Bernard King (Brooklyn, 4/12/1956) igualó su alto de carrera el 1° de febrero de 1984 tras anotar 50 puntos en el triunfo de los New York Knicks ante Dallas Mavericks por 105-98.
Aquella victoria, que lo puso a King como el primer jugador en 22 años en cerrar noches consecutivas de 50 puntos (el 31 de enero de ese año había convertido 50 ante Spurs), significó la cuarta en fila de los Knicks en la temporada, ante 14.209 fanáticos presentes en el Reunion Arena.
King, en ese entonces con 28 años, siguió el camino de Wilt Chamberlain, quien había convertido 73 y 62 ante Chicago y Philadelphia, respectivamente, el 13 y 14 de enero de 1962.
Sin embargo, fue Rick Barry quien anotó 50 puntos en partidos consecutivos previo a la hazana de King: el 14 de febrero de 1967, vistiendo la camiseta de San Francisco Warriors, le anotó 50 a Boston y luego, el 16 de ese mes, le hizo 52 a Cincinatti.
EL TERCER JUEGO DE 50 PUNTOS DE BERNARD KING EN SU CARRERA
La hazaña ante los Mavericks fue la tercera del alero nacido en Brooklyn en su carrera. La primera había sido el 3 de enero de 1981, jugando para Golden State Warriors, frente a Philadelphia. El 31 de enero de 1984 había alcanzado esa cifra, con los Knicks, en el triunfo 117-113 en San Antonio.
Y no solo eso: tras anotar 50 ante los Mavericks, King pasó la frontera de los 10.000 puntos convertidos en la NBA (10.016).
Frente a los Mavericks, King sintió el respirar cercano de Mark Aguirre, quien buscó la redención luego de una noche decepcionante en el All-Star Game del domingo. En ese juego, recuerda el New York Times, Aguirre tuvo 13 puntos en 13 minutos durante el partido que quedó en manos del Este por 154-145, pero solo jugó cinco minutos en el segundo tiempo luego de haber combatido en un duelo electrizante con King en un pasaje punto por punto en la primera mitad.
“Los dos estábamos encendidos”, le dijo King al New York Times al cierre del juego. “De la manera que fueron las cosas, yo no podía frenarlo a él, ni él a mí. Fue un preludio de lo que vendría después”.
Con Aguirre cargado por faltas, lo mejor de King se dio en el tercer cuarto. En ese período anotó sus ocho tiros ejecutados.
“Lo hace de manera tan silenciosa”, dijo Hubie Brown, entrenador de Knicks. “No me hubiese dado cuenta salvo por Pitino, quien estuvo gritando toda la noche en mi oído”, continuó Brown en tono de broma, haciendo referencia a Rick Pitino, asistente técnico de New York.
EL COMIENZO DEL FINAL
La última anotación de King fue cerca del cierre del partido, en un parcial 10-0 de los Knicks ante los Mavericks. Lejos de frenar el entusiasmo, el banco de suplentes de New York centró su atención en su compañero para que reciba al balón. “¡Dénle la pelota a B!”.


Finalmente, Darrell Walker se la dio. Y tras recibir el balón a nueve metros del aro, King dribbleó hacia el costado izquierdo y anotó un tiro en salto de siete metros con siete segundos por jugar, que desató el festejo de sus compañeros en el centro de la cancha. Con este resultado, los Knicks quedaron ocho juegos por encima de 0.500 (26-18) por primera vez en la temporada.
Al cierre del juego, Aguirre dijo que King había estado “increíble”. “Mostró todo su talento esta noche”, dijo sobre su rival.
Y no fue para menos: ‘B’ finalizó con 20-28 en tiros de campo, y combinado al 20-30 de la noche anterior ante San Antonio, tuvo 69% de campo en los últimos dos partidos.