El fallecimiento de David Stern se produjo en el día inaugural del año 2020. En plena pandemia del COVID-19, el directivo revolucionario del básquetbol NBA murió a causa de una hemorragia cerebral a los 77 años de edad. Sin embargo, su creatividad, su voluntad de trabajo y su inteligencia suprema para los negocios quedarán grabadas a fuego en directivos, entrenadores, jugadores y fanáticos del mejor básquetbol del mundo.
David Joel Stern (New York, Estados Unidos; 22/9/1942-1/1/2020) condujo los destinos de la mejor liga de básquetbol del mundo desde 1984 hasta 2014, año que fue inducido, con total justicia, al Salón de la Fama.
Abogado, empresario y directivo modelo del deporte profesional estadounidense, inició su carrera en 1966 como Asesor jurídico externo de la NBA, cargo en el que estuvo hasta 1978. Ese mismo año, y hasta 1980, Stern fue abogado general de la Liga, y entre 1980 hasta 1984 se desempeñó como Vicepresidente ejecutivo de negocios y asuntos legales.
Desde 1984, y por 30 años ininterrumpidos, fue comisionado de la NBA, sucediendo a Larry O’Brien, quien permaneció en el cargo de 1975 a 1984. Antes de O’Brien, Walter Kennedy (1963-75) y Maurice Podoloff (1946-63) fueron los mandamases de la NBA. Los 30 años de Stern en el pedestal de las decisiones fueron el máximo de un comisionado en toda la historia.
“Sin él, la NBA no sería lo que es hoy”, dijo sobre Stern nada más ni nada menos que Michael Jordan, para muchos el mejor jugador de básquetbol de todos los tiempos. “Hizo que la NBA se convirtiera en una de las Ligas más populares del mundo con sus ideas revolucionarias”, destacó Magic Johnson, estrella icónica de Los Angeles Lakers.
Stern fue, desde sus primeros días, un hombre de ideas innovadoras. De visión estratégica única, de vuelo de águila y objetivos a largo plazo. Cuando llegó a la NBA en 1984, la liga estaba afectada por problemas de drogas y conducta severos por parte de los jugadores. Stern empezó un proceso sistémico que modificó la competencia y la imagen que se tenía de ella: fue el primer gran comercializador de la NBA dentro y fuera de los Estados Unidos.
DAVID STERN, UN VISIONARIO CON LOS OJOS EN EL MUNDO
En 1984, a la llegada de Stern, la NBA contaba con 23 franquicias y un salario promedio de jugador de 290.000 dólares. En su último año completo en la NBA, en 2013, ya había 30 franquicias y los jugadores percibían, en promedio, 5.7 millones por temporada. Stern fue quien giró el negocio en 180 grados desde el día cero, de manera progresiva y adecuada. Con desafíos constantes y decisiones tan arriesgadas como meditadas en profundidad.
Lo cierto que en esos treinta años de gestión, el mundo cambió por completo. Se impuso la televisión por cable y la globalización permitió el surgimiento de íconos globales. Llegó internet, los servicios de streaming y las redes sociales. Stern siempre estuvo a la altura de los acontecimientos e incluso supo como anticiparse a lo que la demanda requería. Tan es así que en los comienzos, los ingresos de la Liga fueron de 165 millones de dólares en 1984. En 2013, se dispararon a 5.5 billones.
Su impronta fue la de construir estrellas y despertar rivalidades entre equipos y fanáticos. El duelo entre Magic Johnson y Larry Bird iluminó los años ’80, como así también el advenimiento de Jordan como ícono global sin precedentes. En su gestión, hubo situaciones que lo exhibieron como un dirigente de cintura envidiable: en 1991, tomó el contagio de HIV de Johnson, un problema mayúsculo, como una oportunidad de generar conciencia con la Liga para prevenir la enfermedad. Una vidriera incomparable.
Sobrevivió a los arreglos de resultados del árbitro Tim Donaghy, a los golpes de puño de Ron Artest y compañía entre Indiana Pacers y Detroit Pistons en el Palace de Auburn Hills, y también fue quien vetó el pase de Chris Paul de los Hornets a los Lakers, hecho que lo puso en el ojo de la tormenta de las críticas a lo largo y ancho del mundo. También sobrevivió a cuatro lockouts patronales, en 1995, 1996, 1997-98 y 2011. Pero fue también, en su visión estratégica única, quien impulsó la llegada de Yao Ming a Houston Rockets, abriendo un portón inmenso con el mundo asiático -y su masa enorme de televidentes-.
Durante su periplo como Comisionado NBA, la Liga, además, abrió 13 oficinas en el mundo, jugó partidos de serie-regular fronteras afuera de Estados Unidos -primer deporte norteamericano en realizarlo- y le permitió a los jugadores NBA participar en los Juegos Olímpicos, hecho que generó la aparición del Dream Team de 1992.
Los acuerdos televisivos bajo el mandato de Stern hablaron también a las claras del crecimiento de la Liga. Para tener una idea clara de esa evolución: el que se firmó en 1984 fue por 28.5 millones, mientras que el de 2013 fue por 937. Y la gente, más allá de las nuevas tecnologías, no se quedó en la casa sino que incrementó casi un 100% su presencia en los estadios; pasó de 10.620 espectadores promedio en 1984 a 17.269. Un negocio perfecto.
Durante la gestión de Stern, siete franquicias expandieron la liga mientras que seis se relocalizaron. Los equipos que llegaron fueron Charlotte Hornets y Miami Heat en 1988-89, Orlando Magic y Minnesota Timberwolves en 1989-90, Vancouver Grizzlies (luego Memphis) y Toronto Raptors en 1995-96 y Charlotte Bobcats (luego volverían a ser Hornets) en 2004-05.
Las relocalizaciones fueron para Clippers, Kings, Grizzlies, Nets, Hornets y Sonics.
La presencia durante 30 años de Stern en el deporte profesional estadounidense le permitió igualar a Pete Rozelle, de la NFL, en el plano de la conducción más extensa de una liga en la historia. Los siguen a ambos Gary Bettman (NHL) con 26 años y Kenesaw Landis (MLB) con 24.
Adam Silver, actual Comisionado de la NBA, sucedió en el cargo a Stern el 1 de febrero de 2014.
