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Perfiles NBA: Billy Cunningham, un prócer de Philadelphia 76ers

En sus etapas como jugador y entrenador, The Kangaroo Kid se encargó de guiar a la franquicia de Pensilvania hacia la gloria.

Billy Cunningham Philadelphia 76ers

“Aplaudan todos a los Philadelphia 76ers. Pónganse de pie todos, para los Philadelphia 76ers”. Este es uno de los himnos más conocidos de la NBA. Y el reconocimiento a la canción surgió gracias a la historia de la franquicia en la competición.

El fanatismo ocurre en parte por el ejemplo de sacrificio, compromiso y orgullo que demuestra una persona por un equipo. Y Billy Cunningham fue un caso ideal para el conjunto de Pensilvania. Ya sea como jugador o como entrenador, dejó en la cima a uno de los elencos más importantes de la mejor liga del mundo.

William John Cunningham nació el 3 de junio de 1943 en Brooklyn, New York. Inició su camino en el básquet en el Colegio Santa Rosa de Lima. “No puedo detallar exactamente, pero había algo sobre el juego que me hizo amarlo instantáneamente”, describió.

Luego pasó a representar a Erasmus Hall High School, donde llevó al equpo hacia el campeonato estatal de la ciudad de New York en 1961. Desde ahí recibió el apodo de “The Kangaroo Kid”, debido a su impresionante capacidad para saltar.

En 1962 fue el turno de pasar a la Universidad. Carolina del Norte, una de las más prestigiosas del país, lo reclutó porque sabía el potencial que tenía el alero. Sin embargo, el trayecto no fue nada fácil, ya que contaba con pocas oportunidades de juego en su primer año. “¿Cómo puede jugar este chico? No puede caminar”, manifestó su entrenador Dean Smith.

No obstante, la paciencia permitió que Cunningham terminara poniendo las cosas en su lugar. Es que fue elegido el Mejor Jugador de la Atlantic Coast Conference en 1965, tuvo tres inclusiones al Mejor Quinteto del ACC (1963 a 1965) y dos en el All American (1964 y 1965). De esta manera, se abrió camino hacia la mejor liga del mundo.

HIZO SONAR LA CAMPANA

Cuatro equipos dejaron pasar a Billy Cunningham en el Draft de 1965. Por ende, Philadelphia aprovechó la situación para seleccionarlo en la quinta posición. Su aterrizaje profundizó al equipo porque hizo enormes contribuciones desde la banca. De hecho, pasaron de los 40 triunfos de la fase regular 1964-65 a los 55 de la 1965-66.

En su temporada de novato, The Kangaroo Kid promedió 14,3 puntos y 7,5 rebotes en 26,7 minutos por aparición. Por eso, integró el Mejor Quinteto del torneo y se ganó la confianza en un plantel que contaba con Wilt Chamberlain como principal referente.

Los Sixers perdieron ese año en las Finales de la División Este con Boston Celtics por 4 a 1. Pero la historia cambiaría para la 1966-67. Con Alex Hannum retornando al puesto de entrenador en jefe, los de Pensilvania se convirtieron en un conjunto temeroso. Cosecharon el mejor récord de la primera etapa con 68 ganados y 13 perdidos. Y en la postemporada, se vengaron de los de Massachusetts para adjudicarse el título de la división.

Cunningham siguió firme en la rotación del equipo para ser partícipe del segundo título de la historia de la franquicia. Philadelphia venció en la serie decisiva a San Francisco Warriors por 4 a 2, lo cual tuvo un condimento especial porque derrotó al elenco que arrancó su historia en la ciudad y luego se mudó a la Bahía.

Desafortunadamente, Boston se tomó revancha ante los Sixers en los Playoffs de 1968, por lo tanto no pudo repetir la conquista. Pero Billy Cunningham volvería a dar que hablar en la 1968-69, debido a que se consolidó dentro del quinteto inicial. Los números justificaron el ascenso, ya que registró 24,8 unidades y 12,8 tableros por juego. De esta manera, tuvo su primera aparición de las cinco consecutivas en el Juego de las Estrellas e integró por primer vez el Mejor Quinteto.

En la 1969-70, Billy C tuvo la mejor marca de su carrera en puntos (26,1) y rebotes (13,8) en una sola campaña. Esto generó que volviera a estar en el Mejor Quinteto del certamen. Repitió el logro en 1971 gracias a firmar un nuevo doble-doble en cuanto a su media de fase regular.

Cunningham continuó en los Sixers hasta 1972, año en que optó por tomar otro rumbo. Sus producciones no ayudaban cambiar los resultados adversos del conjunto. A su vez, no pudieron clasificar Playoffs en esa misma temporada por finalizar con una marca de 30-52. Esta fue la primera ocasión en que la franquicia se ausentó a la instancia más importante.

LA MUDANZA TEMPORAL Y LA VUELTA

Billy Cunningham probó suerte en la American Basketball Associaton. Y con tan solo dos torneos, dejó su huella en la competición vistiendo la camiseta de Carolina Cougars. Es que recibió el premio al MVP de la ABA en 1973, luego de firmar un registro de 24,1 puntos, 12 rebotes, 6,3 asistencias y 2,6 robos por encuentro. Asimismo, su equipo llegó a la postemporada mediante un récord de 57 ganados y 27 perdidos en la fase regular. Sin embargo, cayó en las Finales de la División del Este ante Kentucky Colonels.

Billy Cunningham Carolina
Billy Cunningham brillando también en la ABA, con la casaca de Carolina Cougars (FOTOGRAFÍA: Gentileza NASL Jerseys).

La campaña siguiente fue accidentada para el alero, ya que las lesiones le permitieron jugar apenas 32 partidos. De todos modos, finalizó con una media de 20,5 unidades, 10,3 tableros, 4,7 pases gol y 1,8 recuperos por aparición. Tras concluir la 1973-74, The Kangaroo Kid dejó la ABA debido a que la liga estaba en una situación muy complicada, en cuanto a su continuidad.

Por ende, el oriundo de Brooklyn retornó a Philadelphia 76ers para disputar los últimos años de su carrera. Durante su ausencia, el equipo tuvo la peor marca en la historia de la franquicia con solamente 9 triunfos y 73 derrotas en la 1972-73. Después, culminó la 1973-74 con un registro de 25-57.

La vuelta de Billy C generó un nuevo impacto en el conjunto de Pensilvania. No tanto en la 1974-75, debido a que su elenco apenas pudo cosechar 34 victorias. Pero sí en la 1975-76, ya que los 46 festejos en fase regular cortaron la sequía de cuatro años al hilo sin jugar Playoffs.

No obstante, esa fue la última temporada de su carrera como jugador. Y tan solo pudo estar presente en 20 compromisos. Una durísima lesión en una de sus rodillas le impidió continuar con su camino. Pero, por otro lado, el formado en la Universidad de Carolina del Norte afirmó: “La lesión me hizo las cosas fáciles. Nunca tuve que agonizar sobre la decisión que tomé”.

TRIUNFÓ TAMBIÉN DESDE EL BANCO

Un año después de su retiro, Billy Cunningham empezó una nueva etapa. En esta ocasión, Philadelphia lo volvió a llamar para que asuma como entrenador en jefe a partir de la 1977-78. Afortunadamente, ese ciclo fue igual de exitoso que su era como jugador.

El plantel estaba repleto de nombres rutilantes, como Julius Erving, George McGinnis, Doug Collins, Lloyd B. Free, Darryl Dawkins, Maurice Cheeks y Bobby Jones. Por eso, sus andanzas desde la banca fueron inolvidables. Ya en su primer año, guió al equipo hacia un récord de 55-27 para clasificar a la postemporada. Además, fue uno de los entrenadores que dirigió en el Juego de las Estrellas de 1978. De todos modos, cayó en las Finales del Este ante Washington Bullets, equipo que más tarde saldría campeón de ese mismo certamen.

A pesar de la marca de 47-35, el desenlace de la 1978-79 no fue ideal para los Sixers porque perdieron con San Antonio Spurs en las Semifinales de Conferencia. Pero sí hubo logros mayores en la 1979-80, en primer lugar por el registro de 59-23 en fase regular. También, participó por segunda vez como coach del All Star Game. Y luego, venció por 4 a 1 en las Finales del Este a los Boston Celtics de Larry Bird para conquistar el primer título de la región. No obstante, Los Ángeles Lakers se impuso en la serie que definió el título.

Philadelphia consiguió un récord de 62 ganados y 20 perdidos en la fase regular, el cual fue el mejor de la temporada 1980-81. Por eso, estuvo presente por tecera vez como DT en el Juego de las Estrellas. Sin embargo, Boston Celtics se tomó revancha en aquellas Finales del Este con un 4-3 reñido en la serie.

Los de Pensilvania siguieron avivando la rivalidad con los de Massachusetts en la postemporada de 1982. Es que se sacaron la espina del año anterior y le ganaron por 4-3 en las Finales de la región para superarlos por segunda vez en tres cruces en fila en Playoffs. El elenco de Billy Cunningham obtuvo el título de la Conferencia, pero volvió a perder en las Finales con los Lakers de Magic Johnson.

En 1983 llegó el momento de la gloria. En primer lugar, Philadelphia cerró la etapa regular con una marca de 65-17.  A continuación, dejó en el camino durante la postemporada a New York Knicks y Milwaukee Bucks para levantar el segundo trofeo seguido del Este y el tercero en cuatro campañas. Y finalmente, se cobró la venganza de los Lakers con un contundente 4-0 en las Finales para levantar el trofeo Larry O’Brien. Así, los Sixers cortaron la sequía de 16 años sin campeonatos.

Billy Cunningham siguió dos torneos más en el cargo. En 1984, su equipo perdió en primera ronda con New Jersey Nets. Y en 1985, volvió a caer en las Finales de Conferencia ante Boston, pese a la elección en el Draft del joven Charles Barkley. Tras finalizar esta campaña, The Kangaroo Kid le puso el punto final al ciclo como DT.

Entre 1988 y 1994, fue un dueño minorista de Miami Heat con el objetivo de ayudar a la franquicia a consolidarse en sus primeros años en la competencia. Luego de seis campañas, vendió las acciones que poseía del conjunto de Florida.

EN LA MEJOR LISTA

Antes de iniciar la temporada 2021-22, la NBA anunció a los mejores 75 jugadores de todos los tiempos. Esta movida surgió en el marco de los 75 años de la creación de la mejor liga del mundo. Y Billy Cunningham fue tenido en cuenta para integrar esa legendaria lista.

The Kangaroo Kid impresionó a todos con su capacidad para destacarse en varios rubros de juego y agrandar la rica historia de Philadelphia 76ers. Pese a que también deslumbró durante dos años en la ABA con Carolina Cougars, recibiendo un premio al MVP en 1973. Durante su trayecto en la NBA, obtuvo un campeonato (1967), cuatro apariciones en el Juego de las Estrellas (1969 a 1972), tres inclusiones en el Mejor Quinteto (1969 a 1971) y una presencia en el Mejor Quinteto de Novatos (1966).

 

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