New York Knicks comenzó con un proyecto prometedor a fines de la década de 1960. En el Draft de 1964, la franquicia seleccionó a Willis Reed en el octavo puesto de la segunda ronda. Asimismo, eligió a Walt Frazier en el quinto lugar de la primera ronda del Draft de 1967. También, empezó a conformar un núcleo con dichos jugadores, además de otras apariciones (Bill Bradley, Dick Barnett).
Este proyecto le permitió regresar a Playoffs en 1967, algo que no se lograba desde 1959. En aquella postemporada, cayó ante Boston Celtics por 3 a 1. Luego de un discreto inicio de la campaña 1967-68 (15-23), la franquicia neoyorquina realizó un cambio en el banco. El entrenador Red Holzman ocupó el cargo, sucediendo a Dick McGuire. Bajo las órdenes del nuevo coach, el equipo ganó 28 de los últimos 44 encuentros de fase regular. Sin embargo, volvió a perder en la primera instancia, esta vez con Philadelphia 76ers por 4 a 2.
En la 1968-69, el conjunto de la Gran Manzana fichó a Dave DeBusschere, que venía de jugar en Detroit Pistons. Su arribo fue valioso para establecer el mejor récord de temporada regular en la historia de la franquicia, con 54 triunfos en 82 presentaciones. A su vez, superó las Semifinales del Este tras barrer a Baltimore Bullets por 4 a 0. No obstante, sufrió una dura derrota en las Finales de la región ante Boston Celtics por 4 a 2.
ANIMÁNDOSE A SER CONTENDIENTES
Llegó la temporada 1969-70. New York debía consagrar el proyecto que venían ensamblando desde hace años, y que le estaba dando buenos resultados. Era el momento de dar el salto de calidad, y romper el maleficio que perseguía a uno de los elencos más viejos de la mejor liga del mundo.
En la etapa regular, los Knicks lograron la racha más larga en la historia de la NBA con 13 victorias consecutivas, hasta que los Lakers quebraron esa seguidilla con 33 festejos seguidos. La gran campaña generó que los dirigidos por Red Holzman concluyeran con el mejor registro de la historia de la franquicia: 60 partidos ganados y 22 perdidos. Así, se consolidaron en el primer puesto del Este.
Red Holzman recibió el premio al Mejor Coach del Año, como consecuencia de la excelente marca que hizo el equipo. También, Willis Reed se quedó con el galardón al Jugador Más Valioso del torneo, e integró el Mejor Quinteto del certamen y el Mejor Quinteto Defensivo. El promedio del interno en la competencia fue de 21,7 puntos, 13,9 rebotes y dos asistencias por aparición. Por otro lado, se adjudicó el premio al MVP del Juego de las Estrellas.
Además, Walt Frazier estuvo presente dentro del Mejor Quinteto Ideal y del Mejor Quinteto Defensivo. El base registró una media de 20,9 unidades, seis tableros y 8,2 pases gol por encuentro. Asimismo, Dave DeBusschere integró el Mejor Quinteto Defensivo después de finalizar con un doble-doble (14,6 tantos y diez rebotes por compromiso).
SENTÁNDOSE EN EL TRONO DE LA REGIÓN
New York Knicks arrancó los Playoffs con una barrida en las Semifinales del Este a Baltimore Bullets por 4 a 0. Los neyorquinos volvieron a ganarles con autoridad a los mismos rivales de la primera ronda del año anterior, pese a las actuaciones de Gus Johnson y Earl Monroe (quien se unió a la Gran Manzana un tiempo más tarde).
En las Finales de Conferencia, el conjunto neoyorquino superó de manera contundente a Milwaukee Bucks por 4 a 1. Los dirigidos por Red Holzman vencieron con autoridad al equipo liderado por el joven Lew Alcindor (más adelante cambió su nombre a Kareem Abdul-Jabbar).
De esta manera, uno de los equipos más viejos de la mejor liga del mundo se clasificó por cuarta vez en su historia a las Finales. Su meta era sacarse la espina de las tres perdidas anteriormente, y tomarse revancha en esta nueva oportunidad. Enfrente estaba Los Ángeles Lakers, que había dejado en el camino en esa postemporada a Phoenix Suns (4-3) y a Atlanta Hawks (4-0).
LA MECCA SE ILUMINÓ DE GLORIA
El 21 de abril, New York Knicks empezó las Finales de la NBA con un triunfo sobre Los Ángeles Lakers por 124 a 112, en el emblemático Madison Square Garden. Willis Reed (37 puntos, 16 rebotes y cinco asistencias), Dave DeBusschere (19, 16 y cinco) y Mike Riordan (19, dos y dos) se encargaron de que el equipo comenzara con el pie derecho.
Sin embargo, los californianos respondieron seis días después y se quedaron con la victoria en el segundo juego por 105 a 103, de visitante. Jerry West (34 unidades) y Wilt Chamberlain (19, 24 tableros y dos pases gol) fueron los más destacados del elenco púrpura y oro.
El 29 de abril, el elenco de Red Holzman volvió a pasar al frente con un triunfo en el tercer partido por 111 a 103, en el mítico Forum de Los Ángeles. La visita lo ganó, pese al tiro imposible de Jerry West que quedó en el recuerdo de la competición. Willis Reed (38 tantos, 17 rebotes y tres asistencias), Dave DeBusschere (21, 15 y tres) y Walt Frazier (19, 11 y siete) lideraron las ofensivas de los Knicks.
El 1 de mayo, Los Ángeles Lakers reaccionó y se adjudicó el cuarto enfrentamiento por 121 a 115, de local. Este juego quedó en la memoria como el que tuvo más puntos convertidos en la historia de un tiempo suplementario. Jerry West (37 unidades, cinco tableros y 18 pases gol), Elgin Baylor (30, 13 y tres) y Wilt Chamberlain (18, 25 y siete) fueron las figuras del dueño de casa.
Tres días más tarde, New York retornó al Madison Square Garden y recuperó la ventaja en la serie con una victoria en el quinto duelo por 107 a 100. Walt Frazier (21 tantos, siete rebotes y 12 asistencias), Cazzie Russell (20, ocho y cinco), Bill Bradley (16, siete y dos) y Dick Barnett (16) comandaron los avances de los neoyorquinos.
El 6 de mayo, los de Hollywood volvieron a hacerse fuertes en casa y se impusieron en el sexto por 135 a 113. Wilt Chamberlain (45 unidades, 27 tableros y tres pases gol), Jerry West (33, seis y 13) y Dick Garrett (18, uno y seis) realizaron sus contribuciones para forzar el séptimo encuentro de la serie.
Sin embargo, New York Knicks capitalizó el hecho de que el último duelo de las Finales se llevara a cabo en el Madison Square Garden. El 8 de mayo de 1970, el equipo se motivó de la euforia del público y sacó adelante el encuentro decisivo con un triunfo por 113 a 99 (4-3). Con este resultado, la franquicia de la Gran Manzana le puso un punto final a la sequía y se consagró campeón de la NBA por primera vez en su historia.
Por su parte, Willis Reed recibió el premio al MVP de la instancia más importante de la competencia. El interno fue el principal referente en la consagración, especialmente por su valentía para disputar ese séptimo juego lesionado. A pesar de haber estado ausente en el sexto partido, dijo presente en el encuentro decisivo y anotó los primeros cuatro tantos de su equipo para guiarlos hacia el título inolvidable. De esta forma, se transformó en el primer jugador de todos los tiempos en ser en una misma campaña el MVP de la fase regular, el MVP del All Star Game y el MVP de las Finales.