El 26 de diciembre de 1996, dos días después de la nochebuena, los Phoenix Suns recibieron un regalo inolvidable de Santa Claus.
Jason Kidd, hasta ese día base armador de Dallas Mavericks, fue canjeado al equipo del Desierto por Sam Cassell, A.C. Green, Michael Finley y una selección de segunda ronda de draft.
Previo al intercambio, Kidd se había manifestado en contra del sistema de juego del coach Jim Cleamons. También había tenido roces recurrentes con algunos compañeros de equipo, entre ellos Jim Jackson.
“No tenía la menor sensación de que me iban a cambiar”, dijo Kidd al recibir la noticia en el Reunion Arena, previo a la derrota 113-108 ante Golden State Warriors. “Estoy emocionado de ir a Phoenix, pero también estoy triste de dejar a muchos buenos amigos aquí”.
Además de Kidd, los Suns recibieron en el trade a Tony Dumas y Loren Meyer. Para ese entonces, Cassell, fichado por Suns en el cambio que envió a Charles Barkley a Houston Rockets, era el líder anotador de Phoenix con 14.8 unidades por aparición, siendo reserva del célebre Kevin Johnson.
Finley, pick de primera ronda de Suns en 1995, promediaba 13 puntos contra los 15 de su temporada de novato. Y Green, todo un veterano con la ridícula marca de 840 juegos consecutivos disputados a la fecha del traspaso, reunía 5.7 puntos y 5.1 rebotes por encuentro.
Kidd, considerado en la previa como el jugador franquicia de los Mavericks, pretendía un estilo más dinámico como había ocurrido a las órdenes de Dick Motta. Sin embargo, Cleamons no había dado el brazo a torcer pese al alicaído récord de 9-16 en los primeros 25 partidos de serie regular.
“Estaba tratando de hacer mi mejor esfuerzo en lo que quería Cleamons”, dijo Kidd en declaraciones recogidas por AP. “Pero esto podría funcionar para mí”.
JASON KIDD PUSO A LOS SUNS EN EL MAPA DE PLAYOFFS
“Mr. Triple Double”, como se lo conoció en sus años de jugador, tuvo un mérito destacado en los cinco años que jugó para Phoenix (1996-2001): logró que la franquicia alcance en todos los torneos la postemporada, pese a que nunca superaron las Semifinales de Conferencia.
Sus números, además, se elevaron en grande: pasó de promediar 11.6 puntos, nueve asistencias y 4.8 rebotes en Mavericks, a 16.9 puntos, 9.8 asistencias y 6.4 rebotes en su nueva etapa en los Suns.
Logró, en su primera temporada completa con Phoenix (1997-98), lo que Cleamons no le había dejado: aumentar el ritmo de juego y conformar un núcleo elite con cuatro perimetrales (Kidd, Kevin Johnson, Rex Chapman y Steve Nash), y un centro (Antonio McDyess) para finalizar la serie regular con récord de 56-26. Sería el comienzo de un amorío profundo entre su juego polifuncional y los fanáticos de los Suns.
Durante el lustro que duró su etapa en Phoenix, fue tres veces All-Star (1998, 2000 y 2001 -en 1999 no hubo All-Star por el lockout-), lideró la NBA en asistencias por tres años consecutivos (1999 a 2001) y fue considerado por muchos el mejor armador de la NBA en aquellos años, tras ser votado al All-NBA First Team de 1999 a 2001.