El verano estadounidense de 2019 fue muy movido para Kevin Durant. En primer lugar, se tuvo que operar para reparar el desgarro en el tendón de Aquiles derecho. Segundo, firmó un contrato con Brooklyn Nets después de haber jugado tres años en Golden State Warriors. Y en tercer lugar, vendió la mansión que poseía en Malibú, por un valor de 12,15 millones de dólares.
Durántula estuvo solamente una temporada en el lujoso palacio, ya que la adquirió en abril de 2018 por 12,05 millones de dólares. En un principio, la cotización de la vivienda en venta era de 13,49 millones, pero finalmente terminó recibiendo 100 mil más del precio en el que se adjudicó la mansión.
La propiedad se caracteriza principalmente por las hermosas vistas hacia el mar en Broad Beach, en California. Además, se encuentra en una zona privada y callada, lo que garantizaba el descanso del alero tras destacarse en cada juego de fase regular, Playoffs y Finales. Kevin Durant salió bicampeón en 2017 y 2018, además de haber sido elegido MVP de las Finales en ambas ocasiones.
La fascinante mansión en Malibú está compuesta por un terreno de 5100 metros cuadrados. A su vez, contiene cuatro habitaciones, seis baños, una cocina con isla central y un baño.
El piso está construido con un material histórico y de calidad como lo es el roble francés. Asimismo, el techo está a una gran altura y las puertas de vidrio son corredizas para facilitar las impresionantes vistas hacia el Océano Pacífico.
También, la preciosa propiedad contiene una sala de cine, una sala multimedia separada por una pared de vino, una biblioteca y un gimnasio. Además, hay un ascensor que te lleva a cada uno de los tres pisos de la casa.
En cuanto al exterior, un spa y un patio para comer al aire libre y disfrutar del ambiente cálido y agradable que ofrece la cercanía al mar de Broad Beach.
Kevin Durant no solo supo elegir destinos atractivos a lo largo de su carrera deportiva. Sino que también supo seleccionar casas que contaran con los lujos y el clima ideal para gozar de la estadía.