Hablar de la relación entre Estados Unidos y URSS es sinónimo de hablar de polos. Capitalismo y comunismo. Dos maneras de vivir, de pensar, de percibirse y de analizar el mundo. Con intereses contrapuestos. Y, en el caso del deporte, una final muy polémica en Múnich 1972.
Fácil sería decir que la URSS fue beneficiada, más allá que la historia así parece indicarlo. Necesitó de tres repeticiones de los últimos segundos para ganar el partido por 51-50. Rápidamente, cae de maduro que recibió una ayuda arbitral y que su rival fue perjudicado. No obstante, hay un poco más que eso detrás del partido más polémico de la historia de los Juegos Olímpicos. O, al menos, dentro de la rama masculina del básquetbol.
Un punto a tener en cuenta fue lo que significó aquella victoria de la URSS. Fue la primera derrota de Estados Unidos en un juego del básquetbol olímpico, la competencia que más le importa al país. Un 64-0 acompañado para quedar en la puerta de la octava medalla de oro consecutiva.
El momento de aquella definición tampoco era menor. 9 de septiembre de 1972, penúltima jornada de competencias dentro de las dos semanas del certamen. La URSS estaba en la búsqueda de su 50° oro a 50 años de la creación del bloque soviético. Poco faltaba para el 50° aniversario, a celebrarse el 30 de diciembre de aquel año. Y la chance estaba con Estados Unidos en frente. El escenario ideal.
También habría que entender qué era Múnich por aquel entonces. A 27 años del final de la Segunda Guerra Mundial, era la ciudad emblemática de Alemania Occidental, la Alemania capitalista. A 11 años de la creación del Muro de Berlín, máximo símbolo de la guerra fría entre los bloques. El terreno estaba lejos de ser neutral. Sus protagonistas, tampoco.
A diferencia de otras ocasiones, la diferencia entre Estados Unidos y la URSS no era tan grande como en otras épocas. El combinado soviético había sido campeón del mundo en Uruguay 1967 y tercero en Yugoslavia 1970, torneo en el que Estados Unidos finalizó quinto. El combinado norteamericano, una vez más compuesto por universitarios, tenía a Doug Collins como su máxima figura. Poquito para el calibre del seleccionado.
LOS MEJORES DE LA COMPETENCIA
La rama masculina del básquetbol contó con 16 equipos en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972. Estados Unidos, Yugoslavia, URSS y Brasil clasificaron por ser los cuatro mejores de Ciudad de México 1968, la edición anterior. Junto a ellos: Egipto y Senegal (África); Cuba y Puerto Rico (América); Japón y Filipinas (Asia); Italia, Checoslovaquia, España y Polonia (Europa); y Australia (Oceanía).
Ninguno de los dos protagonistas tuvo grandes problemas en el camino a la final. Estados Unidos ganó cada uno de sus siete juegos de la fase de grupos, sólo uno de ellos con paridad (61-54 a Brasil). Tampoco sufrió en el juego por la clasificación a la final: 61-31 a Italia para dejar en claro que iba por su octava medalla dorada.
En frente tuvo a una URSS que la tuvo un poco más complicada porque enfrentó a rivales de mayor nivel. Venció a todos sus rivales del Grupo B con comodidad a excepción de Yugoslavia, al que superó por 74-67 en la última jornada de la fase. Luego, un 67-61 sobre Cuba, que acabó siendo medalla de bronce con su 66-65 al conjunto tano.
En definitiva, récord de 6-0 para los dos equipos. Un poco más de complicación para el combinado soviético, que tuvo que lidiar con rivales un poco más difíciles. Lo normal para cumplir con la expectativa del juego esperado.
MASACRE DE MÚNICH 1972: EL MOMENTO MÁS TRISTE DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS
En la era antigua, un evento de Juego representaba un período de paz entre naciones. Si bien los Juegos Olímpicos nacen en honor a aquellos disputados en el territorio de Atenas, Grecia, ellos no eran los únicos. En distintas regiones circunscriptas al mar mediterráneo y egeo, hay registros antiguos de estas festividades. Una demostración cultural antes de un nuevo período de trabajo como conflictos.


Por eso mismo, el Comité Olímpico Internacional (fundado en 1984 por el Barón Pierre de Coubertin y Demetrios Vikelas) tomó la sensata decisión de no celebrar los Juegos Olímpicos en los períodos de guerras mundiales. Esto llevó a la cancelación de Berlín 1916 por su coincidencia con la Primera Guerra Mundial (1914-1918), como Helsinki 1940 y Londres 1944 durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
A 27 años de aquel conflicto, el regreso a Alemania -se celebraron en Berlín en 1936 bajo la mirada de Adolf Hitler- no era un detalle menor. La ahora Alemania Occidental quería demostrar su apertura a la relación amistosa entre los representantes de los países. Por eso mismo, ‘relajó’ los controles en el ingreso y egreso a la villa olímpica, dando libertades atípicas para el movimiento olímpico.
Un país que dudó en presentarse y que manifestó su preocupación fue Israel. La comunidad judía fue perseguida por el nazismo durante la época de Hitler. Shmuel Lakin, jefe de la delegación israelí en Múnich, le puso voz al reclamo a las autoridades por mayor seguridad. ¿Bastaban con menos de tres décadas para extinguir aquel deseo de sangre hacia ellos?
Para dar tranquilidad al reclamo israelí, el comité organizador le pidió a Georg Sieber, especialista forense, que plantee 24 escenarios posibles de atentados. El 21° de ellos hablaba de un posible ataque a la villa olímpica en la que se alejaban los atletas, por lo que sería necesario reforzar el control. Esto fue desestimado.
El 4 de septiembre fue la noche más triste de la historia de los Juegos Olímpicos. El grupo “Septiembre Negro” de Palestina
¿QUÉ PASÓ EN LA FINAL DE MÚNICH 1972?
Lo primero a decir sobre la final entre Estados Unidos y URSS de Múnich 1972 es que no tuvo a un claro dominador. El clima estaba ‘caldeado’ por la envergadura de una final olímpica entre los dos máximos representantes de la guerra fría. Con un atentado vivido y víctimas fatales.
A la falta de agrado entre las partes, la latencia del 50° título olímpico a 50 años de la creación de la URSS. Héroes o villanos, sin puntos intermedios.
Fue un partido sumamente parejo que tuvo de todo. Un juego sumamente físico que tuvo su primer cruce a 12 minutos del final. Un choque entre Dwight Jones y Dvorni Edeshko que dejó a ambos fuera del juego. Más tarde también quedaría descartado Jim Brewer, quien sufrió una dura caída, golpeó su cabeza y tuvo una conmoción cerebral.
Pese a las dos bajas, Estados Unidos se encontró en ventaja a tres segundos del final. Si bien estuvo por detrás en el marcador por márgenes mínimos, una buena defensa de Tom Burleson dio un contraataque para el conjunto norteamericano. Doug Collins tomó la pelota, corrió hasta el aro y recibió una falta en su tiro al aro. No concretó ese lanzamiento, pero cobró los dos tiros libres con toda la presión sobre sus hombros para poner el 50-49.
Desde ahí, la gran polémica. Una vez que Collins convirtió el segundo, y Vladimir Kondrashkin salió corriendo a la mesa de control porque no le daban el tiempo muerto que había pedido. El equipo soviético envió un pase largo, falló y terminó el juego. El oro era de Estados Unidos. ¿O no?
La terna arbitral había visto lo sucedido con Kondrashkin y tuvo que definir qué hacer. Pese al reclamo estadounidense, decidió volver atrás el tiempo para que la URSS tenga su tiempo muerto solicitado. Era lo más justo.
La segunda reanudación debía hacerse con tres segundos en el reloj. Pero, cuando todo estaba predispuesto para jugarse, hubo un fallo en la mesa de control. El reloj marcaba mucho más que tres segundos, entonces la URSS hizo su saque de fondo mientras la terna arbitral le hacía señas a los jueces en la mesa. El pase volvió a ser fallado y Estados Unidos volvía a ser campeón de Múnich 1974… No, tampoco terminó así.
Una tercera ocasión volvería a disputarse y ya con los estadounidenses furiosos. Sentían que había algo detrás de toda esa secuencia. Como si fuese poco, la repetición válida fue la que acabó en derrota. Un pase largo capturado por Alexander Belov, quien astutamente definió ante la defensa norteamericana para el 51-50.
RECLAMO Y PODIO ABANDONADO
Estados Unidos sintió que la injusticia tenía que ver con una intencionalidad de darle mayor trascendencia al bloque soviético. Elevó una queja al COI para volver a disputar todo el partido. Acabó en una votación del tribunal del Comité Olímpico Internacional con representantes de Cuba, Hungría, Polonia, Italia y Puerto Rico. La votación culminó 3-2 a favor de la URSS, revalidando su medalla de oro.
La humillación era tal que Estados Unidos decidió no subirse a aquel podio en Múnich 1972. La URSS estaba en lo más alto con su 50° medalla de oro a 50 años de su creación. Una historia que tuvo su filmografía en «Going Vertical» (2017).
EL CAMINO DE LA URSS A LA MEDALLA DE ORO
La URSS clasificó a los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 por ser medalla de bronce en Ciudad de México 1968.
JUEGOS OLÍMPICOS DE MÚNICH 1972
FASE DE GRUPOS (GRUPO A)
- 27/08/1974: URSS 94-52 Senegal
- 28/08/1974: URSS 87-63 Alemania
- 29/08/1974: URSS 79-66 Italia
- 30/08/1974: URSS 94-64 Polonia
- 01/09/1974: URSS 100-87 Puerto Rico
- 02/09/1974: URSS 111-80 Filipinas
- 03/09/1974: URSS 74-67 Yugoslavia
La URSS avanzó a semifinales como líder del Grupo B con 14 puntos a partir de un récord de 7-0. Registró una diferencia de puntos de +160, el registro más alto de la zona y el segundo de la etapa (+230 de Estados Unidos).
FASE FINAL
- Semifinales – 07/09/1974: URSS 67-61 Cuba
- Final – 09/09/1974: URSS 51-50 Estados Unidos
La URSS logró su primera medalla de oro en la historia de los Juegos Olímpicos. Firmó un récord de 9-0 a lo largo del torneo. Le puso fin a una racha de siete medallas de oro consecutivas de Estados Unidos.
POSICIONES FINALES
- URSS (8-0)
- Estados Unidos (8-1)
- Cuba (7-2)
- Italia (5-4)
- Yugoslavia (7-2)
- Puerto Rico (6-3)
- Brasil (5-4)
- Checoslovaquia (4-5)
- Australia (5-4)
- Polonia (3-6)
- España (4-5)
- Alemania Occidental (3-6)
- Filipinas (3-6)
- Japón (2-7)
- Senegal (1-8)
- Egipto (0-9)











