Si hablamos de traspasos históricos, uno de los más significativos sucedió en 1968, cuando Wilt Chamberlain acabó en Los Ángeles Lakers. El pivote arribó a la franquicia californiana en la jornada del martes 9 de julio cuando Philadelphia 76ers le concedió su deseo de cambio. ¿La compensación? Jugadores que por aquel entonces eran prometedores, o estrellas, como Jerry Chambers, Archie Clark y Darrall Imhoff.
Para contextualizar el movimiento, vale la pena marcar que Chamberlain ya era una leyenda en aquella agencia libre. El pivote había finalizado su décimo año en la liga como el cuarto en los Philadelphia 76ers. Era acreedor de cuatro premios MVP, incluyendo el de la última campaña (1960, 1966, 1967 y 1968). También contaba con nueve selecciones a los quintetos ideales de las temporadas (en diez temporadas) como siete títulos de máximo anotador de la liga y la misma cantidad de liderazgos en rebotes. A su vez, ya había registrado el mítico partido de los 100 puntos y se había alzado por primera vez con el título en 1967.
Sin embargo, a pesar de alzarse con el galardón al mejor jugador del año en la 1967-68, todo cambió durante aquella agencia libre.
LA POSIBILIDAD DE SER JUGADOR Y ENTRENADOR
Tras ser campeones en junio de 1967, Philadelphia disputó la siguiente campaña con el objetivo de alzarse con el bicampeonato. El elenco de Alex Hannum tuvo una fase regular de lujo en la que firmó una marca de 62-20. Lideró la etapa con el mejor récord por tercer año consecutivo. Además, mantuvo el mejor promedio de goleo por encuentro (122,6) y tuvo a seis jugadores con un mínimo de 11 tantos por noche. Por su parte, Chamberlain no pudo mantener viva la racha de títulos de anotación, pero comandó la liga en rebotes (1952), asistencias (702) y porcentaje de tiros de campo (59,2%).
A la hora de los Playoffs, el escenario cambió dramáticamente. El equipo tuvo un cruce más complicado de lo esperado ante los New York Knicks y lo sorteó con un 4-2. Luego, en la definición del este, no pudo repetir ante los Boston Celtics, que se impuso por 4-3. El combinado de Red Auerbach se alzó con el título, su décimo en un período de doce campañas.
Tras la eliminación, Hannum renunció al cargo de entrenador y se sumó a los Oakland Oaks de ABA, donde sería campeón al año siguiente. El puesto había quedado vacío y la gerencia, que mantenía una relación tirante con Chamberlain, debía buscar a su sucesor. Jack Ramsay, gerente general de los 76ers en aquel momento, habló sobre la situación en su libro «Dr. Jack’s leadership lessons learned from a lifetime in basketball» (2004).
Chamberlain se acercó en reiteradas ocasiones a la oficina del gerente para conocer la situación sobre el próximo entrenador. Ramsay le comentó que manejaba varias opciones, entre ellas Frank McGuire, John Kundla y Earl Lloyd. Sin embargo, tras varias de estas charlas fugaces, Wilt le propuso al gerente trabajar como jugador y entrenador a la par. En la actualidad podrá sonar a disparate, pero por aquel entonces era algo bastante usual. De hecho, Boston Celtics acababa de ser campeón con Bill Russell realizando una tarea similar.
Ramsay se sintió atraído por la oferta de Chamberlain. Esto le daría un mayor compromiso con la organización, a pesar que el jugador específicamente le solicitó a la gerencia que lo ayuden para poder empezar a desempeñarse en el cargo. El dirigente le respondió que era algo que le interesaba y que tendrían una reunión en la semana siguiente, tras las vacaciones del jugador por la costa oeste.
EL TRASPASO
Al regresar, la postura de Chamberlain cambió de manera significativa. El jugador le manifestó a la gerencia que no tenía interés alguno en seguir en Philadelphia y solicitó el traspaso a un equipo de la costa oeste. Vale la pena recordar que la carrera de Wilt Chamberlain había iniciado con los Philadelphia Warriors (hoy Golden State) y que ya había vivido en San Francisco tras la mudanza en 1962. Si bien él consideraba una gran cantidad de ciudades, esta vez el pedido era claro: quería jugar en Los Ángeles.
Tras un tironeo por intentar retenerlo, el intento no sirvió para nada. Wilt Chamberlain quería su traspaso a los Lakers, sin importar lo que tengan para ofrecerle. Finalmente, la franquicia se vio obligada a aceptar la oferta de la franquicia angelina. Jerry Chambers no llegó a jugar en Philadelphia ya que rápidamente fue enviado a Phoenix Suns. Archie Clark disputó el Juego de las Estrellas en 1968, pero dejó la franquicia en 1971 por la falta de competitividad. Por su parte, Darrall Imhoff, que llegó a la NBA como uno de los mejores jugadores de la NCAA y como campeón olímpico en Roma 1960, apenas tuvo dos campañas con la organización.
Por su parte, Wilt terminó su carrera compitiendo por el título en cuatro de sus cinco campañas con la organización lagunera. Un título en 1972, un revés a manos de Celtics y dos caídas ante Knicks marcaron su desenlace.
Tras su retiro en 1973 tuvo la posibilidad de dirigir a San Diego Conquistadors de ABA, pero tuvo un paso mediocre. El trabajo del día a día lo aburría. Incluso, faltó a algún partido para promocionar su autobiografía «Wilt: Just Like Any Other 7-Foot Black Millionaire Who Lives Next Door» (1973). La marca de 37-47.
No obstante, Jack Ramsay afirmó en 2004 que siempre pensó en qué hubiera pasado si no esperaba a que suceda aquel viaje para confirmarlo en el cargo. Quizás otra hubiese sido la historia para los Lakers.