Chris Paul pasó a la historia como uno de los mejores bases en jugar al básquetbol. No se destaca por su altura (1,83 mts), aunque sí por su capacidad como elegancia para manejar el cuerpo. Considerado un armador puro por su visión y creación de juego. El segundo mejor pasador que tiene la NBA detrás de John Stockton -al menos en términos estadísticos- y un jugador muy completo.
No pasó inadvertido por ningún estamento de su carrera. Al igual que el ex Jazz, tiene como única cuenta pendiente ganar un anillo NBA. Supo ser campeón con el seleccionado estadounidense en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y Londres 2012. Tuvo un gran paso durante sus dos años en la Universidad de Wake Forest, con el premio al mejor atleta estadounidense en 2004, mejor debutante en esa misma campaña y All-American en 2005. Nunca pasó desapercibido.
Esta tendencia inició en el básquetbol secundario. Oriundo de Winston-Salem, Carolina del Norte, pasó su etapa colegial junto a West Foyth High School. Tuvo tres años de ensueño, destacándose en el tercero como campeón de AAU y MVP del certamen. Por aquel entonces ya demostraba que tenía calibre para jugar en la élite del deporte.
No obstante, su mejor partido llegó en el año senior. 61 puntos para establecer el récord de instituto y quedar a seis unidades del récord estatal. El último de ellos llegó con una acción de doble y falta. Cuando llegó el momento de ir a la línea, entre lágrimas, falló el tiro libre a propósito. Tras esta acción se retiró del gimnasio. ¿Qué pasó?
EL TRIBUTO
El 15 de noviembre del 2002 tuvo un cambio significativo para la vida del jugador. Chris Paul perdió a su abuelo, quien fue brutalmente asesinado a sus 61 años. El día anterior, el 14 de noviembre, había aceptado la beca universitaria para sumarse a Wake Forest. La alegría desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
Chris Paul perdió a mucho más que su abuelo. Nathaniel Jones, así se llamaba, fue una figura clave durante su crecimiento. Un consejero, mentor e ídolo. Aquel empleado de una estación de servicio también fue el entrenador del base durante los veranos. Pasaban muchas horas juntos entre sus turnos en la gasolinería. Él le había puesto el apodo de CP3, ya que se llamaba de la misma manera que su padre y su hermano.
La noticia dejó shockeado al adolescente. El anciano falleció de un paro cardíaco tras recibir la golpiza de cinco asesinos llamados Nathaniel Cauten, Rayshawn Banner, Christopher Bryant, Jermall Tolliver y Dorrell Brayboy. El grupo ingresó a su casa a robar, Nathaniel Jones se resistió y recibió muchos golpes. Cada uno de ellos fue sentenciado a prisión entre 2004 y 2005.
Cinco días después del incidente, el base volvió a jugar un partido de básquetbol. Anotó un punto por cada año del recién fallecido. Cuando llegó a los 61 puntos tuvo una chance real de establecer el récord estatal de Carolina del Norte. Pero Chris Paul no se tentó: pidió su salida para terminar de rendir el tributo a su abuelo. El amor incondicional venció al número frío.