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Perfiles NBA: Charles Barkley, un interno con versatilidad

Sir Charles fue un ala-pivote que se lució en la década de 1990 por ser un ala-pivote con condiciones de un perimetral.

Charles Barkley Phoenix

Hoy en día, se puede apreciar a Charles Barkley en el programa “Inside the NBA”, programa de TNT. Al aire en la previa, entretiempo y post-partido de los duelos que transmite la señal norteamericana, Sir Charles brinda comentarios tan objetivos como controversiales. Sin duda que mantiene la escencia que lo caracterizó durante toda su vida.

Antes, combinaba ese carácter con su talento dentro de la cancha. En la posición de ala-pivote, Chuck se destacaba por su capacidad para cargar los rebotes, correr la cancha y atacar el aro con agresividad. Virtudes de un jugador alto dentro de la década de 1990, cuando la liga todavía era dominada por los pivotes. A pesar de que en ese momento había un escolta que estaba revolucionando la NBA (Michael Jordan).

Charles Wade Barkley nació el 20 de febrero de 1963 en Leeds, Alabama. Vivió una infancia muy dura. Su padre se divorció de su madre y abandonó a su familia cuando Barkley era muy chico. Su mamá se volvió a casar, pero el padrastro falleció a causa de un accidente automovilístico. En ese momento, tenía 11 años y ya había acumulado una serie de experiencias tan trágicas como tristes. Pero a partir de ahí, empezó a demostrar y desarrollar su temple para salir adelante y convertir una situación complicada en una prometedora.

Comenzó con su incursión en el básquet en Leeds High School, donde le llevó tiempo ganarse un lugar dentro del quinteto inicial. Fue recién en tercer año, debido a que en el verano pegó un estirón que le hizo alcanzar la altura de 1m93. Luego de la semifinal del Campeonato Estatal, en el cual anotó 26 puntos, llamó la atención del entrenador asistente de la Universidad de Auburn (Sonny Smith). “Había un chico gordo que corría muy veloz como el viento”, le comunicó a la institución.

Auburn lo reclutó para que defendiera sus colores desde 1981 hasta 1984. En el último año, guió al equipo hacia el primer torneo de la NCAA de la historia de dicha universidad. Terminó las tres temporadas con un 62.6% de efectividad en tiros de campo, la mejor de la historia del equipo. Además, estuvo incluido dentro del Mejor Quinteto de la ciudad de Auburn del siglo y fue elegido el Mejor Jugador de la Southeastern Conference en 1984.

SUENEN CAMPANAS

El talento de Charles Barkley era único y especial para aquella época. Por ende, Philadelphia 76ers sacó provecho seleccionándolo en el quinto puesto del Draft de 1984. Ese plantel estaba conformado por jugadores de élite, como Julius Erving, Moses Malone y Maurice Cheeks. El Big Three comandó a la franquicia hacia el campeonato de 1983.

Chuck resaltó la importancia de las estrellas de ese conjunto, con respecto a su crecimiento como jugador. Especialmente le agradeció a Malone por su acompañamiento. “Nunca sabré por qué un miembro del Salón de la Fama tomó a un niño gordo y perezoso de Auburn y lo trató como a un hijo, lo puso en forma y lo convirtió en un jugador. Cada vez que lo veía lo llamaba “papá”. Espero que supiera cuánto lo apreciaba y amaba”, contó Sir Charles.

Dio el salto de calidad en la segunda campaña de su carrera, ya que pasó a ser el ala-pivote titular del equipo. La justificación de ese rol quedó más que clara, debido a que promedió 20 tantos, 12,8 rebotes, 3,9 asistencias, 2,2 robos y 1,6 tapas en 36,9 minutos por aparición. Asimismo, finalizó en el Segundo Mejor Quinteto del certamen.

En la 1986-87, obtuvo su primera participación en el Juego de las Estrellas y llevó al elenco de Pensilvania hacia una nueva postemporada, pese al traspaso de Moses Malone a Washington Bullets. A su vez, se ganó por segunda vez consecutiva un puesto en el Segundo Mejor Quinteto de la competencia. Su media fue de 23 unidades, 14,6 tableros (mejor registro del torneo), 4,9 pases gol, 1,8 recuperos y 1,5 bloqueos por compromiso.

Los Sixers tuvieron otra baja sensible de cara a la temporada 1987-88. Julius Erving anunció su retiro como jugador profesional, desarticulando así el trío que levantó cuatro años antes el trofeo Larry O’Brien. Sin embargo, significó una gran oportunidad para Barkley de consolidarse como la principal estrella del equipo, aunque no se haya clasificado a Playoffs. Firmó 28,3 puntos, un 60.4% de efectividad en lanzamientos (el mejor porcentaje del certamen), 11,9 rebotes, 3,2 asistencias, 1,3 robos y 1,3 tapas para conseguir su primera inclusión en el Mejor Quinteto del Año.

El regreso a la postemporada se concretó en la 1988-89, después de recibir el segundo ingreso seguido al Mejor Quinteto. Philadelphia fue barrido en primera ronda por New York Knicks, pero eso no detuvo el desarrollo del interno formado en Auburn. En la 1989-90 extendió su racha a tres apariciones al hilo en el Mejor Quinteto de la fase regular, y quedó cerca en la votación al MVP (lo terminó ganando Magic Johnson).

EN BÚSQUEDA DE LOS RESULTADOS COLECTIVOS

No solo que en la temporada 1990-91 fue convocado al Juego de las Estrellas por quinta vez en fila, sino que también se adjudicó el trofeo al Jugador Más Valioso del encuentro. Con 17 puntos y 22 rebotes (la mejor marca en dicho rubro desde Wilt Chamberlain en 1967), Sir Charles continuó impresionando a seguidores y jugadores de la NBA.

De hecho, el pivote emblemático de San Antonio Spurs, David Robinson, se animó a elegir al jugador para un partido mano a mano. “Yo elegiría a Barkley. Cuando está en su nivel, creo que tiene el mejor impacto de todos los tiempos”, resaltó. La otra opción era Michael Jordan. “Jordan es genial. Pero no causa todos los estragos que hace Charles”, aseguró Doc Rivers, jugador reconocido de Atlanta Hawks y campeón como entrenador de Boston Celtics en 2008.

Pero los resultados colectivos eran muy distintos para el ala-pivote. En esos Playoffs, Chicago Bulls eliminó a Philadelphia en la segunda ronda por 4 a 1. Además, quedó marcado por un incidente durante el duelo con New Jersey Nets, el 26 de marzo de 1991. Quiso escupir a un hincha que lo insultaba con comentarios racistas. Sin embargo, erró la puntería en el acto y manchó a una mujer. A raíz de eso, fue suspendido por un partido sin goce de sueldo y tuvo que pagar una multa de diez mil dólares.

Por otro lado, le pidió disculpas a la chica y le regaló entradas para partidos en el futuro. Así, fue construyendo una amistad con ella y su familia. “Supongo que fui bastante controvertido, pero solo lamento una cosa: el incidente del escupitajo. ¿Pero sabés qué? Me enseñó una valiosa lección. Que me estaba volviendo demasiado intenso durante el partido. Me hizo saber que tenía muchas ganas de ganar. Tuve que calmarme. Quería ganar a toda costa. En lugar de jugar al básquet de la manera correcta y respetarlo, solo pensaba en ganar”, contó Barkley.

Luego, los Sixers no se clasificaron a la postemporada de 1992. Por lo tanto, era momento de buscar nuevos horizontes y enfocarse exclusivamente en la meta de luchar por el título. Chuck pidió el traspaso tras finalizar la campaña y encontró nuevo destino de cara a la 1992-93: Phoenix Suns.

SALIÓ EL SOL

Después de regresar de los Juegos Olímpicos de Barcelona con una medalla de oro, Barkley utilizó la experiencia de haber formado parte del Dream Team en la NBA. Y generó un impacto inmediato en Phoenix, ya que le hizo cosechar el mejor récord de la fase regular 1992-93. Con 62 victorias y apenas 20 derrotas, dejó en claro cuál era el destino del conjunto de Arizona. Llegó a las Finales de la NBA para romper la sequía de la franquicia de 17 años sin avanzar hasta esa instancia.

Su rival era Chicago Bulls, que había sido antes el bicampeón de la competencia. El duelo entre Michael Jordan y Sir Charles generó muchas expectativas. Principalmente, porque el ala-pivote nacido en Alabama se quedó con el premio al MVP. Su promedio fue de 25,6 puntos (52% de efectividad en triples), 12,2 rebotes y 5,1 asistencias por compromiso.

MJ estaba enojado a raíz del trofeo que consiguió el formado en la Universidad de Auburn. Por eso, se vengó derrotando a los Suns en seis partidos. Y eso que Phoenix le arrebató el quinto partido a Chicago, en condición de visitante.

“Perdimos el primer juego porque estábamos muy nervioso. Pero en el segundo, jugué en mi mejor nivel. Y Michael Jordan me superó. Esa fue probablemente la primera vez en mi vida que pensé que había un mejor jugador que yo”, afirmó Sir Charles en el documental The Last Dance. Y su performance estuvo a la altura de las circunstancias, ya que registró 27,3 unidades, 13 tableros y 5,5 pases gol en la serie.

Sus inconvenientes físicos comenzaron a aparecer en la 1993-94. De todos modos, se las arregló para conducir al equipo hacia una nueva postemporada. Y en primera ronda se encargó de eliminar a Golden State Warriors, tras un tercer duelo inolvidable. Es que se concretó la tercera mejor marca en la historia de los Playoffs, con 56 tantos y 23-31 en tiros de campo.

Pero Houston Rockets impidió que Phoenix continuara su camino en esa postemporada. Y la historia se repitió en el desenlace de la 1994-95, pero en la primera ronda. En ambas ocasiones, los Suns llegaron hasta el séptimo enfrentamiento con un equipo logró el bicampeonato en esos mismos años. Además, terminó siendo el destino de Barkley al término de la 1995-96.

EL COHETE NO PUDO DESPEGAR

Su primer torneo en Houston fue el mejor de esa etapa. Con una media de 19,2 unidades, 13,5 tableros, 4,7 pases gol y 1,3 robos, ayudó a que los Rockets avanzaran hasta las Finales de Conferencia. No obstante, cayeron en dicha instancia ante los Utah Jazz de John Stockton, Jeff Hornacek, Byron Russell y Karl Malone.

En los tres años posteriores, Charles Barkley batalló cada vez más con las lesiones que le impedían sostener ese monstruoso nivel que demostró a lo largo de su carrera. Asimismo, resultó fallida la movida de unirse con Scottie Pippen para la 1998-99, una campaña recordada por el lockout más largo de todos los tiempos y el primer certamen tras la partida de Michael Jordan de Chicago Bulls. El conjunto texano tuvo dificultades para encontrar el funcionamiento y quedó afuera en primera ronda.

La 1999-00 fue la última de Chuck como jugador. Poco se puede decir de la misma, ya que Houston no pudo obtener el boleto a la postemporada. Pero se trató del desenlace de una carrera exitosa para un ala-pivote que se adelantó a su época. Y relució características que no se habían visto anteriormente.

Después del retiro, los seguidores del básquet pueden seguir apreciando de la presencia de Sir Charles. A partir del 2000, y hasta la actualidad, es uno de los analistas en el prestigioso programa de TNT llamado “Inside The NBA”. Sus comentarios controversiales y polémicos abundan en los debates que participan Shaquille O’Neal, Kenny Smith y Earnie Johnson.

Su personalidad sigue presente en la vía pública, a través de este show que entretiene a los fans en la previa, entretiempo y post-partido de las jornadas que transmite el medio estadounidense. A su vez, dejó en la memoria de los argentinos un grito inconfundible: “Ginóbiliii”.

Charles Barkley TNT
Charles Barkley, en la mesa de debate junto con Shaquille O’Neal, Earnie Johnson y Kenny Smith (FOTOGRAFÍA: Gentileza San Francisco Chronicle).

LA MEJOR LISTA

Charles Barkley es uno de los jugadores que tiene el privilegio de haber recibido dos menciones únicas y especiales. En 1996 fue elegido dentro de los 50 mejores de la historia. Y en la previa a la temporada 2021-22, la NBA lo volvió a mencionar entre los 75 mejores de todos los tiempos.

Dos reconocimientos que están a la par de campeonatos. Sir Charles se metió en la historia grande de la mejor liga del mundo. Después de 16 años de carrera en los que consiguió un galardón al MVP (1993), once apariciones en el All Star Game (1987 a 1997), cinco presencias en el Mejor Quinteto (1988 a 1991 y 1993), el premio al Jugador Más Valioso de la Southeastern Conference de la NCAA en 1984.

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