«Fue uno de los mejores defensores que enfrenté», señaló un frustrado Michael Jordan tras la derrota a manos de Cavaliers (73-70) en la noche del 27 de febrero de 1997. Era la séptima derrota de los Bulls en 56 juegos en la 1996-97. Desde entonces perdió apenas nueve partidos en su camino al título. Un 7/25 de campo (28%), su noche más inefectiva en la campaña pese a registrar 23 tantos, ocho rebotes y cuatro asistencias.
El autor de aquella llamativa frase fue un desconocido Bobby Phills. El escolta estaba transitando su sexto como último año en la franquicia de Ohio. Fue testigo del tiro sobre Craig Elho en 1993, como también vivenció los tres reveses recibidos a manos de Chicago en el tramo. Así, aquella anoche fue muy festejada en territorio Cavalier.
Bobby Phills luego migró a Charlotte en junio de 1997. Jugó cuatro años para los Hornets antes que la franquicia retiró su camiseta. Se destacó como un especialista defensivo, pero esta no fue la razón del reconocimiento.
SU PASO POR CHARLOTTE
Bobby Phills se volvió una carta valiosa para los Hornets desde su llegada. Su gran nivel en el marcaje, como capacidad para ser letal desde el triple, potenció a un equipo que llegó a las semifinales de conferencia en 1998. Nuevamente, el revés vino ante Michael Jordan que lideró a un Chicago a un 4-1.
El equipo luego vivió una transición en la 1998-99, campaña en la que promedió 14,3 puntos, 4,0 rebotes y 3,5 asistencias. Fue una de las cartas fuertes de un elenco que firmó un 26-24 en la campaña tras el segundo lockout. Al combinado, que arrancó dirigido por Dave Cowens y que terminó en las manos de Paul Silas, le faltó una victoria para clasificar a Playoffs.
Phills jugó 34 partidos de la fase regular siguiente, la 1999-00. Tuvo un rol menor en el elenco de Paul Silas. Tomó el lugar de sexto hombre con una disminución de minutos a una media de 29,5 por encuentro. Su aporte continuó siendo destacado por la defensa como la capacidad triplera. De hecho, su mejor encuentro fue ante el Orlando Magic, cuando encajó 27 puntos, 12 de ellos producto de cuatro triples. Su último partido se dio el 10 de enero del 2000: ocho unidades y cuatro asistencias en una durísima derrota a manos de Milwaukee (137-87).
SU MUERTE
«No tuve la chance de despedirme», le dice entre lágrimas Kendall Phills al bombero que le impide ver a su esposo. «Tengo que decirle un último adiós», le repitió para que la dejen acercarse a lo que quedaba de aquel Porsche. El cuerpo de Bobby Phills, reconocible pero con heridas mortales, yacía en el cuerpo. «Sostuve su mano, oré por él y le dije que me haría cargo de nuestros hijos», le comentó Kendall a Bleacher Report al recordar el incidente en 2016.
Phills falleció a causa de un accidente automovilístico como también de una negligencia en la jornada del 12 de enero del 2000. Corrió una picada junto a su compañero, David Wesley, en Tyvola Road, el camino hacia el estadio de los Hornets. Wesley tomó ventaja, Phills aceleró al máximo, perdió el control y generó el choque de su vehículo con otros dos. Su compañero, que salió ileso del incidente, luego fue arrestado por el manejo imprudente como el incidente que acabó con la vida de Bobby.
La franquicia de Charlotte tomó la decisión de rendirle tributo al retirar su camiseta número 13. Los Bobcats (2004-14), que inicialmente no estaban conectados con los Hornets (se trasladaron a New Orleans) volvieron a usarla. El trinomio de Matt Carroll (2005-10), Nazr Mohammed (2010-13) y Luke Ridnour (2014) vistió el número hasta que la franquicia recuperó su viejo apodo. La casaca de Bobby Phills, la única retirada por la organización, volvió a ser inmortalizada antes del inicio de la 2014-15.