar.
El registro en la temporada 1999-2000 del formado en la Universidad de Duke fue descomunal. Es que firmó 25,8 unidades, 6,6 tableros, 5,2 pases gol y 1,4 recuperos en 37,5 minutos por compromiso. No obstante, Detroit se quedó otra vez en las puertas de una clasificación a las Semifinales de Conferencia.
Por ende, llegó el momento de hacer un cambio de aire en la carrera. El 3 de agosto de 2000, Grant Hill arregló un sign-and-trade con Orlando Magic para unirse con Tracy McGrady y pelear por el título. El alero firmó por una suma de 92,8 millones de dólares en siete campañas. A cambio, el conjunto de Florida a Chucky Atkins y Ben Wallace a Detroit Pistons.
“Realmente no lo veo como una presión. Lo veo como una oportunidad. Estuve seis años en Detroit. Hubo grandes momentos. Tuve muchas buenas relaciones”, dijo Grant Hill en su arribo a Orlando. Y agregó: “Creo que a veces, para abrazar el futuro, hay que dejar atrás el pasado. Lo bueno y lo malo que ha pasado, es hora de seguir adelante. Tengo muchas ganas de establecer nuevas relaciones y establecer y lograr cosas nuevas con esta organización”.
También, el entrenador en aquel entonces del Magic, Doc Rivers, afirmó: “Todo esto es gratificante, pero no hemos terminado. Ahora tenemos que salir a la cancha y ganar”. Por su parte, Tracy McGrady manifestó: “Mi corazón está acá. No hay lugar como en casa”.
LA PEOR NOTICIA
Si hay algo que es muy doloroso para un jugador profesional, es pasar mucho tiempo afuera de la acción por una lesión de gravedad. En su primer torneo con la camiseta de Orlando, Grant Hill sufrió una fractura en uno de sus tobillos que lo dejó afuera durante casi toda la campaña 2000-01. Apenas llegó a estar presente en cuatro encuentros.
Y como si esto fuera poco, los dos tobillos comenzaron a sufrir constantes inconvenientes físicos que requirieron de varias operaciones. Por ende, jugó apenas 14 partidos de la 2001-02 y 29 de la 2002-03. De hecho, quedó sin chances de presentarse a la 2003-04 por los incesantes problemas físicos.
Es más, las operaciones le produjeron un efecto muy peligroso, ya que en marzo de 2003 tuvo que ser hospitalizado tras haber sufrido convulsiones y fiebre. El diagnóstico médico fue que padecía una infección potencialmente mortal por Staphylococcus Aureus resistente a la meticilina (MRSA). Tuvo que permanecer en el hospital por una semana y tomar antibióticos intravenosos durante seis meses.
En total, Grant tuvo que pasar cinco veces por el quirófano para poder reparar sus tobillos y reponerse de un delicado estado de salud. Y para la 2004-05, hubo otra mala noticia para el Magic. Es que Tracy McGrady dejó al plantel para sumarse a Houston Rockets en un traspaso que incluyó a Steve Francis, Cuttino Mobley y Kelvin Cato.
“Sabía que que iba a llevar tiempo. Estoy feliz y es hora de seguir adelante. No puedo predecir el futuro, pero definitivamente sería bueno. El objetivo final es ganar un campeonato para los Houston Rockets. He liderado la liga en anotaciones dos años consecutivos. Mientras ganemos, eso es todo lo que me importa. Voy a tratar de entrar allí y hacer lo que hago. Si eso consiste en sacrificarme, darle el balón a Yao Ming y jugar a través de otros muchachos, eso es lo que haré. Creo que ambos equipos se beneficiarán de este intercambio. Tengo lo que quería. Orlando consiguió tres jugadores sólidos. Houston fue definitivamente el equipo No. 1 en mi lista”, comentó T-Mac.
Luego, Grant Hill respetó su contrato con Orlando y se mantuvo en Florida hasta 2007. En la 2004-05, volvió a jugar 67 partidos de la fase regular y se presentó al Juego de las Estrellas. Para eso, el alero promedió 19,7 puntos, 4,7 rebotes, 3,3 asistencias y 1,4 robos en 34,9 minutos por encuentro. Después, las lesiones le bajaron nuevamente la cantidad de apariciones a 21 en la 2005-06, pero regresó a 65 en la 2006-07.
En un principio, el formado en la Universidad de Duke consideró el retiro. “Veremos cómo me siento en junio y julio. El deseo, por supuesto, es jugar siempre. Pero no querés vivir de anti-inflamatorios y demás. Ya veremos, al menos en mi caso, cómo me siento”, aseguró tras el cierre de la campaña 2006-07.
Un tiempo más tarde, Grant Hill tomó la decisión de continuar su carrera disputando cinco temporadas en Phoenix Suns. Acomodándose en su rol, el alero se ganó un lugar dentro de la rotación del elenco de Mike D’Antoni. Y además, llegó a estar presente en los 82 compromisos de la fase regular 2008-09. Fueron muy buenas noticias después de haber atravesado un largo período de incertidumbre a raíz de las frecuentes lesiones y cirugías.
EL GANADOR DEL INTERCAMBIO
Detroit Pistons se vio muy beneficiado del sign-and-trade de George Hill a Orlando Magic. Es que el conjunto de Michigan sacó un diamante en bruto en Ben Wallace. El centro venía de cuatro años sin grandes oportunidades en la NBA. Pasó tres torneos por Washington Bullets y uno por Orlando Magic.
Pero a partir del aterrizaje a Detroit, el interno se transformó en Big Ben. Su arribo generó un impacto notable en el elenco de Rick Carlisle. En la fase regular 2001-02, Wallace se convirtió en el máximo rebotero de la competición (13 por juego), además de haber sido el máximo bloqueador (3,5). Así, ayudó a que los Pistons cosecharan un récord de 50 ganados y 32 perdidos. Después, superaron la primera ronda de la postemporada por primera vez desde 1991.
Poco a poco, el nucleo del equipo de la Ciudad del Motor se fue fortaleciendo con la llegada de Big Ben. Asimismo, se sumaron las incorporaciones de Chauncey Billups, Tyshaun Prince, Richard Hamilton y Rasheed Wallace. De esta, formaron un elenco que estaba preparado para tomar la antorcha que habían dejado los Bad Boys en la década de 1990.
Ben Wallace en defensa :
✅ Mejor Jugador Defensivo (2002, 2003, 2005 y 2006)
✅ Líder en Rebotes (2002, 2003)
✅ Líder en tapas (2002)
✅ Líder en tapas en la historia de los @DetroitPistons#NBALatamRetro pic.twitter.com/i9vQNrWo8e— NBA Latam (@NBALatam) July 19, 2019
Pero antes, un hecho que también quedó en la historia de la franquicia de Michigan. Detroit se cruzó con Orlando Magic en la primera ronda de los Playoffs de 2003. Enfrente estaba Grant Hill, la figura de los Pistons entre 1994 y 2000. Por un momento, le hicieron sentirse arrepentido de su mudanza a Florida, debido a que eliminaron al Magic en siete enfrentamientos. Ben Wallace se destacó en aquella serie con una media de 11,1 unidades y 17,9 tableros por aparición. De todos modos, cayeron en las Finales del Este ante New Jersey Nets por 4 a 0.
La revancha ocurrió en la 2003-04, con Larry Brown sucediendo en el cargo de entrenador a Rick Carlisle. El primer paso lo dieron cosechando el segundo mejor récord de la División Central, con 54 triunfos y 28 derrotas. En los Playoffs, dejaron en el camino a Milwaukee Bucks (4-1), New Jersey Nets (4-3) y Indiana Pacers (4-2) para obtener su primera clasificación a las Finales de 1991.
El rival de la instancia decisiva fue Los Ángeles Lakers, que estaba con mucha sed de retornar a la gloria. El conjunto californiano había perdido la temporada anterior con San Antonio Spurs, lo que lo dejó sin la chance de luchar por un cuarto campeonato consecutivo. Entonces, se movió bastante en el verano estadounidense de 2003 al reforzarse con dos veteranos de calidad como Gary Payton y Karl Malone. Y todavía estaban Kobe Bryant y Shaquille O’Neal.
Sin embargo, los dirigidos por Larry Brown impusieron su ritmo de juego y su fortaleza física en las Finales de 2004. De esta forma, derrotaron a los Lakers por 4 a 1 y se coronaron campeones por tercera vez en su historia. Ben Wallace fue clave en la conquista promediando 10,8 puntos y 13,6 rebotes en aquella serie.
Ese anillo quedará en el recuerdo de la mejor liga del mundo. Big Ben fue incluido en ese sign-and-trade de Grant Hill a Orlando Magic. No obstante, su llegada a Detroit le permitió pasar de ser un jugador sin peso en la rotación a ser una pieza fundamental en el quinteto titular de un equipo campeón. Por lo tanto, se ganó para siempre el cariño de los hinchas de Detroit.
Y los hechos históricos del interno no se detuvieron ahí. Después de su retiro en 2012, comenzó a recibir reconocimientos memorables. En 16 de enero de 2016, los Pistons le retiraron la camiseta número 3 como tributo de su legendario paso por la Ciudad del Motor. Y en 2021, se transformó en el primer jugador no-drafteado de todos los tiempos en ingresar al Salón de la Fama.