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Perfiles NBA: Gregg Popovich, un entrenador con ley de mosquetero

Gregg Popovich es el máximo ganador de la historia de la NBA desde el 11 de marzo del 2022 (FOTOGRAFÍA gentileza de USA Today Sports).

Gregg Popovich marcó la vida de los San Antonio Spurs. Él tomó a una de las franquicias con el mercado más chico de la NBA y la llevó a ser una de las más exitosas. Le dio una identidad, una cultura y, también, títulos.

San Antonio era un equipo de menor relevancia antes de Popovich. Mientras la tinta se carga para hablar de su retiro y de sus millones de historias, la dejará como una de las mejores. Quizás la tercera más exitosa, detrás de Celtics y Lakers, a pesar de ser la quinta con más campeonatos (5).

Su ideología fue similar a la de los tres mosqueteros: «Todos para uno y uno para todos». El entrenador históricamente condujo a los Spurs anteponiendo el bien colectivo sobre el individual. Esto giró en torno a directivos, superestrellas, estrellas, jugadores de rol y hasta él mismo. Nadie debía estar -ni estuvo- por encima de lo que era lo mejor para el colectivo.

A partir de este estilo, poco tradicional en la NBA, ganó el reconocimiento de todos y se metió en el debate sobre si es el mejor entrenador de la historia. Tradicionalmente el debate se resume a seleccionar entre él o Phil Jackson.

LA MILICIA, CLAVE EN SU FORMACIÓN

Gregg Popovich nació el 28 de enero de 1949 en East Chicago, Indiana. Si bien es estadounidense, sus padres tuvieron raíces europeas. Sus padres habían nacido en el ‘Reino de serbios, croatas y eslovenos’, lo que más tarde sería Yugoslavia. Raymond, su padre, había nacido en Seria. Katherine, su madre, lo había hecho en Croacia. Ellos llegaron a Estados Unidos como refugiados de la invasión alemana a Yugoslavia de 1941.

El contexto incidió en la vida de Gregg, que siempre estuvo interesado en la milicia y principalmente en la fuerza aérea. Al finalizar sus estudios secundarios se unió a la United States Air Force Academy, donde se graduó en 1970. Trabajó cinco años en la fuerza aérea estadounidense, con viajes al este de Europa y a la misma URSS.

A la par de sus estudios, Pop tuvo otra pasión: el básquet. Jugó a nivel universitario para Air Force Falcons, llegando a ser capitán y máximo anotador del equipo. Su gran nivel lo llevó a ser convocado para la selección de las fuerzas armadas, que en 1972 ganó el título Amateur Athletic Union. Él era base y en 1972 fue considerado para el seleccionado que compitió en los Juegos Olímpicos de Múnich.

Tras graduarse, en 1973, Hank Egan le ofreció ser su entrenador asistente en la Academia de la Fuerza Aérea. A la par de este cargo, Popovich decidió ampliar su conocimiento. Estudió en la Universidad de Denver, donde se graduó como licenciado en educación física y ciencias del deporte. Trabajó seis años junto a Egan, quien luego fue su asistente en San Antonio, antes de partir para dirigir a la unión de Pomona-Pitzer. Allí, en un equipo de la tercera división de la NCAA, tuvo su primer cargo como entrenador principal.

SU PRIMERA EXPERIENCIA

Gregg Popovich inició su carrera en Pomona-Pitzer.
Gregg Popovich se involucró con la comunidad y generó un programa exitoso en Pomona-Pitzer (FOTOGRAFÍA gentileza P-P Athletics).

Popovich trabajó ocho años junto al equipo de Pomona-Pitzer. Tiene el peor porcentaje de la historia con un 38,0% (76/200). Sin embargo, es el segundo entrenador más adorado detrás de Charles Katsiaficas, quien asumió el cargo tras él y lo mantiene en 2022.

«Cuando llegué, había estudiantes muy inteligentes y excelentes personas, pero el programa basquetbolístico era horrendo», fiel a su estilo de declarar, le dijo a TSL News en 2020. Se involucró con las dos universidades y forjó un comité que tenía el objetivo de eliminar las fraternidades en el campus. Él no quería saber nada de los rituales de esos grupos, que usualmente involucraban situaciones de violencia física, psicológica y hasta sexual. También ayudó a mejorar los programas universitarios para que los estudiantes tengan un mayor desarrollo académico. La ciudad de Claremont, ubicada al sur del condado de Los Ángeles, le fue muy grata por su aporte a la comunidad.

A la par del trabajo fuera de la cancha, apeló a un recurso poco utilizado en estas universidades. El entrenador empezó a reclutar: «Buscamos jugadores con talento para el básquetbol, pero que no despertaban la atención de las mejores universidades». Escribió miles de cartas a posibles jugadores para los equipos de los años siguientes. «De a poco, fueron sintiéndose parte y orgullosos de estar junto a nosotros. Mantengo el contacto con ellos; cinco o seis son de mis círculos más cercanos», añadió.

Todo el esfuerzo tuvo su éxito en 85-86. El equipo ganó su primer título en SCIAC en 61 años.  Su incesante labor generó el interés de Larry Brown, quien lo tuvo como asistente en la Universidad de Kansas para la 1985-86. Tras un año, volvió a Pomona-Pitzer para su último año antes de dar el salto a la NBA.

SU PRIMER PASO POR LOS SPURS

Larry Brown asumió el cargo de entrenador de los Spurs en junio de 1988 y no dudó en llamar a Gregg Popovich. Él completó un grupo de trabajo que también contaba con R.C. Buford, Alvin Gentry y Ed Manning.

El primer año fue sencillamente desastroso. La franquicia estaba en una transición tras las partidas de los legendarios George Gervin y Artis Gilmore. Si bien no era el primer paso de la reconstrucción, fue su punto más bajo. Una marca de 21-61 para lo que en aquel contexto fue el peor récord de los Spurs en sus 22 años en la NBA. No obstante, Willie Anderson, que había sido seleccionado en el Draft de 1988, hizo méritos para ingresar al quinteto ideal de novatos. Mientras que Alvin Robertson se volvió el mejor jugador defensivo del equipo e integró el All-Defensive Second Team.

La siguiente temporada tuvo un cambio drástico. El equipo pudo contar por primera vez con David Robinson. El pivote había sido seleccionado con el primer lugar del Draft 1987, pero que se había perdido dos temporadas por sus servicios en la marina estadounidense. De allí su apodo ‘El almirante’. A la par de su arribo, el equipo sumó a Sean Elliot con el tercer lugar del Draft 1989. También fichó a Terry Cummings y Maurice Cheeks, aunque a mitad de temporada los traspasó para contar con Rod Strickland.

Desde entonces, los Spurs tuvieron tres buenos años en fase regular. Marcas de 56-26, 55-27 y 47-35 permitieron accesos a los tres Playoffs entre 1990 y 1992. Los texanos sólo ganaron una primera ronda, a Denver Nuggets (3-0) en 1990. Tras un 4-3 frente a Portland Trail Blazers en las semifinales de conferencia y posteriores eliminaciones tempraneras, apareció la crítica.

Muchos creían que el equipo no tenía una conducción idónea para enfrentar los momentos complicados. Acertadas o no, estas fueron escuchadas por el gerente general Bob Bass. El dirigente decidió despedir a Larry Brown tras la 91-92 y con el partieron todos sus asistentes, incluyendo el mismo Popovich. Tan sólo RC Buford cambió de posición, lo que luego sería clave para su regreso.

UNA UNIÓN HISTÓRICA

Gregg Popovich y Don Nelson, los dos entrenadores con más triunfos en la NBA.
Gregg Popovich y Don Nelson, los dos entrenadores con más triunfos en la NBA (FOTOGRAFÍA gentileza de LT10).

Gregg Popovich quedó sin trabajo tras la temporada de 1991-92, pero esto fue así por poco tiempo. Don Nelson, a quien luego le quito el récord de mayor triunfos en la NBA, le ofreció trabajar como su coordinador defensivo en los Golden State Warriors. Allí conoció a Paul Pressey, otro de los asistentes de Nelson que luego sería auxiliar de Pop en los Spurs.

El primer año fue complicado por un largo listado de lesiones, lo que arrojó una marca de 34-48 al finalizar la 92-93. El tándem potenció a Latrell Sprewell (24° en el Draft 1992), que hizo méritos para ser integrante del quinteto ideal de novatos. La baja más significativa fue la de Chris Mullin, quien jugó 41 partidos antes de una fractura en el pulgar de la mano derecha. A pesar de su baja, promedió 21,6 puntos, 10,6 asistencias y 1,5 robos. Números más que suficientes para ser seleccionado al All-Star y al tercer quinteto ideal de la campaña.

La siguiente campaña fue muy diferente. El equipo estuvo sano y Popovich convenció a Avery Johnson -con quien había trabajado en San Antonio- para que se sume a los Warriors. Una marca de 50-32 posibilitó el avance a los Playoffs. Más allá del muy buen rendimiento, el elenco se topó con Phoenix Suns, que venía de perder las finales pasadas ante los Bulls de Michael Jordan. El equipo de Arizona tachó al de Oakland en tres juegos de la mano de Charles Barkley.

EL NUEVO JEFE DE LOS SPURS

Mientras Popovich estaba con los Warriors, los dos años de los Spurs fueron muy similares. Tuvieron a dos entrenadores antes de fichar a Jerry Lucas para el final de la 1992-93, que terminó con un 49-33. El equipo sorteó a los Blazers (3-2) en la primera ronda de los Playoffs. Pero no pudo con los Suns (2-4) en la siguiente instancia.

La 1993-94 tuvo a John Lucas como único entrenador y con él un método de trabajo. Una marca de 55-27 fue más que auspiciosa para pensar en una lucha por el título. Sin embargo, todo terminó pronto ya que Utah lo marginó en la primera ronda de la postemporada (3-1).

Sin embargo, todo cambió en junio de 1994. Bob Bass, el gerente general, decidió alejarse de los Spurs y se sumó a los Charlotte Hornets. Esto obligó al dueño Peter Holt, que había comprado la franquicia en 1993, a cambiar de dirección. Se inclinó por Gregg Popovich ya que este tenía una formación interesante y se mostraba prometedor tras rodearse con los mejores entrenadores del momento.

A pesar de su nuevo cargo, Pop no eligió al primer entrenador de su era. Holt ya se había inclinado por Bob Hill. Lo que el nuevo gerente general si eligió fueron a los asistentes de Hill, y se inclinó por viejos conocidos. Hank Egan (el entrenador de la Fuerza Aérea); Dave Cowens y Paul Pressey.

También se encargó de los fichajes. Sumó a Avery Johnson y Sean Elliot, quienes habían estado un año lejos del equipo. Adquirió a Chuck Person y Moses Malone en la agencia libre. Con ellos, formó un plantel candidato al título. Este finalizó la fase regular con un 62-20; superó a Denver Nuggets (3-0) y Los Ángeles Lakers (4-2) en las primeras instancias de los Playoffs. Houston Rockets (2-4), que luego fue bicampeón, le puso fin a su sueño de título.

La 95-96 inició con un movimiento muy lógico de la filosofía Popovich. Dejó ir a Rodman a cambio de Will Perdue sin adquirir una selección de Draft. Esto empeoró el nivel defensivo de los Spurs, que se las ingeniaron para un 59-23. Vencieron a los Suns (3-1) en la primera ronda; pero el Jazz (2-4) les puso fin a su campaña.

LA DECISIÓN MÁS CONTROVERSIAL

Popovich tuvo una primera temporada para el olvido (FOTOGRAFÍA gentileza de Sporting News).

La temporada 1996-97 fue la peor de la historia de los Spurs. No contaron con su tirador Charles Smith y tan sólo tuvieron seis partidos a David Robinson, ambos bajas por lesiones. Luego se sumó Sean Elliott, quien terminó la campaña con 37 apariciones.

Sin embargo, esa campaña quedó marcada a fuego en la vida de San Antonio. El equipo tuvo una marca de 3-15 tras los primeros 18 juegos y Popovich despidió a Bob Hill. El listado de bajas no incidió en su cabeza para echar a quien había tenido una gran 95-96.

Lo más llamativo fue que el mismo Gregg Popovich tomó el cargo de entrenador. Esto despertó la furia de Hill y una gran catarata de críticas para Pop. Como si fuese poco, la situación no mejoró: 20-62 para la peor marca de la historia de San Antonio. El equipo fue el peor en defensive rating con 112,3 puntos recibidos cada 100 posesiones. Para alegría de la organización, fue la última sin presencia en Playoffs hasta el 2020.

La fortuna le dio un guiño a San Antonio, que ganó la lotería del Draft de 1997. El primer pick fue utilizado para fichar a Tim Duncan, el jugador que luego cambió el rumbo de la franquicia. Duncan había sido un prospecto más que interesante en su paso universitario por Wake Forest. Pop años después señaló: «En el combine hubo una secuencia en la que Gregg Ostertag se la volcó en la cara. Él hizo lo mismo en la siguiente acción. No gritó, no festejó, ni hizo un show. Simplemente volvió a defender. Eso era todo lo que necesitaba ver».

EL PRIMER TÍTULO

Gregg Popovich junto a Robinson, Duncan y Elliott tras la obtención del primer título.
Popovich junto a Robinson, Duncan y Elliott tras la obtención del primer título (FOTOGRAFÍA gentileza Diario Marca).

Los años siguientes le dieron la derecha a Gregg Popovich. El entrenador creó un sistema basado en el poderío del tándem Robinson y Duncan. El novato ofició como jugador de poste alto y el Almirante absorbió el contacto en el poste bajo. Por fuera de ellos, el resto del equipo tuvo espacios para generar juego y aprovechar su capacidad de tiro. Duncan (21,1 puntos, 11,9 rebotes, 2,5 tapas y 2,1 asistencias) hizo méritos para ganar el premio al mejor rookie; y también para meterse en el Juego de las Estrellas a pesar de ser su primer año.

El equipo logró un 56-26 en la 1997-98, pero las bajas de Sean Elliott y Vinny Del Negro confabularon en su contra. San Antonio sorteó a Phoenix (3-1), pero no pudo hacerlo con Utah (1-4). El Jazz luego llegó a las finales, aunque nuevamente no pudo ante los Bulls de Jordan.

Tras un largo lockout que incidió en que la campaña 1998-99 inicie en febrero, San Antonio se mostró como el claro candidato al título. A su gran plantel sumó a cuatro jugadores veteranos con talento: Antonio Daniels; Mario Elie; Steve Kerr y Jerome Kersey. El elenco fue el que mejor defendió en toda la temporada, por donde basó su camino hacia una marca de 37-13, la mejor de la liga junto al Jazz.

Nadie pudo poner en discusión al elenco texano en los Playoffs. Ganó 16 de los 18 partidos: 3-1 a Timberwolves; 4-0 a Lakers; 4-0 a Blazers (que había tachado a Utah); y 4-1 a los Knicks en las finales. Popovich había encontrado el sistema y este respondió a la perfección. El 25 de junio de 1999, con el mítico Madison Square Garden como escenario, se volvió ídolo de la franquicia. Un 78-77 al elenco neoyorquino que permitió el primer título de la organización.

 

Cinco días más tarde, en el Draft 1999, el equipo tuvo dos selecciones. El mismo Popovich eligió a Leon Smith (29°) y Emanuel Ginóbili (57°). El camino se marcó hacia el inicio de una dinastía.

UNA CHARLA CLAVE

Popovich fue clave en la continuidad de Duncan en el 2000 (FOTOGRAFÍA gentileza Javier Mendoza).

Una vez que San Antonio se hizo con los servicios de Tim Duncan, los mercados más fuertes de la liga hicieron sus intentos para contratarlo. El interés por el ala-pivote incrementó aún más tras la temporada 1999-00. Duncan promedió 23,2 puntos, 14,4 rebotes y 2,1 bloqueos por noche. Además, junto a Shaquille O’Neal (que en ese entonces se había sumado a los Lakers) ganó el premio al MVP del Juego de las Estrellas.

Lamentablemente Duncan se perdió la parte fuerte de la 1999-00 a raíz de una lesión en su rodilla izquierdo. Esto conspiró en contra de un equipo que logró una marca de 53-29, pero no tuvo a su mejor jugador disponible en la postemporada. Phoenix aprovechó el contexto para tener su venganza y marginar al último campeón con un 3-1 en la primera ronda.

La agencia libre del 2000 fue durísima para San Antonio. El Magic, dolido por la partida de Shaq, hizo un intento desesperado por Duncan. Le ofreció un contrato máximo, lo que tentó al interno. Pero Popovich intervino. «Le pedí un consejo y me dejó en claras sus intenciones. Sin embargo, me dijo que iba a apoyar cualquier decisión que tome porque quería lo mejor para mí. Eso me convenció que lo mejor era seguir aquí», rememoró Timmy D en Champions Revealed (2014).

El camino era el correcto y esa fue la postura de las partes para los años venideros. Las siguientes dos campañas terminaron con resultados menores al título por el dominio de Los Ángeles Lakers de O’Neal y Kobe Bryant. Los californianos pusieron alto a las aspiraciones texanas con dos victorias consecutivas en postemporadas. Primero en las finales de conferencia del 2000 (0-4); y luego en las semifinales del 2001 (1-4).

Sin embargo, la continuidad de Timmy; la llegada de Bruce Bowen en la agencia libre del 2001; y el arribo de Tony Parker (28° del Draft 2001) fueron allanando el camino hacia lo que fue su era. Duncan ganó el primero de sus dos MVP en la 2001-02 con medias de 25,5 puntos; 12,7 rebotes y 2,5 tapas por encuentro.

BIENVENIDOS A SAN ANTONIO, ASÍ SON LAS COSAS

Ginóbili fue campeón en su primer año con los Spurs.
Ginóbili fue campeón en su primer año con los Spurs (FOTOGRAFÍA gentileza de 442 – Perfil).

La temporada 2002-03 marcó la esperada llegada de Emanuel Ginóbili a la NBA. El argentino había sido seleccionado en el Draft de 1999, pero Popovich optó por dejarlo en Europa por tres años más, dándole así la chance de volverse el mejor jugador del viejo continente. Tras el subcampeonato mundial junto a Argentina en Indianápolis, la franquicia reafirmó su postura de sumarlo para la campaña.

Manu se sumó a los Spurs con 25 años y se encontró con un escenario llamativo. Popovich era un entrenador exigente a la hora de los entrenamientos, con un nivel de dureza aún mayor que en Europa. Su estilo de juego pasional generó roces con el coach, al igual que lo que sucedía con el joven Parker. Como si fuese poco, Pop asignaba constantemente a Bruce Bowen sobre el bahiense, que lo marcaba a tope en cada entrenamiento. El alero cotidianamente rozaba lo irreglamentario. «Al comienzo no lo entendía. ¡Éramos compañeros! Pero con el correr del tiempo entendí que todo eso iba a sacar lo mejor de mí», marcó en el documental de 2014.

 

Cuando estas situaciones tensas se apoderaban de las prácticas, las miradas de los jugadores se posaban sobre los referentes. Duncan, Robinson, Elliott y Kerr no se inmutaban ante los gritos de Pop. Lo comprendían, entendían que -a su manera- transmitía lo mejor para el equipo. Ellos brindaban el balance y establecían lo esperable para los nuevos. Algunos no lo aceptaban -y por ende se marcharon-. Los que se quedaron fueron parte de la historia grande de la franquicia.

Popovich siempre fue un agradecido para estos últimos: «Tengo el privilegio de dirigir a un grupo de jugadores que aceptan mi forma de entrenar y entienden que el objetivo es lo mejor para todos. Siempre antepusimos al equipo por delante de todo».

LA SEGUNDA CONQUISTA

Tim Duncan fue el MVP de las finales del 2003.
Duncan fue el MVP de las finales del 2003 entre Spurs y Nets (FOTOGRAFÍA gentileza de Pounding the rock).

Si bien Popovich tuvo que lidiar con las formas de ser de Ginóbili y Parker, el par de incorporaciones sirvió para potenciar a un elenco que ya tenía potencial de contendiente. La franquicia texana ganó 60 de los 82 partidos de la fase regular para terminar en primer lugar. A la par, Tim Duncan hizo méritos para ganar su segundo premio a MVP consecutivo.

Un juego basado en el sistema defensivo fue marcando el camino hacia las finales: 4-2 a Suns; Lakers y Mavericks. El combinado texano se encontró las caras con New Jersey Nets en las finales. El rival, dirigido por Byron Scott, marcó su camino a las finales para intentar tomar revancha de la derrota a manos de los Lakers en 2002.

La definición tuvo un intercambio de triunfos en los primeros cuatro juegos. El quinto punto marcó la diferencia con un 93-83 en New Jersey. Un extraordinario Duncan lideró con 29 puntos, 17 rebotes y 4 asistencias. San Antonio luego cerró el título con un triple-doble del ala-pivote: 21 tantos, 20 rebotes y 10 asistencias para el 88-77. Ese 15 de junio del 2003 marcó el segundo título de San Antonio como el último partido oficial de David Robinson.

UN NUEVO BIG THREE Y TÍTULO

Ginóbili y Parker tuvieron una mayor importancia en el equipo de Popovich en 2005.
Los Spurs vencieron a los Pistons por 4-3 para alzar su tercer título en 2005 (FOTOGRAFÍA gentileza Sporting News).

Los Spurs vivieron una 2003-04 de reordenamiento. Al retiro de Robinson se añadieron los fines de carreras de Steve Kerr y Danny Ferry. A la par, Stephen Jackson y Speedy Claxton partieron a Hawks y Warriors, respectivamente. Los texanos incorporaron a veteranos para saldar sus partidas, aunque encontraron respuestas en sus apuestas.

Los roles de Ginóbili y Parker fueron creciendo gradualmente en un equipo que supo mantenerse competitivo. Finalizaron la fase regular con una marca de 57-25 que les permitió avanzar a los Playoffs. No tuvieron problemas con los Memphis Grizzlies, a quienes barrieron (4-0) en la primera ronda. Sin embargo, y a pesar los primeros dos juegos de la serie, no pudieron con unos Lakers que los marginaron por 4-2 en la siguiente instancia. El punto de quiebre fue un impensado tiro ganador de Derek Fisher en el quinto punto del cruce.

 

La caída no empañó una temporada plagada de avances que daría sus frutos en la 2004-05. El equipo encontró un tridente que terminaría siendo histórico en Parker, Ginóbili y Duncan. Cada uno de ellos disputó todos los juegos de la campaña como titular, teniendo un protagonismo más que merecido por su talento.

Alejado del esquema defensivo de otras épocas y más cercano al básquetbol moderno, San Antonio transformó su juego. El equipo no perdió la dureza en el marcaje, pero tuvo una ofensiva de mayor movimiento de balón y aprovechamiento del triple. Ginóbili encabezó el goleo exterior, lo que liberó a Parker en las penetraciones y a Duncan para operar en el poste bajo. A su vez, opciones como Brent Barry, Bruce Bowen, Robert Horry y Beno Udrih aportaron el goleo para complementar al Big Three.

Los Spurs llegaron a las finales con victorias sobre Nuggets (4-1); Supersonics (4-2) y Suns (4-1). Los últimos juegos fueron ante los Detroit Pistons, los últimos campeonatos. La definición tuvo varios momentos icónicos, como un histórico tiro de Horry para permitir el triunfo en un quinto punto crucial. Además, alzaron su cuarto título en las primeras finales que tuvieron un séptimo juego después de 11 años. Si bien Ginóbili hizo méritos, Duncan se quedo con el MVP de las finales como en las ediciones anteriores.

MANU, TENEMOS QUE HABLAR

Un letal 4-0 a los Cavaliers permitió la conquista en 2007 (FOTOGRAFÍA gentileza Sporting News).

La 2005-06 no fue la más exitosa de los Spurs, pero marcó la vida de San Antonio a fuego. El equipo venía de ser campeón e hizo su mayor esfuerzo para poder sacarse de las ganas de ser campeón en años consecutivos. Fichó a otro verano muy recordado como Michael Finley; además de concretar la llegada de Fabricio Oberto tras su gran paso por Europa.

El equipo ganó 63 de los 82 partidos de fase regular para llegar a la postemporada como candidato al título. Revalidó su credencial con un 4-2 a Sacramento Kings en la primera ronda. Pero padeció un punto común en la serie ante Dallas Mavericks en la siguiente instancia. El conjunto constantemente sin goleo cuando el tridente de Parker, Ginóbili y Duncan no estaba en cancha. Eso acortó notoriamente la rotación en el tramo definitorio del cruce. Un adverso 111-119 en el séptimo juego dejó al conjunto de Popovich con las manos vacíos frente a su archirrival.

El problema volvió a estar presente en 2006-07, lo que motivó una histórica charla entre el entrenador y Ginóbili. A fines de enero de ese año, se acercó al albiceleste para pedirle que sea el sexto hombre del equipo. Pop en reiteradas ocasiones recordó tener las expectativas por el suelo y esperar una negativa del argentino. La razón de este pedido era tener al bahiense como el líder en anotación de la segunda unidad; mientras el quinteto inicial sacaba provecho de las opciones alrededor del tándem Parker-Duncan.

Manu no aceptó de inmediato, pero comprendió que eso era lo mejor para el equipo. «Cuando aceptó, hizo un cambio en esta franquicia. Nos dio profundidad, nos hizo más temidos y más peligrosos. Ningún título hubiese sido posible sin él», señaló Popovich en la noche del retiro de la camiseta de Ginóbili, 11 años más tarde. «Hizo el sacrificio máximo. Sacrificó su rol de superestrella para el beneficio de los San Antonio Spurs. Algo que nunca podría haber hecho. Tiene su merecido tributo», añadió Scottie Pippen en la previa de esa celebración.

 

El primer gran premio a esa modificación dio sus frutos a fin de la temporada 2007. El equipo dominó la liga con un 58-24 para ingresar a los Playoffs. Posteriormente superó a Nuggets (4-1); Suns (4-2); Jazz (4-1) y, en las finales, a los Cavaliers de LeBron James (4-0). Ese fue el cuarto título de los Spurs, el tercero de la era del tridente.

 

¿CUÁNTAS VECES MÁS VAN A PREGUNTAR?

El paso del tiempo alcanza a todos y no hace excepción con nadie. Sin embargo, resulta muy tedioso estar en una carrera contra el tiempo. Y, sobre todo, tener a un grupo de personas que constantemente plantea comparaciones respecto de épocas pasadas.

Tras la conquista de la temporada 2006-07 y la derrota a manos de los Lakers en las finales de conferencia del 2008, la preguntas se hicieron constantes en cada momento de la vida de San Antonio. «¿Se cerró la ventana para un campeonato?»; «¿Es la última temporada juntos?»; «¿Cuándo te vas a retirar?». Algunos de los tantos interrogantes por parte de periodistas y hasta fanáticos.

El falso ocaso del conjunto vino de la mano del crecimiento de otros equipos. Phil Jackson terminó de acomodar a los Lakers para títulos en 2009 y 2010. Boston forjó un cuarteto histórico en Rajon Rondo, Ray Allen, Paul Pierce y Kevin Garnett para ganar en 2008. Además, la unión de fuerzas en Miami de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh, pese al inesperado título de los Mavericks de Dirk Nowitzki en 2011.

La realidad es que el equipo tuvo que cambiar a los intérpretes alrededor de Duncan, Parker y Ginóbili en los años posteriores. Robert Horry se marchó en 2008. Fabricio Oberto empezó a tener problemas cardíacos en 2009. Bruce Bowen se retiró en 2010. Michael Finley hizo lo suyo en 2011. Veteranos y jóvenes desfilaron entre los conjuntos de Popovich para acompañar a los estelares.

Lo más llamativo fue que los cuestionamientos fueron más fuertes tras cada clasificación. San Antonio no bajó de los 50 triunfos por temporada en fase regular para mantener viva una racha que tuvo su punto final 10 años más tarde (2018). No obstante, eliminaciones tempraneras y lesiones conspiraron contra las chances de campeonatos. La más dolorosa de ellas en la 2010-11, cuando el conjunto logró un 61-21 para ser el mejor de la fase regular. Sin embargo, un traspié ante los Grizzlies (2-4) puso fin a las aspiraciones de campeonato.

¡¿UN ROOKIE?!

Kawhi Leonard, la gran apuesta de Popovich en 2011.
Pop apostó por Leonard en 2011. El alero respondió con creces (FOTOGRAFÍA gentileza Diario Marca).

El 27 de junio del 2011 sucedió algo impensado. San Antonio llegó a un acuerdo para traspasar a George Hill a los Indiana Pacers. A cambio obtuvo a Kawhi Leonard, el chico que los Pacers habían seleccionado con el 15° pick del Draft 2011. Un movimiento inesperado para todos dado que Hill era el mejor jugador del equipo por fuera del Big Three. El traspaso que nadie aceptaba, pero que Popovich sabía que iba a ser el acertado para volver a encaminar a los Spurs hacia el título.

«No estaba contento cuando sucedió. George era una parte gigante de nosotros. Y, además,… ¡¿un rookie?! Nos mirábamos y no entendíamos nada», marcó Ginóbili en Champions Revealed (2014). «No podía creer que dimos a Georgie, pero pensábamos ‘quizás vieron algo’», acotó Duncan.

 

Sin embargo, el paso del tiempo le volvió a dar la derecha a Pop. Leonard fue el jugador defensivo que el equipo necesitaba tras la partida de Bowen. Mientras los nuevos tiradores (Mills, Green y Belinelli) aportaban las características de goleo, la ‘Garra’ se volvió en la pieza idónea para competir contra los ‘súper equipos’ de aquel entonces.

La 2011-12, en el año de novato del alero, finalizó con el equipo en la definición del oeste. San Antonio ganó 50 partidos de la fase regular y llegó a la etapa sin despeinarse (4-0 a Jazz y Clippers). No obstante, el conjunto se topó con unos jóvenes y peligrosos Thunder liderados por Kevin Durant. Aportes claves de Russell Westbrook y de James Harden -un jugador con el arquetipo de Ginóbili- complementaron a Durantula para el 4-2 que les permitió avanzar a la siguiente instancia. Luego no pudieron con el Heat comandado por LeBron James.

LA PEOR DERROTA DE LA HISTORIA

Ray Allen y un triple que cambió la historia (FOTOGRAFÍA gentileza USA Today Sports).

Popovich ajustó las piezas para la temporada 2012-13 y el camino fue muy similar al año anterior. Una marca de 58-24 para ser campeones divisionales; 4-0 a los Lakers en primera ronda y 4-2 a unos prometedores Warriors en semifinales de conferencia. Sin embargo, el Thunder cayó a manos de los Grizzlies y este último fue el rival en la conferencia del oeste. Lejos de cualquier preocupación, San Antonio se tomó revancha y borró a su rival con un 4-0 para meterse en la definición. Su rival: el Heat de James y compañía.

El cruce fue muy parejo, pero San Antonio encontró el camino a una ventaja de 3-2 gracias a tener los detalles un poco más aceitados. Leonard tardó, aunque se acomodó ante la versión más dominante de James. Duncan controló a Bosh en ambos lados de la cancha. Wade tuvo un mayor impacto que Ginóbili; Parker superó a Chalmers. El equipo de negro, con un mayor nivel colectivo por fuera de las estrellas y un histórico Danny Green -siete triples en el tercer juego-, parecía tener todo listo para celebrar en el sexto punto de la serie.

Todo cambió ese 18 de junio del 2013. Un partido cambiante que tuvo al Heat al frente por ocho unidades en el segundo cuarto y a San Antonio como conductor con un +13 en el tercero. El trabajo defensivo del equipo de Popovich había contenido la levantada del local en el último. 94-89 tras un tiro libre anotado por Ginóbili a falta de 30 segundos en el reloj. El anillo estaba al caer, ¿o no?

La pesadilla inició desde el saque de costado, con una momentánea salida de Duncan para el ingreso de Diaw. James lanzó una plegaria para intentar arrimar a dos. Falló, pero Miller le dio una nueva oportunidad y esta vez su plegaria fue escuchada. 92-94 con 20,1 en el reloj.

Miami estaba apurado por el reloj así que no tenía otra opción que cortar con falta. La pelota fue a manos de Leonard, que recibió una falta de Miller. El alero falló el primero y acertó el segundo. El Heat tuvo una última oportunidad.

Popovich apeló a la táctica de siempre. Diaw a la cancha a intentar bajar el rebote; Duncan permanece fuera ya que es un mal tirador de tiros libres. Nuevamente James intentó el milagro y no lo logró. Esta vez fue Bosh quien capturó el rebote ofensivo. Y en la esquina, el ‘poco impacto del banco’. Ray Allen, que había dejado a los Celtics para ir por el anillo en el Miami, concretó el mejor tiro de su carrera. El triple más importante de la historia de los Playoffs. Un golpe de knockout a la mandíbula de San Antonio. Un 95-95 que luego se transformó en derrota en overtime y posterior eliminación en el séptimo juego.

 

«Fue la peor derrota de la historia. Teníamos el título a nuestro alcance y no lo pudimos lograr (…). Fue la única vez que realmente lloré después de un partido», sostiene Parker (2014). Una mezcla de acciones con malos desenlaces empezó a provocar lo que terminó siendo una caída libre. «Los dioses no estuvieron de nuestro lado», resaltaron los integrantes del equipo a excepción de Pop. San Antonio podía haber perdido su última chance de volver a gritar campeón con sus veteranos históricos.

¿EL MEJOR EQUIPO DE LA HISTORIA?

Popovich al borde del llanto, una imagen histórica que dejó el título del 2014
Popovich al borde del llanto, una imagen histórica que dejó el título del 2014 (FOTOGRAFÍA gentileza ESPN).

La pretemporada 2013 arrancó con un movimiento muy propio de Popovich. El entrenador no realizó ningún movimiento de preparación en el primer entrenamiento, todos a la sala de video. Una vez que el equipo estuvo presente, la pesadilla volvió a estar frente a sus ojos. Dos horas y 15 minutos de aquel sexto juego ante el Heat. ¿El objetivo? Empezar a cerrar la herida sin atribuir los errores del pasado a ninguna diosa de la fortuna. Aprender para sacar lo mejor de cada uno. Tomar ese triste momento como motivación para lo que le iba a seguir.

Lo que siguió fue una de las mayores muestras de nivel colectivo de la historia. Un equipo con una fluidez de juego basado en el pasado digno de admiración. Lejos, muy lejos, habían quedado las críticas al ‘estilo aburrido’ de San Antonio. El sistema definitivo con una movilidad de balón única y envidiable. Tiradores con control de balón dispuestos a sacrificar su propio lanzamiento en virtud del equipo. El clímax de la ideología del entrenador. Lo que todo coach sueña y muy pocos pueden lograr.

 

No hubo equivalencias a lo largo de toda la fase regular. 62-20 para ingresar a Playoffs. Una primera parada muy complicada ante Dallas, que jugó con la motivación de meter la amargada definitiva a la aspiración rival. El equipo de Rick Carlisle estuvo más cerca de lo que los expertos anunciaban: forzó un séptimo juego. Sin embargo, cuando tuvo que ir a San Antonio a dar el golpe definitivo, no pudo. 119-96 con un parcial de 35-23 en el primer cuarto que marcó la tendencia de la noche. El tándem de Parker (32 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias) y Manu Ginóbili (20 tantos, seis robos, cinco asistencias y cuatro rebotes) marcó el camino hacia el punto final de una serie sorpresiva.

La segunda parada fue ante Portland Trail Blazers y ahí fue diferente. Si bien el equipo de Oregon llegó a ganar un punto, no tuvo chances reales de evitar el 4-1 del contrincante. Así, San Antonio se volvió a topar con Oklahoma City Thunder, esa vez sin James Harden. Un determinante 117-89 en territorio enemigo evitó mayores dolores de cabeza ante Durant. San Antonio allanó el camino y pudo volver con moral a su casa para cerrar su boleto a la definición con un 4-2.

Allí esperaba Miami, pero esa vez no hubo chances. El equipo de Popovich enfrentó a un LeBron James extraordinario que no pudo ser acompañado por los problemas físicos y de edad de sus compañeros. La mayor demostración de juego colectivo sucedió en Miami, con contundentes 111-92 y 107-86 en el tercer y cuarto punto, respectivamente. Las emociones afloraron en el quinto: 104-87 en casa para que todos lloren de la alegría. El equipo había resurgido de las cenizas para terminar de sellar lo que se les había escapado de las manos 365 días antes. Kawhi Leonard, villano en la historia pasado, se erigió con el premio al MVP de las finales. Ese domingo 15 de junio del 2014 no hubo personas en el planeta con mayor felicidad que los fanáticos de los Spurs.

 

LAS ÚLTIMAS CHANCES JUNTO A DUNCAN

Durant abraza a Duncan en el último juego de su carrera (FOTOGRAFÍA gentileza USA Today Sports).

Si bien la conquista del 2014 fue la última de los Spurs de Popovich, el equipo tuvo chances reales en los años siguientes. La 2014-15, como las anteriores tras título, tuvo un final tempranero. El equipo se las ingenió para lograr un 55-27 en la fase regular, pero chocó con los Clippers de Chris Paul en la primera ronda. Un doble histórico del base en el séptimo juego le puso un fin tempranero a la temporada del plantel.

Ante las muestras claras del paso del tiempo, el plantel empezó a reordenarse. Leonard tomó protagonismo central ante los roles cada vez menores de Duncan, Parker y Ginóbili. A su vez, la franquicia contrató a LaMarcus Aldridge para intentar hacer frente a los vigentes campeones, Golden State Warriors; y a los Cavaliers (que volvieron a contar con LeBron desde la conquista del quinto campeonato). También hubo roles menores para veteranos fugaces como Kevin Martin; Rasual Butler; Andre Miller y David West.

El nivel del equipo levantó considerablemente por los arribos. Volvió a ser el mejor equipo en defensa y a tener una ofensiva de calibre Top 10. Así, firmó una fase regular de 67-15, la mejor de la historia de la franquicia. No fue la mejor de la liga únicamente porque los Warriors acabaron con un 73-9, la mejor de toda la historia de la NBA. El cruce entre San Antonio y Golden State parecía ser inevitable en las finales del oeste.

Sin embargo, tras un contundente 4-0 a Grizzlies, Durant, el gran verdugo de San Antonio, se metió en el camino. El formado en la Universidad de Texas, junto a Westbrook y un equipo bien dirigido por Billy Donovan, frenó en seco las ambiciones del conjunto texano. El par de Duncan (6,0 puntos por encuentro) y Ginóbili (6,5) mostró el paso del tiempo. El par de Leonard y Aldridge hizo lo que pudo, pero, justamente, no pudo encontrar la vuelta para evitar el 4-2. El 12 de mayo del 2016 culminó con un abrazo histórico entre Durantula y Timmy D. Tras 19 años en la NBA, el ala-pivote disputó el último partido de su exitosa carrera.

MALDITA LESIÓN

Leonard y una lesión que terminó de cambiar la vida de los Spurs (FOTOGRAFÍA gentileza Diario Marca).

Kawhi Leonard era el indicado para volverse el líder de los Spurs tras la partida de Duncan. El par de Parker y Ginóbili no iba a asumir ese rol ya que no les faltaba mucho para sumarse al interior. Así, el alero debía tomar la antorcha y guiar junto a Popovich. A la par, a fin de evitar las posibles turbulencias de la salida del histórico, San Antonio se hizo con los servicios de Pau Gasol para acompañar a Aldridge.

Aún cuando todos esperaban un año de recesión, Popovich, con un esquema centrado en las virtudes de Leonard, mantuvo al equipo competitivo. 61-21 para firmar la quinta y última temporada con un mínimo de esa cantidad de victorias. 4-2 a Grizzlies para avanzar a semifinales. 4-2 ante los Rockets de un evolucionado James Harden con una tapa histórica de Ginóbili. Lamentablemente, en esa serie perdieron a su primer soldado. Tony Parker cerró el cruce en la tribuna por una torcedura de tobillo.

Así, la promesa de aquel cruce del 2016 sucedió en 2017, pero con diferencias. San Antonio ya no contaba con Duncan y tenía a Parker lesionado, mientras que Golden State no tenía al equipo del 73-9. Sin embargo, había paleado su fracaso en las finales ante los Cavaliers con la incorporación de nada más y nada menos que Durant. El equipo de Oakland, dirigido por Steve Kerr, era el claro candidato a ganar la serie.

Si bien todo potencial no es realidad, una de las grandes incógnitas sucedió en el primer partido del cruce. San Antonio visitó a su rival y tuvo una sorpresiva ventaja de 20 puntos en la primera mitad. No obstante, en el tercer período sucedió una pesadilla. Zaza Pachulia intentó bloquear a Leonard y colocó uno de sus pies debajo del izquierdo del alero. La caída le provocó una torcedura que llegó desde su tobillo a su rodilla. Una lesión que fue un golpe definitivo al mentón del equipo texano. Golden State remontó el juego y barrió la serie ante un rival diezmado.

Popovich disparó tras ese partido. «No fue una acción natural y sabemos su historial», deslizó para marcar la intencionalidad del georgiano. Esa jugada quebró a los Spurs.

Los quebró porque no sólo que los dejó sin chances en esa temporada; sino también con un año de baja para el alero. Durante ese lapso, hubo varios cruces entre la franquicia y un jugador que tuvo que ir hasta las últimas consecuencias en 2015 para firmar su merecido contrato máximo. San Antonio había llegado al final de esa época en la que los jugadores resignaban dinero para competir; también tenía un estilo de juego más individualista. Esto reavivó el fuego entre las partes mientras el equipo forjó un 47-35 que puso fin a la racha de 18 años con al menos 50 triunfos en fase regular. Tras una nueva eliminación ante los Warriors, esta vez por 4-1, todo acabó.

Leonard pidió el traspaso, forzó a los Spurs y estos no tuvieron otra opción que ceder. Tras el retiro de Ginóbili y la partida de Parker a Charlotte Hornets para el último año de su carrera, el 19 de julio del 2018, la situación de la garra llegó a su fin. Traspaso a los Toronto Raptors por DeMar DeRozan. Danny Green, otro integrante del histórico plantel del 2014, también fue enviado al elenco canadiense, que un año más tarde logró su primer y único título NBA.

VOLVER A EMPEZAR EN EL FINAL DE LA CARRERA

Sin ninguno de sus históricos jugadores, San Antonio inició una etapa de reordenamiento en 2018 que llegó hasta el 2022. Sólo una aparición en Playoffs para ser tachado por los Denver Nuggets en la primera ronda del 2019. Un gran paso de DeRozan durante dos años, aunque marcado por falta de equipo competitivo y la necesidad de volver a empezar. Pandemia mediante, la racha de apariciones en postemporada llegó a su punto final en 2020.

Popovich abrió la 2021-22 sin DeRozan (ya en Bulls) ni Aldridge (Nets). Dejounte Murray se erigió para ser el primer Spur seleccionado al Juego de las Estrellas en la etapa. El mismo base lideró su 1334° victoria en la noche del viernes 11 de marzo del 2022. Pop tuvo un último hito: ser el entrenador con más triunfos en la historia de la liga. Un mensaje acertado de San Antonio tras el récord: 199 jugadores en 26 años. Todos (o casi todos) estuvieron al servicio de un equipo que supo salir de un mercado chico para transformarse en gigante de la NBA.

 

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