Las lesiones son las principales causas de retiro para muchos jugadores. Hubo casos en que la cantidad de inconvenientes físicos impidieron que el deportista pudiera tener el desempeño deseado. Sin embargo, Dave Bing se lo recuerda por su determinación a la hora de luchar contra ese problema.
David Bing nació el 24 de noviembre de 1943 en Washington, DC. A los cinco años sufrió una lesión en el ojo izquierdo, cuando estaba jugando a una batalla de caballos. Estaba con un palo, pero el mismo le pinchó el ojo cuando cayó al piso. La familia no pudo pagar la operación por motivos económicos, por lo tanto se tuvo que buscar otros medios de rehabilitación. Esto le provocó la reducción de la vista.
Vivía en una casa tan pequeña que dormía en una cama con uno de sus tres hermanos. Su papá era albanil, y también sufrió una lesión severa. Un día estaba trabajando en una construcción, y un ladrillo cayó desde un cuarto piso en su cabeza. Esto le produjo un coágulo de sangre en el cerebro, lo cual dejó un trauma en la infancia de Bing. “Juré que nunca tendría una vida como esa”, contó una vez.
El deporte le permitiría canalizar lo que fue una dura niñez. Si bien llegó a jugar al béisbol, su principal interés era el básquet. Al principio tuvo inconvenientes porque los compañeros de colegio no lo dejaban jugar por ser bajo. Pero la historia cambió desde el momento que conoció al entrenador de Washington’s Spingarn High School, William Roundtree.
A partir de ahí, su vida hizo un click y renovó las ilusiones de cara a un futuro mejor. En el básquet secundario demostró sus abundantes virtudes para destacarse a un gran nivel. Por eso, llegaron las ofertas de diferentes Universidades con el fin de reclutarlo. Su decisión final fue sumarse a Syracuse, debido a que su intención era estar en un programa deportivo menos popular que le permitiera seguir desarrollando sus habilidades.


Durante sus tres años en Syracuse, creció de manera progresiva en cuanto a su rendimiento. Su promedio en la primera temporada fue de 22,2 puntos, la mejor marca del equipo. En la 1964-65 incrementó ese número a 23,2 y en la 1965-66, a 28,4. Así, fue elegido como el Mejor Atleta del Año de la Universidad de Syracuse, The Sporting News lo seleccionó para el Mejor Quinteto All-American y se convirtió en el primero de dicha escuela, en 39 años, en estar en el Consensus All-American
CUMPLIENDO SU SUEÑO
Luego de su exitoso trabajo en a nivel universitario, se armó un destino muy prometedor en su carrera. Detroit Pistons lo seleccionó en el segundo puesto del Draft de 1966. Su debut no fue el ideal, ya que no anotó puntos y falló los seis tiros de campo que intentó. Pero Dave Bing sabía exactamente lo que era resolver problemas muy adversos.
Dos semanas después, tuvo la oportunidad de arrancar de titular y aprovechó al máximo. Convirtió ocho lanzamientos seguidos y terminó con 20 unidades. Y al día siguiente, subió su marcador personal a 35. Con paciencia, perseverancia y compromiso, pasó de un estreno para el olvido a conseguir el premio al Mejor Novato del Año. Asimismo, integró el Mejor Quinteto de Rookies del torneo.
Pero ahí no se detuvo su evolución. Es que en el segundo año de su carrera se transformó en el máximo anotador de la competencia. Su promedio en la 1967-68 fue de 27,1 tantos, el mejor récord de la fase regular. Además, recibió su primera invitación al Juego de las Estrellas y Detroit se clasificó por primera vez en cinco campañas a los Playoffs.
En la 1968-69 volvió a ser convocado para el All Star Game, tras firmar una media de 23,4 unidades, cinco tableros y 7,1 pases gol por juego. Su producción despertó el interés del propietario Earl Foreman a llevarlo a jugar a Washington, equipo de su ciudad natal. Sin embargo, el hecho de que era una franquicia que militaba en la ABA, y la decisión del dueño de la mudanza un año después a Virginia, provocaron que Bing continuara en la NBA.
Duke, como lo apodaba su papá, se ausentó al Juego de las Estrellas de 1970. Pero regresó al evento en 1971, luego de cosechar un registro de 27 tantos, 4,4 rebotes y cinco asistencias. A su vez, sus compañeros empezaron a manifestar su gran impacto en los Pistons.
“Si las cosas salen mal, Dave evita que bajes la cabeza. Puede correr, driblar, disparar, hacer de todo. Si jugara 48 minutos, lideraría la liga en anotaciones”, afirmó Otto Moore. “Si Dave no fuera el capitán, seguiría siendo nuestro líder”, agregó Bob Quick.
EN BÚSQUEDA DE LOGROS COLECTIVOS
Dave Bing se perdió tres meses de la fase regular de la 1971-72. Durante un partido de pretemporada contra Los Ángeles Lakers, sufrió un golpe en la pupila del ojo derecho. Al día siguiente, le diagnosticaron que padecía un desprendimiento de retina como consecuencia de ese choque. Por ende, tuvo que someterse a cirugía e invertir más tiempo en la recuperación de un inconveniente que lo condicionó desde la infancia.
No obstante, Duke no perdió su nivel de juego cuando retornó a la acción. Luego de un tiempo prudente dedicado a la rehabilitación, el base demostró que aún conservaba su jerarquía. En 45 apariciones, su promedio fue de 22,6 puntos, 4,1 rebotes y siete asistencias.
El formado en Syracuse sostuvo su desempeño en la 1972-73. No obstante, Detroit volvió a quedarse afuera de los Playoffs por quinto año consecutivo. Esa historia cambió en la 1973-74, ya que los Pistons concluyeron esa fase regular con un récord de 52 ganados y 30 perdidos. De esta manera, quebraron la sequía y volvieron a la postemporada, pese a que cayeron en la primera ronda ante Chicago Bulls.
El conjunto de Michigan repitió la clasificación en la 1974-75, luego de culminar la primera rueda con marca de 40-42. De todos modos, Seattle Supersonics se encargó de que volvieran a quedarse con las ganas de triunfar en una serie de postemporada. Esto tuvo como consecuencia la partida de Dave Bing.
El base tomó la decisión de cambiar de rumbo después de ocho años de estadía con la franquicia que lo había seleccionado en el Draft. Al mismo tiempo, surgió la posibilidad de vestir la camiseta del equipo de su ciudad natal. Washington Bullets recién se había mudado de Baltimore, y por ende arregló con su hijo pródigo para que fuese uno de sus pilares en la nueva etapa en la mejor liga del mundo.
Su llegada trajo un cambio de aire fresco para los capitalinos, en la campaña 1975-76. Con 32 años, colaboró con la obtención del pasaje a Playoffs con una media de 16,2 unidades, 2,9 tableros y seis pases gol en 35,9 minutos por partido. También, recibió un premio al MVP del Juego de las Estrellas en 1976 tras finalizar ese encuentro con 16 tantos, tres rebotes y cuatro asistencias. De todos modos, Washington perdió en las Semifinales de Conferencia con Cleveland Cavaliers.
Bing siguió una temporada más en los Bullets, en la cual volvió a jugar Playoffs. Pero la eliminación en segunda ronda ante Houston Rockets llevó a que la franquicia le rescindiera su contrato. También tuvo que ver la merma en su rendimiento. Al haber cumplido 33 años, se empezó a notar el deterioro en la producción individual.
EL FINAL DE SU CARRERA E INICIO DE OTRO PROYECTO
Dave Bing disputó la última campaña de su carrera en Boston Celtics, donde tuvo una leve mejora en su performance. En la 1977-78 firmó un registro de 13,6 puntos, 2,7 rebotes, 3,8 asistencias y un recupero por compromiso. No obstante, tomó la decisión de colgar las zapatillas tras el desenlace de dicho certamen.
Luego, incursionó en dos aspectos para desarrollarse por el resto de su vida. Por un lado, estaba su trabajo como empresario al crear la empresa Bing Steel en 1980. Su nueva etapa fue un éxito porque llegó a producir un 61 millones de dólares en ventas anuales.
Por el otro, estuvo su lado comunitario. A fines del siglo XX, donó dinero a las escuelas de Detroit para evitar que desaparecieran los programas deportivos de cada colegio. Y en 2009, asumió el desafío de convertirse en el alcalde de la ciudad hasta 2013.
EL FINAL DE SU CARRERA E INICIO DE OTRO PROYECTO
Dave Bing disputó la última campaña de su carrera en Boston Celtics, donde tuvo una leve mejora en su performance. En la 1977-78 firmó un registro de 13,6 puntos, 2,7 rebotes, 3,8 asistencias y un recupero por compromiso. No obstante, tomó la decisión de colgar las zapatillas tras el desenlace de dicho certamen.
Luego, incursionó en dos aspectos para desarrollarse por el resto de su vida. Por un lado, estaba su trabajo como empresario al crear la empresa Bing Steel en 1980. Su nueva etapa fue un éxito porque llegó a producir un 61 millones de dólares en ventas anuales.
Por el otro, estuvo su lado comunitario. A fines del siglo XX, donó dinero a las escuelas de Detroit para evitar que desaparecieran los programas deportivos de cada colegio. Y en 2009, asumió el desafío de convertirse en el alcalde de la ciudad hasta 2013.
UN LUGAR EN EL OLIMPO
Para dar inicio a la temporada 75, la NBA anunció el martes 19 de octubre de 2021 a los 75 mejores jugadores de todos los tiempos. La entidad estadounidense llevó adelante la movida como celebración de los 75 años de la creación de la liga.
Selected to the NBA’s 75th Anniversary Team… Dave Bing! #NBA75 pic.twitter.com/OeXNr0s0cD
— NBA (@NBA) October 21, 2021
Dave Bing se ganó un lugar en esa lista, como reconocimiento a su fortaleza y resiliencia. A pesar de la lesión en el ojo ocasionado con tan solo cinco años, no bajó los brazos en su lucha por cumplir el sueño de jugar en la NBA. No solo que terminó llegando, sino que también fue parte de la elite de la competición en las décadas de 1960 y 1970. Durante su carrera, participó de siete ediciones del Juego de las Estrellas (1968, 1969, 1971, 1973 a 1976, MVP en el All Star Game de 1976), dos inclusiones en el Mejor Quinteto (1968 y 1971), terminó siendo el máximo anotador del torneo en 1968 y fue el Mejor Novato de la temporada en 1967.